Siete minutos y volvemos
Si las grandes series de moda las hubieramos visto con anuncios, no nos acordaríamos ni de que hay dragones en 'Juego de tronos'
El fin de las cuentas compartidas castiga a Netflix

Antes de que pensáramos que lo habíamos inventado todo, ya buscábamos la salida a este mundo áspero por la puerta lateral que abre la ficción. La literatura de folletín prometía una evasión sin victoria como ahora hacen las series; solo que nos las tomamos como si fueran cosa mayor, que diría Rajoy. Normal que las series que copan la lista de «lo mejor» del día, de la semana, de la historia o de la última hora no sean una comedia romántica con la que empatizar ni un drama con algo de costumbrismo que nos suene cercano. La mafia, el tráfico de drogas, los asesinos en serie, las distopías... poner, en fin, la cabeza en un sitio peor para que la realidad propia brille algo más. Si todas estas grandes series que encajan aquí –‘ Los Soprano ’, ‘ The Wire ’, ‘ True Detective ’, ‘ El cuento de la criada ’– se hubieran puesto en abierto no hubieran cuajado: con diez minutos de anuncios cada hora te da para pensar que no quieres seguir viendo lo que le pasa a esa gente intensa. ‘La isla de las tentaciones’ 1, ‘House of cards’ 0.
Huyendo de realidades, la información se ha convertido en fuente de ficción, que es una forma más prosaica de decir ‘fake news’. Mentiras ha habido siempre, otra cosa es que se reconocieran con el cadáver caliente. Pocos días después de que Fox News aceptara pagar 710 millones de euros a la empresa de recuento de votos Dominion para evitar una posible condena por difamación, su presentador estrella, Tucker Carlson, ha salido de la cadena. «Han acordado separarse», dice el comunicado, que parece redactado por un abogado matrimonial. Tucker creía que iba a ser recordado por sus exclusivas sobre el fraude electoral, aunque los informes filtrados dicen que todos dentro de Fox conocían la mentira.
Para ser recordado hay que tomarse a uno muy en serio. O al menos, aparentarlo. Se nota en la ficción:una serie tiene vocación de trascender si los créditos iniciales son más largos que las caras de sus protagonistas, como si por sonreír les fueran a quitar el Emmy. En ‘Succession’, que podría ser un falso ‘biopic’ del fundador de la Fox, Rupert Murdoch, todos están permanentemente enfadados. Si a HBOle da por poner anuncios a los capítulos que estrena los lunes, la gente se iría a Telecinco. Porque la única manera de aguantar siete minutos de anuncios es si a la vuelta hay reguetón, el folletín del siglo XXI. Bien lo sabe Netflix .
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete