En cuarentena
Un Santo Entierro muy grande
Los detractores de este 'broche final' extraordinario aducen de que es un exceso que no se ha sabido ponderar. Y que se ha salido de madre.
No es la primera vez que se escucha en la calle en boca de cofrades esta Cuaresma: «A ver si llueven chuzos el Sábado Santo». Hay una corriente contraria a la celebración de este Santo Entierro Grande, como hay una psicosis en torno a la ... masificación de esta Semana Santa, la primera sin ningún tipo de restricciones desde 2020. Los detractores de este 'broche final' extraordinario aducen de que es un exceso que no se ha sabido ponderar. Y que se ha salido de madre. Preocupados están los priostes que van a tener que emular al profesor Miyagi, el de 'Karate Kid', con eso de «poner cera, quitar cera, poner cera...»; en guardia están las tintorerías del Centro y Triana a la espera de esos bajos de las túnicas que piden blanco nuclear urgente; mosqueados andan los de las trabajaderas de no pocas hermandades por las restricciones de salidas que le han impuesto sus capataces hasta el punto de que han generado deserciones en misterios muy cotizados para la gente del costal...
Pero no solo los cofrades tienen recelos sobre este Santo Entierro Grande. Los miembros de los servicios municipales se seguridad y limpieza tendrán que redoblar esfuerzo al final de una semana en la que tienen más trabajo que el cartero de los corintios, si es que sus responsables son capaces de cuadrar los turnos de operarios y agentes con sus mermadas plantillas. Por no hablar de la resignación de los hoteleros y hosteleros, que lamentan perder la atracción turística que supone una procesión de este tipo, al coincidir con un fin de semana en el que ya estaba asegurado el lleno total con el final de la Semana Santa y el inicio de la temporada taurina en la Maestranza. Como ellos, muchos piensan si no hubiera sido mucho mejor haber conmemorado el 775 aniversario de la Reconquista y la vuelta del cristianismo a la ciudad con una magna en octubre, para tener otro fin de semana a rebosar. Pero eso ya no, eso de las magnas que se han puesto de moda en otras capitales de Andalucía no parece lo más sevillano. Se preguntarán por qué. Es difícil de explicar, sólo lo saben los que pueden interpretar que cuando un cofrade sevillano dice eso de «A ver si llueve...» es que está deseando que llegue el día para disfrutar de la grandeza de su ciudad, a la que nada le supera.
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