Sheila Cresmaschi: «En estos tiempos es muy importante hablar de democracia»

En 1988, en la pequeña población de Hay-on-Wye, más conocida como 'La ciudad de los libros' en Gales, nació el Hay Festival. Después de 30 años, más de 15 ciudades de todo el mundo ya cuentan con su propia versión del festival.

Hace veinte años Sheila Cremaschi creó el Hay Festival España en Segovia, y hace tres decidió trasladarse a Sevilla para hacer un festival en nuestra ciudad, que este año 2025 tendrá lugar desde el 13 al 15 de febrero próximo.

—Este año en el festival participan cuarenta entidades e instituciones para tres días, parece una locura. ¿Cómo se metió en esto?

—Esto es una barbaridad, es verdad. Pero mi identidad cree que la cultura es un motor de transformación social y creo tanto en eso, que por eso hago estas locuras. Y también creo que la Cultura es el motor de cambio de una ciudad y que vivimos en una época en la que hay que trabajar mucho con los jóvenes porque están muy desinformados. Es necesario trabajar el pensamiento crítico. Estoy preocupada de ver en el mundo esta grieta que se está armando con líderes que se van escorando y separando del centro. Yo creo que la Cultura debe unir por un lado a los distintos pensadores, y además, responsabilizarse de ese rol que tiene.

—¿Le preocupa la deriva que hay en Europa y en Norteamérica de extremismos?

—Me preocupa muchísimo. Hace años vi en la Tate Modern de Londres una obra de arte que se llamaba la Grieta. Era de una artista de Colombia que había roto el piso de la Tate y tú llegabas a la galería y aquello era bastante angustioso. Así que yo creo que eso está pasando realmente, por ello nuestra labor es volver a unir la grieta y estimular el pensamiento crítico.

—Lleva usted la insignia de la Cruz de Isabel la Católica prendida en su jersey, es Premio Príncipe de Asturias de Comunicación, Dama del Imperio Británico...

—Esta insignia me la pongo siempre. Pero me pasan cosas raras. Soy una hormiguita, trabajo y trabajo. De repente caen cosas y yo las agarro con un poco de sorpresa y con muchísima gratitud. La primera condecoración que me dieron fue la del Imperio Británico, y cuando me dieron la Cruz de Isabel la Católica es cuando se me cierra el círculo del amor. Estoy viviendo en España y el Rey me reconoce con esta Cruz que me pongo todo el tiempo. Y luego empiezan a caer otras similares, tengo la italiana, que es 'Caballero de la Ordine de la Stella de Italia', porque no hay para señoras.

—Es usted ciudadana del mundo, por lo que veo.

—Esto es largo, si tiene tiempo. Mire, yo nací en la frontera entre Argentina y Chile, mis padres estaban por ahí y llegué yo. Mi padre me apuntó en la embajada italiana y consta nacida en Roma, y a partir de entonces mi vida empezó a recorrer países.

—¿Hace cuántos años que está en España?

—Hace veinticinco años. A mi marido, que es argentino, muy argentino, su despacho de abogados le trasladó a España para abrir una sucursal en Madrid. Nos vinimos por unos pocos años, y ya ve que nos quedamos.

—¿Cómo surgió el Hay Festival?

—Esas son las cosas en mi vida que pasan y no sé cómo. Hace veintitrés años me llega de Gales una noticia de que me quieren contratar para Latinoamérica. Yo viví trece años en Buenos Aires y allí hice treinta o cuarenta iniciativas. Tuve el mejor teatro de jóvenes que hubo en Buenos Aires, por ejemplo. Les dije: «Estoy viviendo en España y creo que puedo hacer algo aquí».

—¿Las personas que se dedican a la gestión cultural en estos tiempos no son un poco temerarias?

—Totalmente. ¿Sabe cómo lo denomino yo?, profesión de riesgo. Si miras en España, los más importantes van muriendo muy jóvenes, de verdad.

—¿Qué es lo más difícil, traer a determinadas personalidades, cuadrar las agendas o conseguir el dinero?

—Ha habido una época que siempre decía que hacer cultura es hacer coincidir las agendas, y creo que sigue siendo verdad. Cuando empecé a trabajar en esto, lo más importantes era conseguir que las figuras vinieran, y eso que se hacen las invitaciones con un año de antelación. Pero a medida que hemos ido avanzando, ahora lo más difícil es conseguir el dinero para hacer el festival. Eso de pagar un pasaje, un hotel y el desayuno es una labor de hormiguita. Lo más difícil es la financiación.

—¿La gente es consciente de realizar este tipo de encuentros?

—Eso es lo más difícil, conseguir que la sociedad se conciencie de que hay que apoyar a la cultura.

—Segovia respondió, pero ¿está contenta con la respuesta que está dando Sevilla?

—Segovia, maravillosamente, pero, claro, ya llevamos veinte años. Y en cuanto a Sevilla, yo lo que veo es que hemos logrado que las instituciones participen, y ya vamos por más de cuarenta. Y lo que quisiera conseguir que en Segovia costó cinco años, pues quisiera conseguir el público en Sevilla, que venga más público. Eso es lo que lleva más tiempo. De todas formas, siento que la ciudad está respondiendo, lo que sí me falta que respondan son los líderes de opinión, esos sí me faltan. Y también falta convencer a los estudiantes que vengan, por eso las becas que se han creado con la Universidad Hispalense.

—¿Quien intentó que viniera al Hay Festival España y ya no podrá venir porque no está en este 'jardín'?

—Qué buena pregunta, lo tendría que pensar. No recuerdo ahora, pero habrá algunos, sí. Sí tengo una gran intuición y es una virtud rara. Por ejemplo, invité a Doris Lessing, que por supuesto era superfamosa, pero había cincuenta como ella. Y de repente le dan el Premio Nobel. Después invité a Sevilla a Michael Ignatieff (escritor y político canadiense), que es uno de los pensadores más importantes del mundo, y al año siguiente le dan el Premio Princesa de Asturias.

—¿Este festival sería posible realizarlo en la América de Trump?

—¿Es una broma, ¿no? Yo creo que no, no lo sé, creo que no. Este festival es necesario que tenga libertad, debe de tenerla. Esto es muy importante, no tanto por Trump, sino por el espíritu del Hay. Cuando invito a alguien hablar, le pregunto de qué quiere hablar y respeto su decisión porque creo que eso le da la vitalidad a lo que hacemos. Yo jamás impongo. He invitado a Erica Benner, que es una filósofa que habla mucho de democracia, y ése el gran tema. En estos tiempos es muy importante hablar de democracia y también del fortalecimiento de los medios de comunicación serios.