Mapean los pozos de tortura de niños en Ucrania: Engaño, deportación, campos de filtración o gulag
Los activistas de Kidmapping han conseguido rastrear miles de niños raptados por las tropas rusas
Los orfanatos ucranianos: «Los descargan como cadáveres, y se quedan toda la vida, es su destino»
«Les desprecio porque podían y no se atrevieron», las palabras de Albert Camus son claras y sin reservas, escritas con el pulso firme del que mantiene una indignación activa frente al que golpea la mesa y diluye el momento con el siguiente sorbo de su cerveza recalentada y con olor a humo de tabaco. El secuestro masivo de miles de niños ucranianos por las tropas rusas es una realidad registrada por la ONU que ahora tiene un mapa con la geolocalización de sus paraderos. Una geografía de guerra que tiene patria potestad y destila una estrategia metódica de los mejores tiempos de la KGB: Engaño, asesinato de los padres, deportación con el pretexto de salvaguardar su seguridad y campos de filtración para llevar a cabo una reprogramación ideológica de los niños, con la selección de los más fuertes.
Mientras, sus protagonistas asisten impotentes a una realidad que para algunos, después de casi tres años de conflicto, empieza a menguar en apoyos. El gobierno ucraniano habla de 20.000 niños deportados o secuestrados, Aldeas Infantiles estima que son unos 700.000. En cuanto a nosotros, los espectadores, a fuerza de imaginar y con la ayuda de testimonios podemos entender estos números sobre el mapa.

Pensemos en esto, eres padre y una tarde tu hijo de 14 años sale con su tío a almorzar. Llegan las ocho y no vuelve, son las 10 y no hay señal de él. Por mucho que mires las puerta o el reloj se acabó, no vas a volver a verlo. Pero ¿qué ha pasado?
El caso de Vitaliy
Vitaliy, es un niño de 14 años de la región de Jersón, que va con su tío a comer, en ese momento se cruzan en su camino los ocupantes rusos y revisan sus teléfonos. Ven que han estado hablando con las tropas ucranianas, los llevan a una gasolinera cercana y los golpean a ambos en los riñones y en la cara. Luego los tiran a un pozo, donde hay restos de animales, y los dejan allí dos horas bajo la amenaza de lanzarles una granada o enterrarlos vivos. Les echan una bolsa encima y les atan con cuerdas las manos para llevarlos en un coche. Vitaliy fue traslado con otros prisioneros y pidió hablar con sus padres, pero las tropas hicieron caso omiso mientras jugaban a la ruleta rusa. Ahora Vitaliy ya no puede mojarse los pies al bañarse porque le recuerda a la noche en que se despertó en su celda con los pies mojados, era la sangre de la celda contigua. Este no es un escenario ficticio, sino un testimonio real conseguido por las ONG, «Children of War» y «Save Ukraine».
En cambio la perspectiva del ejército ruso es distinta, se cruzan con el enemigo ucraniano. Los tiran a un pozo y los interrogan. En realidad esto no es nuevo, tal y como ha recogido la Corte Penal internacional (CPI), también pueden violar o matar al adulto y borrar sus huellas quemando su casa. Luego se llevan al niño a otro pueblo y si alguien pregunta simplemente dicen que han salvado al joven de un incendio y que a partir de ahora se ocuparán de él. Son tres realidades de un mismo acto que tienen nombre, apellido, un dónde, un cómo y un por qué.
Kidmapping
Preguntas que han ido respondiendo, entre otros, un grupo de activistas que han mapeado miles de lugares dentro de Rusia con Kidmapping, donde niños ucranianos han sido trasladados por la fuerza desde el inicio de la invasión. Sobra decir que Rusia es un vasto territorio, encontrar a un niño al que han inscrito en una institución bajo otro nombre es como encontrar una aguja en un pajar o en realidad en mil pajares, dado que los trasladan continuamente de una institución a otra en una región distinta. Básicamente es como si se los tragase la tierra.

