pasión por los barrios
El Tiro de Línea: un pueblo que vive siguiendo los pasos del Cautivo

#cuaresma2025
La devoción por el Señor y la Virgen de las Mercedes puede apreciarse con nitidez en cualquier calle, plaza o establecimiento del barrio
Los hermanos más antiguos recuerdan los orígenes humildes del Tiro y la cofradía y el inseparable vínculo que los une desde entonces
Hay rincones en los que el sabor de barrio permanece a pesar de la gentrificación y la progresiva pérdida de identidad que ya acusan ciertos puntos de Sevilla. Y otros que, aun siendo una sombra de lo que fueron, recuperan casi por arte de ... magia elcarácter de antaño el día que sale su cofradía.
Esta Cuaresma, ABC visitará cada lunes uno de estos enclaves en los que barrio y hermandad son uno solo a través del serial 'Pasión por los barrios'. Sin duda, un ejemplo paradigmático es el Tiro de Línea, barrio de la zona sur cuyos vecinos aún se conocen entre ellos, hacen vida en sus bares y compran en los negocios de siempre. El mayor nexo de unión entre todos no es otro que la hermandad de Santa Genoveva, una cofradía que, pese a sus humildes orígenes hace unos 75 años, hoy se encuentra plenamente asentada en el Lunes Santo y la Semana Santa hispalense con miles de hermanos y un numeroso cortejo.
Manuel Vicente Durán, hermano mayor entre 1998 y 2022 y actualmente fiscal de la junta de gobierno, alude a ese carácter del barrio en el que ha influido su localización: «Tenemos que concebirlo realmente como un pequeño pueblo con unos límites muy determinados: el principal, que es la vía del tren; la avenida de Felipe II, que continuaba hasta llamarse General Merry –hoy Nuestra Señora de las Mercedes–; y todo lo que se construyó en la Oliva».
No es el único que se refiere al Tiro de Línea en esos términos.También lo hace el hermano más antiguo, Julián Hernández, número 1 de Santa Genoveva: «El barrio era como un pueblo pequeño, la gente se sentaba a tomar el fresco en las puertas de las casas, con las puertas abiertas». El aislamiento del barrio en sus orígenes por las vías, que la cofradía tenía que atravesar en sus primeras estaciones de penitencia, y la lejanía del centro, dieron lugar a una idiosincrasia que no se ha perdido.
Los orígenes, en los años cuarenta: la sacramental
Los primeros pasos del Tiro de Línea se dieron con la expansión hacia el sur de Sevilla en los años veinte y treinta para acoger a los trabajadores de la Exposición Iberoamericana. Los orígenes de la cofradía se remontan a unos años más tarde, cuando en 1945, tras la bendición de la parroquiade Santa Genoveva, se fundó la hermandad sacramental. «Cuando se fundó la sacramental, el barrio fue despertando poquito a poco. Fue muy importante para el Tiro, hizo muchas obras de caridad», señala Hernández. Ya en 1956 se erigió canónicamente la hermandad de penitencia, cuyas reglas las aprobó el cardenal Bueno Monreal. Ambas terminarían fusionándose en 1982.

Pese a tratarse de un barrio populoso, es curioso que «los fundadores de la hermandad de penitencia siempre le quisieron dar un carácter serio a la cofradía, sabiendo sus limitaciones, y nunca un carácter chabacano. Una cofradía de barrio pero, en sus formas, seria», apunta Durán. El principal impulsor de la fundación de esa hermandad que hoy llena las avenidas de nazarenos fue Antonio Lerate, que recuerda perfectamente cómo fueron aquellos inicios humildes pero ilusionantes que se fraguaron durante años: «Desde el primer año que salió la cofradía del Porvenir, la de la Paz –en 1940–, tuve yo la intención de que aquí, en el Tiro de Línea, hubiera una cofradía. ¿Por qué no? Y comenzamos a trabajar para sacarla adelante». La primera estación de penitencia fue en 1958. El resto es historia.









El personaje: Antonio Lerate, fundador
Si hay un personaje icónico y conocido dentro de la hermandad de Santa Genoveva es Antonio Lerate, fundador de la cofradía de penitencia allá por los años cincuenta después de un tiempo madurando la idea. Lerate, ya nonagenario, era muy joven en aquella época, como también lo era José Paz Vélez, el imaginero a quien encargó las tallas del Señor, la Virgen y el San Juan: «Le pregunté a Paz Vélez si sería capaz de tallar al Señor, y lo hizo. Al principio, le salió con los ojos un poco espantados pero, como era muy meticuloso para esas cosas, lo perfeccionó y lo dejó como está ahora, maravilloso, con toda la importancia que tiene que tener. Recuerdo haberle visto hacer la imagen y las modificaciones que le hizo en el rostro. Cuando llegó, era una auténtica divinidad la expresión del Cautivo». Muestra del impacto que produjo en el Tiro es el arraigo que tuvo desde el primer momento: «La devoción que tiene es inmensa en el barrio».

