En cuarentena
Iglesias sin cofradías
Piensen qué sería de San Juan de la Palma sin la Amargura, Santiago sin la Redención, San Martín sin la Lanzada o Santa Cruz sin su hermandad
Programa de la Semana Santa de Sevilla 2025
A los cofrades nos viene bien conocer otras realidades de la Iglesia en Sevilla para comprender que no estamos solos ni somos los únicos, que hay parroquias y movimientos a los que no les hace falta sacar un paso a la calle ni organizar un ... besamanos para llenar los templos. En estos días, Javier Rubio está publicando unos 'Atrevimientos de Cuaresma' en Pasión en Sevilla que vienen a desmitificar algunos tópicos sobre la forma de vivir la fe en esta ciudad donde todo lo eclipsan las hermandades. Ayer, sin ir más lejos, utilizó la famosa frase 'ser cofrade es la manera más sevillana de ser cristiano' para desmontarla en el contexto actual, señalando que a cada vez más sevillanos que pertenecen a hermandades están comenzando a participar de esas otras realidades que ofrece la Iglesia porque se les queda corta la experiencia religiosa en el seno de su cofradía.
Estos artículos son provocaciones, en el mejor sentido del término, que nos colocan frente a nuestro propio espejo para resquebrajar quizá una percepción errónea sobre el papel protagonista que le otorgamos a las hermandades quienes pertenecemos a ellas, además de los propios medios, reduciendo a la mínima expresión esas otras expresiones que llenan iglesias sin cofradías. Aunque es precisamente aquí donde tengo que diferir de mi estimado maestro, que me perdone el atrevimiento, porque tengo claro que sin ellas la mayoría de los templos de Sevilla no sólo estarían vacíos, sino desacralizados.
Como todo, hay excepciones que confirman la regla, como San Sebastián, el Corpus, Los Remedios, San Jacinto o la Magdalena. Pero el paradigma del porqué generalizamos con la frase 'sin las cofradías las iglesias estarían vacías' es el Sagrado Corazón de Jesús del Gran Poder, de la que salieron los jesuitas hace unos años. El Arzobispado, en principio, prefirió dedicarla a la Pastoral de la Juventud y la realidad es que aquel templo tan enorme ha estado más vacío que nunca. Ahora se prepara para acoger a los Javieres que, aunque es una cofradía pequeña, le dará una vida de la que ha carecido todo este tiempo. Piensen qué sería de San Juan de la Palma sin la Amargura, Santiago sin la Redención, San Martín sin la Lanzada o Santa Cruz sin su cofradía. Piensen qué sería del Salvador, que es el segundo templo mayor de la ciudad, sin todas sus hermandades. Se lo adelanto yo: un fantástico museo barroco como San Luis de los Franceses.
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