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Masterchef

Sara Lúa cae del cielo al infierno rosa

La gallega, ganadora de la prueba inicial, fue expulsada en la decisiva entre las lágrimas de su paisano Iván

Carlos, un comercial de Cádiz, entra en el programa gracias a su buen hacer y el de su compañero Andy

Ninguno de los anteriores eliminados –Saray entre ellos– fue encontrado apto para regresar a los fogones

Sara Lúa, escuchando la valoración del jurado antes de su expulsión RTVE

R. Ventureira

No deja de sorprender «MasterChef» . Todas las miradas estaban puestas en Saray , y en su posible regreso a los fogones televisivos vía prueba de repesca, pero el que entró fue un tal Carlos . Decimos un tal Carlos porque nada sabía la audiencia de este hombre hasta ayer mismo. Se quedó a las puertas de entrar en el concurso y a la séptima (gala) fue la vencida. Accedió de la mano de Andy , y fue curioso que así fuese puesto que éste calificó de «vergüenza» que la organización diese la oportunidad de entrar a alguien «de la calle» (no lo dijo así, pero lo pensaba) cuando ya ha transcurrido buena parte de la edición.

Todo esto –el ingreso de Carlos , el fallido regreso de Saray y los otros expulsados– ocurrió en la noche en la que la coruñesa Sara Lúa dijo adiós a los fogones más famosos de la tele. Y eso que todo había empezado sobre ruedas para ella...

Todos contra Teresa

La prueba inicial vino precedida de un saqueo masivo . Las cestas de los diez aspirantes tenían de entrada quince ingredientes. Cada uno de ellos podía «robar» un total de diez de los demás. Podían hacerlo de forma repartida o intentar perjudicar a algún rival. Afloraron filias y fobias . Bueno, en realidad más fobias que filias.

Así, el madrileño Andy quiso ponérselo complicado al coruñés Iván , que lo apoda «El Pollito» y con el que se trae un pique desde la gala inicial. La barcelonesa Teresa quiso perjudicar a su paisano Alberto . La canaria Luna , a Teresa . El mallorquín José Mari se ensañó con Alberto e Iván . Éste fue cruel con Teresa ... Se trataba de perjudicar al prójimo y se lo tomaron a conciencia. La «abuela» segoviana Juana fue la última en «saquear»: en la cesta de Teresa solo quedaba un ingrediente; pues bien, la dejó totalmente vacía. Nunca había ocurrido nada semejante en las ocho ediciones del programa en España . Sus compañeros la envasaron al vacío.

«Si hay alguna cosa que he hecho mal, me lo podrían haber dicho», se quejó Teresa . Iván le explicó que no sentó bien entre los aspirantes los reproches que hizo a Juana la pasada semana , cuando se quedó para ella la receta de la lubina al estilo Bocuse que el chef Pepe Rodríguez le había soplado al oído. Visto desde fuera, lo que hizo la «abuelita» no estuvo bien, pero peor valoraron sus compañeros lo que hizo Teresa tras esa prueba. Sara Lúa dio alguna pista, pues dijo que no soporta ver llorar a Juana , y eso fue lo que ocurrió tras el episodio de la lubina. Al final se aclaró qué había pasado. Fue Juana quien explicó lo que le dijo Teresa fuera de cámara: «¿Sabes lo que te digo? Que te hemos sentenciado». «Pero, por Dios, si te lo dije riendo», se defendió la barcelonesa. «No, me lo dijiste muy seria», replicó la veterana.

El propio Iván tuvo ocasión de «salvar» a Teresa , pues los chefs le dieron la ocasión de conceder una cajita con productos básicos (como harina, huevos y nata) a cualquiera de sus compañeros, pero prefirió quedársela él. El caso es que Teresa no pudo cocinar y fue facturada a la galería. «¿Quieren ir a por mí? No saben con quién se han metido», advirtió medio en broma medio en serio. «Ya han empezado a saltar cuchillos. Cuchillo va, cuchillo viene. Me iré poniendo la coraza para que ninguno me dé», espetó después la barcelonesa.

Al final el que salió peor parado fue el propio Iván . Ya sabe que la avaricia rompe el saco. Con el viento a favor, el apodado por sus compañeros «El rey del mar» –por su manejo de los pescados y los mariscos– se atoró. El coruñés perpetró un postre «imperdonable», «una amalgama de despropósitos». Esto lo dijo él, no el jurado. «Será de los platos malos de esta edición», pronosticó Jordi Cruz .

No fue el único que se la pegó. «Este no es el camino. Esto es una castaña. Te veo relajadito», se quejó Jordi Cruz . «Mal ejecutado», sentenció Pepe ante aquellos «trozos de queso». Hablaban del plato de Alberto , quien a esas alturas ya se temía que la noche acabase para él en la prueba de eliminación. Spoiler: así fue. Por séptima vez de siete posibles se la jugó en la prueba definitiva.

A veces, menos es más. Porque los que trabajaron más pelados de ingredientes supieron salir del paso. Hablamos de José Mari y de Andy . El primero contaba con una mísera cabeza de ajo . El segundo, solo con hierbas y avellanas . Los chefs valoraron el trabajo y la actitud más que el resultado, y los salvaron de la quema en una prueba en las que las triunfadoras fueron Sara Lúa y su tocaya Luna , con la coruñesa en cabeza.

