Los siete ‘tesoros’ arqueológicos que esconde la Sierra Sur de Sevilla

Muchos de los vestigios más importantes se agrupan en torno a unos cuantos pueblos, como Carmona, pero hay otra serie de localidades sevillanas de la Sierra Sur que guardan sus ‘tesoros’ arqueológicos, muchos de ellos desconocidos para los sevillanos, que pueden aprovechar esta época del año para visitarlos.

En la cuenca del río Genil se encuentra el conjunto termal de Herrera, hallado en 1990. En las termas destaca el mármol procedente de las canteras de la cuenca mediterránea y constituyen un ejemplo de ‘balneum’ doméstico rural. Once de los 16 espacios identificados formarían parte del circuito termal , destacando un vestuario (’apodyterium’), una gran sala que da paso a sendas piscinas de agua fría (’frigidarium’) y al circuito de agua caliente (’caldarium’) así como una sala templada (’tepidarium’). Las salas están decoradas con mosaicos que representan escenas de atletas y barcos.

En el paraje de El Negrón (Gilena) se halla uno de los espacios arqueológicos de mayor valor de la Sierra Sur. Lo más destacado es que alberga una de los pocos casos de necrópolis en cueva artificial del período del calcolítico (unos 4.500 años), lo que le hace excepcional porque lo habitual en la época era el enterramiento mediante el uso de dólmenes. Se trata de la cueva artificial calcolitica más monumental y mejor conservada de Europa.

Los baños romanos de La Luisiana componen un yacimiento arqueológico vinculado a una villa cercana, a aproximadamente 300 metros de las termas. Su estructura original muestra una alberca rectangular que recepciona aguas medicinales de una forma escalonada, Se trataría de un balneario para las clases elevadas de la época . Su cerca o vallado, construida en ladrillo y con dos pabellones en los extremos de la alberca, utilizados posiblemente para vestíbulos, datan de finales del siglo XVIII.

En este municipio serrano destaca el mosaico romano de ‘El juicio de Paris’. Descubierto por un particular en 1985, estuvo desde el año 2002 expuesto en el Museo Arqueológico de Sevilla si bien no fue hasta dos años antes cuando se extrajo de su yacimiento en la villa El Alcaparral y desde 2017 se puede visitar en Casariche . Mide 3,6 metros de alto por 3,2 de ancho y representa la famosa escena de la mitología romana, donde las diosas Atenea, Hera y Afrodita se disputan, ante Paris y Hermes, la manzana de oro, símbolo de la belleza.

Bautizado como Getsemaní-Cerro del Ojo, las excavaciones arqueológicas promovidas recientemente en el yacimiento propiciaron el descubrimiento de un segundo enterramiento de la Edad del Cobre en una cueva artificial , en el que fueron localizados restos óseos acompañados de un ajuar formado por hachas, azuelas, cinceles, láminas o punzones. La cueva se compone de un corredor de unos dos metros de longitud y de una cámara principal de planta semicircular, que incluye un nicho de un diámetro de 1,5 metros, también circular.

En la aldea de Navarredonda, a un kilómetro del caso urbano de El Saucejo, se puede visitar la ermita de San José, un templo barroco muy interesante. Pero lo más interesante es la Fuente de los Cuatro Caños, en la que el agua brota sobre un muro de piedra . Por su parte, en la aldea de La Mezquitilla, a dos kilómetros, se ubica la famosa Fuente del Moro, el único vestigio musulmán que se conserva en la zona. Se cree que pudo pertenecer a una antigua mezquita, de ahí el nombre de este poblado y está catalogada como bien de interés cultural.

Junto a la ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta, que tiene su origen hacia 1671, en la aldea de Corcoya del municipio de Badolatosa destaca una noria árabe, que está situada en una de las márgenes del río Genil , y que en la actualidad presenta un buen estado de mantenimiento. Esta noria árabe fue utilizada por los agricultores de la zona para regar sus respectivas huertas hasta finales del siglo XX. En el año 2009 fue restaurada y es considerada un lugar de interés turístico por la Ruta del Tempranillo.