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Comunicación

Almudena Ariza recoge en Gerena el Premio de Comunicación 'Manuel Alonso Vicedo'

La periodista recibió este reconocimiento en un emotivo acto, rodeada de su familia, compañeros de trabajo y vecinos de la localidad

Su intervención fue un alegato por «el periodismo de calidad, el que se hace en el terreno para conocer, entender y empatizar con las víctimas y no mirar para otro lado»

Almudena Ariza, recoge el premio de manos del alcalde de Gerena, Javier Fernández C. G.

Carmen González

Gerena

La periodista Almudena Ariza Núñez (Madrid, 1963) forma parte desde la noche de este jueves, día 3 de noviembre, de una lista de galardonados que aglutina a los mejores periodistas del territorio nacional. Y esto es así porque ha recibido, en un acto celebrado en la Hacienda Torreón Nazarí de Gerena, el Premio de Comunicación 'Manuel Alonso Vicedo' en su vigésimo segunda edición.

El jurado de estos galardones ha valorado su dilatada trayectoria profesional. La periodista ha sido testigo directo de los principales conflictos bélicos, catástrofes naturales, atentados o crisis humanitarias registradas en distintas partes del mundo durante los últimos 20 años, como corresponsal de RTVE.

Hace solo una semana se despedía de su equipo de trabajo que la ha acompañado durante casi tres meses en Ucrania, cubriendo el último conflicto que ha puesto en jaque al mundo cuando aún no se había recuperado de los efectos de la pandemia de covid. El premio es un reconocimiento a su «rigor informativo, independencia y al estilo que le imprime a cada una de sus crónicas», según destacó el jurado.

El acto contó con la presencia del diputado provincial de Cultura y Ciudadanía, Alejandro Moyano, dado que la Diputación de Sevilla y el Ayuntamiento de Gerena son convocantes del premio, bajo el patrocinio de la Fundación Cobre Las Cruces. Además de la asistencia de alrededor de 400 personas entre autoridades, responsables de medios de comunicación y vecinos de la localidad, representados por su alcalde, Javier Fernández.

Prestigioso premio

Entre los periodistas que la han precedido en la concesión de este galardón están Iñaki Gabilondo, Rosa María Mateos, Tom Martín Benítez, Jesús Quintero, Lorenzo Milá, Rosa María Calaf, Ana Rosa Quintana, Matías Prats, Gemma Nierga, Ana Blanco, Carlos Herrera, Julia Otero o Luis del Olmo.

El premio ha perseguido desde sus inicios la recuperación de la memoria del periodista de Gerena Manuel Alonso Vicedo, fallecido en accidente de tráfico hace 50 años, después de una exitosa carrera profesional, especialmente en su etapa de director de Radio Sevilla en la que consiguió ganar cuatro premios Ondas, la máxima distinción del ámbito de la Comunicación que se concede en España. Por ello, un grupo de compañeros propuso hace más de dos décadas al Ayuntamiento de la localidad, la instauración de este premio que se ha convertido en uno de los más prestigiosos de Andalucía.

La periodista madrileña fue presentada por uno de sus compañeros de batalla, el cámara Manuel Ovalle, con 47 años de profesión a sus espaldas, que desgranó algunas de las anécdotas que habían vivido juntos en varios conflictos bélicos. Seguidamente, recibió de manos del alcalde de Gerena la escultura del artista Antonio Palomo, símbolo oficial del Premio Manuel Alonso Vicedo.

Su intervención fue todo un alegato al «buen periodismo», al que se hace en la «calle» o en conflictos bélicos en los que Almudena Ariza ha pasado parte de su vida. El último de ellos ha sido la guerra de Ucrania, todavía muy reciente en sus recuerdos. Por esta razón, hizo un repaso por parte de las pequeñas y cercanas historias vividas en medio de los bombardeos. Como la de aquella señora que encontró en un pequeño pueblo de la región de Zaporiyia y les pidió al equipo que la siguieran al refugio que era desde hace meses su hogar.

