Iker Jiménez narra su experiencia en el tanatorio en la despedida de Pepe Domingo Castaño

Durante la madrugada de este domingo, 17 de septiembre, fallecía a los 80 años una de las voces -y rostros- más populares de la radio y la televisión española de las últimas décadas. Pepe Domingo Castaño se marchaba dejando un legado imborrable no sólo para la audiencia, sino para los cientos de profesionales que trabajaron a su lado.

Uno de los nombres destacados entre quienes coincidieron en algún momento con Castaño es el de Iker Jiménez, presentador de Cuarto Milenio, que compartió micrófono con el fallecido durante quince años en las noches de los fines de semana en la Cadena SER, antes de que Castaño se marchara a la COPE.

«Todo ese equipo de deportes es una auténtica familia», asegura el periodista en un vídeo subido a X (antigua twitter), donde aprovecha para explicar su experiencia en el tanatorio durante el funeral de Castaño.

«Vi muchos abrazos entre gente que había tenido sus disputas», apunta el reputado presentador, que asegura que incluso él mismo había tenido una «disputa menor» reciente con un colega con el que se acabó en un abrazo sincero.

Toda esta experiencia lleva a Jiménez a una profunda reflexión sobre la vida y la muerte. En sus palabras, «cuando pasa algo como esto, sobre todo, si es repentino, te hace pensar en que la inmensa mayoría de las cosas por las que nos rasgamos las vestiduras no son para tanto ante el enigma de la muerte y de que estamos aquí solo un tiempo«.

Jiménez sostiene que la muerte nos hace tomar conciencia de que los problemas y conflictos cotidianos no tienen la importancia que les atribuimos. Concluye su reflexión afirmando que «cada día cuenta, es como si fuera el último, es un regalo que nos desenvuelven, que nadie sabe cuándo va a volver a ser empaquetado».