Irene Gómez-Calado, directora titular de la banda de la Oliva de Salteras: «En el mundo de las bandas de música, las directoras son las que menos abundan»

Procedente de una familia de músicos, comenzó sus estudios en este ámbito a la temprana edad de siete años con sus primeros pasos en el piano y la flauta travesera, y poco después empezó con el canto. Durante su formación musical pasó por el Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo Sevilla, por el de Boulogne-Billancourt y por la Universidad de la Sorbona de París. Entre sus hitos cabe destacar que debutó con 29 años en el Carnegie Hall de Nueva York, y también fue asistente del maestro Paavo Järvi en el Teatro alla Scala de Milán. Entre las orquestas más importantes que ha dirigido se encuentran la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, la de Tenerife, la Deutsche Radio Philharmonie Saarbrücken Kaiserslautern y la Orchestra Sinfonica di Milano Giuseppe Verdi.

Aunque no sorprende con semejante carta de presentación, en una conversación con este periódico, Gómez-Calado afirma no haber tenido nunca «ningún tipo de problema» por ser mujer ni en el ámbito de la dirección de orquesta ni en el de las bandas de música, que hasta hace relativamente poco estaba reservado a los hombres, siendo la presencia femenina en estos cargos algo «muy inusual hace treinta o cuarenta años, cuando seguro que hubiera habido rechazo, pero no hoy en día».

Sin embargo, «en el mundo de las bandas de música, las directoras aún son las que menos abundan». Reflexiona que esto puede deberse, entre otros factores, a una reminiscencia del origen militar de las bandas, «y ha costado un poco más de trabajo» hacerse hueco. No obstante, también es consciente de que ocurre en otras facetas del mundo cofrade, como las juntas de gobierno o incluso, hasta hace no mucho, las hermanas nazarenas. Volviendo al apartado musical, «actualmente, en la provincia de Sevilla creo que las únicas directoras somos la de la banda de Villaverde −María Ángeles Sánchez− y yo». Y está en lo cierto.

Pese a esto, en la Oliva de Salteras accedió al cargo tras la marcha de otra directora, Amadora Mercado, por lo que considera que era muy difícil que hubiera habido algún problema en el seno de la banda y entre sus músicos, ya que «me encontré un poco el camino hecho». Gómez-Calado se convirtió en la octava persona y segunda mujer al frente de esta formación aljarafeña fundada en 1913, que es puntera en el ámbito de la música procesional, acompañando actualmente a imágenes de la Semana Santa de Sevilla como la Estrella, la Virgen de las Aguas del Museo o la del Patrocinio del Cachorro, y que se pondrá tras el Cachorro en la Gran Procesión por las calles de Roma del próximo 17 de mayo, uno de los grandes retos que afronta a corto plazo.

El trabajo de Irene Gómez-Calado al frente de la Oliva está dando sus frutos, algo de lo que se siente «muy satisfecha y orgullosa» al ver como en estos dos años la banda ha ido creciendo tanto en la parte cofrade −con muy buenas críticas por parte de las hermandades y el público− como fuera de ella. El perfeccionismo es uno de los rasgos que la caracterizan: «Siempre me ha preocupado mucho que el repertorio, que tiene tantísimas marchas, se trabaje en detalle, en las cosas que damos por hecho».

Esos pequeños vicios, a los que la banda se habitúa con el tiempo, «no siempre están bien realizados, ni en la Oliva ni en el 99 por ciento de las bandas». Pone un ejemplo al respecto en el que han trabajado esta misma semana, el de 'Aquella Virgen': «En el comienzo de la marcha hay un seisillo de corcheas que no hacíamos bien, pero no encontramos ninguna grabación en la que estuviera bien rítmicamente. Son cosas que, por vicio, se siguen tocando igual salvo que te pares a tratar de hacerlo como lo ideó el compositor». En los pequeños detalles se alcanza la excelencia.

Aparte de eso, la cigarrera destaca que las bandas de música no sólo interpreta marchas de Semana Santa, sino también otros tipos de repertorio: «Me he preocupado mucho de aportar cosas que ellos no conocían, música nueva, la experiencia de tocar con solistas nacionales e internacionales a los que hemos invitado por los contactos de mi profesión». Unas colaboraciones que engrandecen a la banda y hacen que sus miembros aprendan y crezcan, como asegura la directora: «Estamos muy activos, ya estoy pensando qué vamos a hacer en diciembre y cerrando el concierto sinfónico de junio, me gusta preparar las cosas con tiempo».

Pese a su labor como directora titular de la Oliva, que considera su casa y su «proyecto base», Irene Gómez-Calado sigue bien sumergida en el mundo de la dirección de orquesta, trabajando con todas las que la siguen invitando. En diciembre estuvo con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, también el año pasado con la Sinfónica de Málaga o la Orquesta de Córdoba, y señala que tiene por delante una apretada agenda con importantes proyectos junto a la la Orquesta de Burdeos o la Ópera de Tenerife como directora asistente, entre otras: «Creo que toda esta experiencia que tengo y sigo consiguiendo enriquece a la banda un cien por cien». Una trayectoria impecable que deja el pabellón muy alto para quienes vengan detrás y, a la vez, allana el camino a las próximas directoras sevillanas y andaluzas.