Imagen - «El periodismo vive cierta edad de oro. Tenemos más herramientas que nunca pero también más desafíos. El principal, seguir apostando por la calidad de la información y que esto se aprecie, se valore y se pague»

Premio de Comunicación

«El periodismo vive cierta edad de oro. Tenemos más herramientas que nunca pero también más desafíos. El principal, seguir apostando por la calidad de la información y que esto se aprecie, se valore y se pague»

Almudena Ariza

Periodista

«La acompañamos y lo que vimos nos encogió el corazón. Vivían 13 mayores de edades comprendidas entre los 70 y los 85 años, en un antiguo bunker en las afueras del pueblo, oscuro, frío y húmedo. Llevaban ahí seis meses; dormían, comían, cocinaban cuando tenían gas y pasaban el tiempo mortificados por el sonido de los bombardeos que seguían destruyendo sus casas y su pueblo».

Almudena Ariza explicó que, el tiempo que ha pasado en Ucrania, se ha encontrado con muchas historias similares que explican las heridas que causan la guerra y los valores humanos que surgen en ese infierno. Y como ejemplo contó la valentía de un médico militar que con un quad cruzaba cada día la línea del frente para evacuar a heridos y fallecidos en la peligrosa ciudad de Kupiansk.

«Hacer periodismo para mí, y en este caso contar una guerra, no es sólo hablar de geopolítica, estrategia militar o de las decisiones de los líderes militares, es, sobre todo, estar en el terreno para conocer, entender y empatizar con la situación de las víctimas y ser conscientes de que no podemos mirar para otro lado», dijo. Para la comunicadora, los periodistas deben «estar sobre el terreno para documentar todas estas situaciones y propiciar con nuestro trabajo que se haga justicia».

Es justo lo que pasará con la información que dio su equipo sobre la masacre de Bucha, donde una vez liberada la ciudad por las tropas ucranianas, fueron testigos del horror provocado por la invasión rusa «con cadáveres de civiles por la calle, en las cunetas, en los patios de los vecinos, muchos de ellos con signos de violencia y una fosa común con cientos de cuerpos, además de una población aterrorizada que empezaba a salir de los sótanos de su casa».

Un lugar donde los supervivientes han contado asesinatos, torturas, robos y violaciones y en el que ella encontró la historia de Tatiana, una anciana que lloraba sin consuelo ante las cámaras después de que la guerra le arrebatara a su hija, a sus dos nietos y haber dejado a su yerno malherido, con una pierna amputada.

Almudena Ariza junto a su madre, Ángeles Núñez, en un momento del acto C. G.

Almudena Ariza reivindicó el papel del periodismo frente a la «guerra de la desinformación, la propaganda y la mentira». Y aseguró que la única manera de dignificarlo es «trabajar sobre el terreno, estando cerca de los protagonistas, hablando con muchas fuentes y dedicando mucho tiempo a nuestras historias». En este sentido, pidió a los presentes en el acto que se fiaran más de los periodistas que trabajan en el terreno que de «los que sermonean y evangelizan desde los sillones», aquellos que «apenas se levantan de la silla y que dan su visión de los acontecimientos sin pisar la calle».

Desde un principio, fue lo que buscó en su trayectoria profesional que empezó con la presentación de telediarios y el programa Informe Semanal, terreno en el que no acababa de sentirse a gusto. «Tuve que pelear mucho para quitarme el sombrero de periodista presentadora y ganar el de periodista reportera», dijo.

El primer destino fuera de España fue cuando la enviaron a cubrir los atentados de las Torres Gemelas en Nueva York y ya no ha parado de informar de decenas de noticias nacionales e internacionales para terminar como corresponsal en distintos países. Y siempre ha puesto el interés en las historias con minúsculas porque «son las que componen las historias con mayúsculas».

Para Almudena Ariza el periodismo no está en declive, al contrario, piensa que «viven cierta edad de oro porque tenemos más herramientas que nunca para contar historias pero también más desafíos. El principal, seguir apostando por la calidad de la información y que esto se aprecie, se valore y se pague». Por eso es necesario «buscar los buenos contenidos, no necesariamente los que refuercen nuestras ideas, sino los que expliquen los hechos con argumentos y nos hagan pensar o incluso cambiar de opinión».

La periodista premiada terminó emocionada en los agradecimientos, sobre todo cuando su madre, Ángeles Núñez, con 90 años, se subió al estrado para contar lo orgullosa que estaba de ella. «Es una moneda que tiene dos caras, hay momentos en los que temo por el riesgo que corre pero cuando cuenta esas historias tan humanas...».

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