Proyecto Kidmapping que localiza
a los niños ucranianos secuestrados por Rusia
Puntos de agrupación
y número de niños
Noruega
Suecia
10
Finlandia
5
14
7
13
2
Bielorusia
3
4
24
168
3
Ucrania
110
RUSIA
28
5
8
8
157
31
57
27
255
3
51
7
10
38
15
2
37
92
6
37
41
China
33
5
Japón
Kasajistán
Fuente: https://mapping.kids/ / ABC

Proyecto Kidmapping que
localiza a los niños ucranianos
secuestrados por Rusia
Puntos de agrupación
y número de niños
Japón
7
5
37
31
5
10
China
8
6
33
3
2
37
5
38
2
RUSIA
92
3
8
15
3
7
Kasajistán
157
4
28
51
10
24
13
110
57
Finlandia
168
255
Suecia
41
Noruega
14
27
Ucrania
Fuente: https://mapping.kids/ / ABC
Estos raptos llevan ocurriendo desde 2014, sin que se haya hecho mucho al respecto. Es el caso de Sashkov de Mariúpol. Cuando comenzó la guerra de 2014, tenía 11 años, ahora lucha por la «familia rusa» y contra Ucrania. »Los niños capturados en 2014 ahora están de pie y disparan en nuestra dirección. Y, si les preguntas, están convencidos de que aquí hay nazis, imbéciles y asesinos«, explica Myroslava Kharchenko, la abogada de derechos humanos, a la publicación rusa Meduza, Y detalla los rusos han ido perfeccionando sus habilidades de reformateo y ahora reprograman a los jóvenes en 3 o 4 meses. Al fin y al cabo, la mente de un niño es como plastilina y se puede moldear con relativa facilidad.
Kidmapping, sin embargo, se ha empeñado en rastrear muchos paraderos con el apoyo de Novaya Gazeta Europa y el Invernadero de Tecnologías Sociales. Para ello han partido de datos de fuentes abiertas y cuentan con direcciones físicas, números de teléfono, correos electrónicos o canales Z de Telegram y en las plataformas Yandex.Zen o VKontakte, en los que se menciona a los infantes.
Yulia Usenko, jefa del Departamento para la Protección de los Intereses de los Niños y la Lucha contra la Violencia de la Fiscalía General de Ucrania, detallaba a la agencia Interfax-Ucrania que algunos de los niños secuestrados nacieron durante el conflicto. Otros fueron enviados supuestamente de forma temporal a campamentos porque los padres fueron amenazados con quitarles la custodia si no lo hacían. Allí pueden recibir palizas, ver cómo torturan a sus compañeros, ser llevados a celdas de aislamiento o tener que competir por un plato de comida.
Es el caso de Vladyslav, de 16 años, estuvo cautivo en una celda de 3x2 metros. Y comenta a 'Save Ukraine' que todos los días era como una lotería, podía morir mañana o al día siguiente. Al poco tiempo trajeron a otro recluso a su celda, un chico de 24 años al que torturaron durante tres días frente a él hasta que se quebró e intentó suicidarse en más de una ocasión. Él simplemente se limitaba a limpiar la sangre, si mostraba cualquier emoción temía que se dieran cuenta de que también se había derrumbado. Para los psicólogos estas técnicas siguen los principios básicos de destrucción de la personalidad, usados en esencia en los gulag.
¿Secuestro o salvamento?
La Convención de Ginebra es meridiana sobre este tema. La deportación de civiles en tiempos de guerra es un crimen, a menos que sea por razones militares o de seguridad, y solo de forma temporal. También prohíbe cambiar el estado familiar de un niño, cosa que Moscú ha incumplido. Ante estas acusaciones la propaganda rusa planta la duda es secuestro o salvamento. Y responde que todo padre o tutor legal siempre tiene la posibilidad de ir a Rusia para encontrar a sus hijos. Algo que en medio de un conflicto es extremadamente difícil, caro y no aseguran la seguridad de los que lleguen a su territorio.
Los dos responsables de esto para el CPI, son Vladimir Putin y la comisionada para la Infancia de Rusia, María Lvova-belova. Esta última ha admitido haber acogido a un adolescente de 17 años, lo que es un claro ejemplo de un delito consumado. De hecho, Putin personalmente firmó dos actas. Una para simplificar al máximo la adopción de niños ucranianos y otra para el reconocimiento de los infantes que viven en territorios ocupados como rusos, y así aumentar su población. Al tiempo que les dan nuevos nombres y un pasaporte ruso, según explicaba el director nacional de Aldeas Infantiles en Ucrania, Lukashov Serhii, en la radio española.