Medalla de oro para el equipo de Luna

La prueba de exteriores llevó a las aspirantes al Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid para cocinar para 110 deportistas de elite que allí sudan la gota gorda. Los equipos abordaron un menú diseñado por Saúl Craviotto , piragüista ganador de cuatro medallas olímpicas y vencedor de la segunda edición de «Masterchef Celebrity» .

El equipo azul, con Sara Lúa como capitana , tenía que cocinar merluza en sala verde y deconstrucción de tarta de calabaza. A las órdenes de la gallega, Andy , Ana , Michael y Alberto .

El conjunto rojo, pato con ragú de crestas y cerezas salteadas. Al frente estaba Luna , que contaba con Teresa , Juana , José Mari e Iván .

Ninguno de los dos equipos lo bordó.

 «Nuestro postre ha sido asqueroso», admitió Sara Lúa . «Ha sido una aberración», corroboró Andy , que quiso que el jurado valorase la actitud que tuvo al «vendérselo» a los deportistas.

 « Luna , te has centrado en el postre y te has olvidado del menú en general«, reprocharon los chefs a la líder del equipo rojo, al que salvó el pato »currado« por Iván y José Mari . Y esto fue suficiente para ganar.

El entrante tampoco estuvo a la altura de los deportistas de elite. Lo elaboraron, en la prueba de repesca, los siete expulsados previos a la gala de ayer: Mónica , Adrienne , Rosa , Fidel , Sonsoles , Sito y, por supuesto, Saray . «Me arrepiento tanto de haber sido tan tonta. Me dio como una embolia mental», dijo la cordobesa entre lágrimas ante el jurado que la echó después de aquel ya legendario «Pájaro muerto en lo alto de un plato» . Aseguró estar encantada con la nueva oportunidad para demostrar que es «una guerrera». «Para reconciliarse con las aves», Craviotto le pidió cocinar ensalada de pollo a baja temperatura con apio y manzana. Por primera vez en la historia, no se repescó a nadie. «Qué fuerte», reaccionó Saray . «Aquí no regalamos los mandilones blancos», zanjó el Risto de «Masterchef», Jordi Cruz .

Andy abre las puertas a Carlos

De vuelta a los fogones del plató, los chefs recibieron a los fracasados componentes del equipo azul reprochándoles falta de actitud. El abogado Andy manifestó su desacuerdo con esa valoración.

Para chincharlos, la organización rescató a cinco aspirantes que se quedaron a las puertas de entrar en esta edición. «Llevamos aquí siete programas. Esto me parece vergonzoso», juzgó el madrileño la nueva oportunidad concedida a este quinteto de descartados. No sabía entonces que tendría que trabajar con uno de ellos. «Cocinaréis por parejas, pero la valoración será individual», aclaró Pepe Rodríguez . Es decir, podía darse el caso de que los cinco del equipo azul fuesen relevados por los cinco aspirantes.

Ese reto final consistía en hacer un postre cuyo nombre lo decía todo: «Infierno rosa» . Viendo este vídeo, dicho «bautizo» cobra todo sentido:

Que hubiese que elaborar un postre favorecía de entrada a Sara Lúa , con fama de tener mano con el dulce... Pero el bizcocho resultó un mazacote, el caramelo era grueso, el helado no era helado... «No hay postre», sentenciaron los chefs.

Ana , que es la dulzura personificada, no leyó el inicio de la receta y no reparó en ello hasta que se lo dijo la invitada estrella, Alejandra Rivas , revolucionaria de la heladería y creadora junto a Jordi Roca de Rocambolesc. La base del postre (el 80%, para Pepe ) era el bizcocho, y fracasó en su elaboración. «En vez de trabajar en una cocina profesional, búscate un food-truck», juzgó con severidad Pepe Rodríguez , y a punto estuvo de arrancarle las lágrimas.

Alberto y su ocasional pareja Laura tampoco supieron dar con el punto del bizcocho y crearon un «mazacote»: «Tu postre es una castaña», criticó Jordi mirando hacia el barcelonés y excusando a su ocasional pareja.

Pero Ana y Alberto tuvieron la suerte de que el fracaso de Sara Lúa fue mayor. «Lo veo justo, me lo esperaba», dijo cuando le comunicaron la expulsión. Desde la galería, a su paisano Iván no había pañuelo que le secase las lágrimas: «Soy un gallo llorón», dijo totalmente hundido.

Michael y Eusebio , que hicieron migas en el casting, solo fallaron con el emplatado, y además trabajaron bien mano a mano. Pero no fue suficiente para que el segundo entrase en «Masterchef» . Porque Carlos y Andy lo bordaron: «Están todas las elaboraciones», elogió Jordi .

Carlos, el nuevo aspirante de «MasterChef» RTVE

Así que fue Carlos el que se ganó el delantal blanco. Tiene 41 años , trabaja como comercial y es natural de Cádiz . Y está ahí gracias a su mujer, que lo anotó sin que él lo supiese. Y, por supuesto, a Andy , que acabó pidiendo disculpas a los chefs, a la organización y a los cinco aspirantes sorpresa por sus «vergonzosas» palabras anteriores.

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