Antonio Lerate, cuyo hermano, el músico Luis Lerate, dedicó la primera marcha procesional a la hermandad, 'Nuestra Señora de las Mercedes', fue quien donó la Virgen a la corporación, de la que fue el primer hermano mayor. La dolorosa llegó el 12 de septiembre de 1956 a la casa de Lerate en la calle Rosario Pino, frente a la que atiende a este periódico: «Todo el mundo estaba expectante y se quedó pasamado cuando vio a la Virgen».
Un momento histórico: la imposición de la corona de oro a la Virgen de las Mercedes
Uno de los momentos más bonitos que los hermanos de Santa Genoveva han vivido a lo largo de su historia tuvo que ver con la Virgen de las Mercedes. Se trata de la imposición popular de la corona de oro por parte del cardenal Bueno Monreal en 1972. El actual hermano mayor, José Enrique González, al que le costó quedarse con un único momento histórico, apunta que aquello fue «puro barrio, porque la imposición fue en la calle, en lo que hoy es la esquina de Almirante Topete con Serrano y Ortega, como recuerda un azulejo en la fachada del bar Benito».

El acto fue posible gracias a «una labor ingente del que fuera párroco y director espiritual, don Antonio González Abato». Además, González hace hincapié en que la corona de oro de la Virgen «es del oro más preciado, porque no se compró, sino que salió de las casas de muchas familias del barrio, familias muy humildes. Todos quisieron contribuir en esa corona de amor». El cardenal Amigo elevó dicha coronación a canónica veinticinco años más tarde, en 1997.
La devoción: del mercado a las calles y plazas
La devoción por los titulares de la hermandad puede palparse en cualquier calle, plaza o establecimiento. No en vano, hay decenas de negocios cuyo nombre es 'El Cautivo'. En el mercado del Tiro de Línea son numerosas las estampas del Señor y la Virgen. Regla, pescadera, tiene una de ellas: «Llevo 56 años en el barrio, soy de aquí. A algunos los vemos de año en año. Todo el mundo viene a ver a su Cautivo y a las Mercedes. Ya falta mucha gente, pero la fe es la misma».

Una de las clientas, Pepi, feligresa, no faltó el primer viernes de marzo para besar la mano del Cautivo: «Mis hijos son hermanos, y mi nieta también. Con cinco años, le preguntaron sus padres si quería el vestido de flamenca o la túnica de nazareno, y dijo al momento que la túnica, que a la Feria iría en vaqueros». Laura, que regenta otra tienda del mercado, lleva saliendo desde que se incorporaron las mujeres nazarenas, y ahora lo hace con sus niños: «Es mi Cristo y mi herencia».

Ser una hermandad aún joven permite que los miembros más antiguos recuerden los inicios. Julián y Emilio Hernández, números 1 y 2, y su hermana Soledad, también hermana, llevan noventa años de pertenencia: «La hermandad es mi vida, aparte de mi familia, y siempre la he amado. Para mí es importantísima desde siempre».
El lugar más emblemático: la avenida de los Teatinos
Entre las calles más características del barrio y la cofradía se encuentra la avenida de los Teatinos, donde se levanta la iglesia. En las puertas de la misma recuerda Durán como en su infancia «jugábamos a la pelota en medio de la calle hasta que pasaba el 11 y nos teníamos que echar a un lado».

El aguaor del paso del Cautivo, Juanma de Cirez, tiene el privilegio y la responsabilidad de ir muy cerca del Señor durante todo el recorrido: «Es la devoción de mi gente. Yo veo a Dios en la cara del Cautivo». Si tiene que escoger un momento del Lunes Santo, se decanta por «la vuelta por los Teatinos, porque ahí ves la última mano de muchos costaleros. Cuando entras por ahí y sabes que ya no lo vas a llevar más, los hermanos que van a seguir más años van dándote ánimos, se van diciendo de todo. Con eso me quedo yo todos los años». Tanto para los que se van como para los que se quedan, esos últimos metros en la ya madrugada del Martes Santo constituyen el último adiós antes de volver a ver al Cautivo.
Redacción: Pepe Trashorras
Imagen: Inma Guisado, Víctor Rodríguez
Edición: Inma Guisado, Jaime Álvarez
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