También pueden ser trasladados a Bielorrusia o Chechenia, donde se jactan de tener un gran centro de reeducación para los más problemáticos. El Observatorio de Conflictos y el Laboratorio de Estudios Humanitarios de Yale recopilaron información sobre los niños ucranianos, de entre 4 meses y 17 años, que están retenidos en campos e indicaban que el alcance geográfico es 'masivo'. Con centros que van desde la península de Crimea, la zona ocupada por Rusia, pasando por Moscú, el mar Negro o Siberia. Incluso hay una instalación de ese tipo en Magadán, en la costa rusa del Pacífico, «más cerca del EEUU continental que de Moscú», apuntó uno de los autores del informe a la CNN.
Escenarios
Daria Herasymchuk, comisionada del presidente de Ucrania para los derechos del niño y la rehabilitación infantil, declara en el documental 'Infancia secuestrada' que Rusia lleva un programa genocida bien planificado contra la infancia ucraniana. Y han registrado casos de violencia sexual donde el más joven tiene cuatro años.
Normalmente en los campos nos encontramos con varios escenarios. Los que quedaron huérfanos como resultado del asesinato de sus padres. Es el caso de Kiria Ilya, sus progenitores fueron a buscar agua y les dispararon. Su madre murió en sus brazos. También tenemos el caso de niños de internados que tienen familiares en Ucrania, pero que fueron interceptados y deportados por la fuerza y a los que se les convence de que sus padres los han abandonado; O hijos de padres que no pasaron por campos de filtración y terminaron en cámaras de tortura rusas.
Y según el plan de los ocupantes, los niños mayores de 14 o 16 años pueden ser enviados a centros de fuerzas especiales para recibir entrenamiento militar y manejo de armas. El medio de comunicación Rubryka, señalan que estos programas tienen como objetivo crear adolescentes particularmente violentos que luego puedan ser utilizados como un arma viviente contra los suyos.
Cómo una niña robada terminó con uno de los aliados de Putin
El reputado medio independiente Istories nos habla de la historia de Margarita, un bebé adoptado por el diputado de 70 años y líder del partido Rusia Justa, Serguéi Mirónov, cercano a Putin. El mismo que dice: «Mi biografía es transparente, no tiene lagunas». Fue a finales de agosto de 2022, cuando su esposa llegó a la provincia de Jersón, junto con la primera diputada de Mirónov en la Duma estatal, Yana Lantratova.
Varlamov fue descrita por los sanitarios de Ucrania como una misteriosa mujer vestida de lila que se presentó como «la jefa de asuntos infantiles de Moscú». Las autoridades de ocupación locales les otorgaron un poder para sacar a dos niños: Margarita Prokopenko, de 10 meses, e Ilya Vashchenko, de dos años. Lyubov Sayko, enfermera, describió a la BBC cómo unos hombres rusos, algunos con pantalones de camuflaje de estilo militar, con gafas negras y un maletín en la mano, llegaron para recoger a la niña. «Era como sacado de una película», señaló.
Los adoptantes pueden cambiar los datos personales del niño, y así lo hicieron. La niña se convirtió en Marina Sergeevna Mironova. También cambiaron el nombre de sus padres biológicos y su lugar de nacimiento: en lugar de la región ucraniana de Jersón, ahora aparecía Podolsk, cerca de Moscú. Hasta ahora no se conocían casos confirmados públicamente de adopción de niños trasladados de los territorios ocupados de Ucrania a Rusia.
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Y no parece que la maquinaria muestre atisbos de detenerse, por el contrario está bien engrasada con los civiles como alimento básico. Mientras Putin se prepara para su reelección de 2024. La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios, sino sobre las faltas de los demócratas. ¿Al final las palabras de Camus son atemporales o no? «Os desprecio porque pudisteis, pero no os atrevistéis».
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