El millonario recibo del sobrecoste que dejaron las Setas de la Encarnación, el puente del Alamillo y el metro de Sevilla
El proyecto de Jürgen Mayer se duplicó, superando los cien millones; la Junta tuvo que abonar 165 millones de más por las obras de la línea 1 y los dos puentes de Calatrava para el Alamillo se quedó en uno por más del doble
La factura que pagó Sevilla por proyectos emblemáticos que nunca llegó a ver: 300 millones

La historia de las infraestructuras de Sevilla no sólo está escrita por obras por las que se pagaron ingentes cantidades y nunca se remataron, sino también por otras que sí se llegaron a hacer pero a un precio muchísimo más caro del que inicialmente ... se proyectaron. Tres ejemplos son más que evidentes de este sobrecoste: la línea 1 del metro, el puente del Alamillo, pero sobre todo las Setas de la plaza de la Encarnación, la más polémica de todas. Supusieron casi 250 millones de más.
La Exposición Universal de 1992 fue la excusa para que Sevilla le pidiera al arquitecto valenciano Santiago Calatrava el puente del Alamillo, que conectaría la dársena del Guadalquivir con el cauce vivo del río al norte de la Cartuja con una doble estructura atirantada, se quedó a la mitad. El proyecto original contemplaba dos mástiles invertidos en sentido opuesto. Nada más lejos de la realidad.
La idea que Calatrava plasmó sobre el papel era un pilono o mástil de hormigón armado atirantado. Las dificultades de la obra provocaron que las actuaciones programadas requirieran más tiempo del previsto. El hormigón, por ejemplo, necesitaba un mes para fraguar dentro de un molde de madera y además debía hacerse por partes. Pero el tiempo corría en su contra. Entonces, se decidió que la dársena fuera rellenada con tierra para apuntalar el río y construir unos pilares que sostendrían el tablero del puente para posteriormente lanzar los tirantes que sostendrían el mástil.

Pero había más. El pilono, que en principio sería de hormigón, fue revestido de acero para que pesara lo suficiente y no se venciera, y posteriormente, se tuvieron que colocar amortiguadores para evitar el cimbreo o vibraciones que se producían a causa del tráfico. Todos estos contratiempos supuso que el presupuesto ascendiese de los 18 millones de euros hasta los 48 millones. La consecuencia de este sobrecoste fue eliminar el segundo de los puentes que se pretendía.
Un metro caro, muy caro
El presupuesto inicial de la línea 1 del Metro de Sevilla era de 461 millones. Sin embargo, su ejecución casi alcanzó los 900 millones. Y para más inri, la Junta de Andalucía, por mandato judicial, tuvo que asumir 165 millones por los sobrecostes que generó el retraso de las obras de dicha línea, inaugurada en abril de 2009.
Las constructoras reclamaron en 2011 en el Juzgado 11 de lo Contencioso Administrativo un sobrecoste de 145 millones de euros y los intereses de demora por las obras de la línea 1. Se argumentaba que el sobrecoste de la obra se debió a cambios sustanciales en el proyecto original, tanto en lo referido a su trazado como a su presupuesto. La Junta lo achacaba a la UTE constructora y a problemas de ejecución por fallos técnicos y de navegación de la tuneladora o los socavones en la avenida de República Argentina, plaza de Cuba y Puerta de Jerez, que retrasaron la inauguración del metro desde 2006 a 2009.

El presupuesto inicial fue de 461 millones de euros. La Junta admitió en el Parlamento que el coste de la línea 1 alcanzó los 648 millones de euros tras los primeros sobrecostes. Sin embargo, la Justicia volvió a incrementar el coste hasta los 774 millones de euros, aunque finalmente se aproxima a los 900.
La cuenta interminable
El 27 de marzo de 2011, Alfredo Sánchez Monteseirín, alcalde de Sevilla, inauguraba el Metropol Parasol en la plaza de la Encarnación, las famosas 'setas', como se denomina en la ciudad. Fue un empeño casi personal del primer edil, que le costó mucho dinero a los sevillanos. El Ayuntamiento también impulsó el nombre de Las Setas cuando descubrió que el arquitecto de la obra, Jürgen Mayer, había registrado el original, Metropol Parasol, y cobraba los derechos del mismo.
Su integración en la ciudad es un hecho, pero nunca dejará de pesar su coste sobre este proyecto. Se sitúa en torno a los 130 millones de euros. El proyecto iba a costar 33 millones de euros. Y lo haría Sacyr. Desde el inicio se detectaron problemas graves en la estructura, concebida inicialmente en acero. Un informe de una empresa de ingeniería concluyó en mayo de 2007 que como estaba concebido era técnicamente irrealizable.
Se optó por cambiar los materiales por madera pretensada, de mucho menor peso que el acero original. Primer encarecimiento del coste hasta los 51,2 millones. Hubo más. Tras un segundo modificado, el presupuesto de la obra alcanzaba los 97,6 millones de euros. A esto hay que añadir el compromiso con Sacyr —a la que el Ayuntamiento pagaba un canon a cambio de que la empresa no cobrase entrada a los sevillanos que subían al mirador—, diversas sentencias perdidas en los tribunales y otros conceptos, el coste de Las Setas supera los 120 millones de euros.
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