José Luis García-Pérez: «Hay que ahondar más en la Historia, pero vivimos en el país de la crispación»
El actor interpreta al rey Fernando I «el Grande» en «El Cid»

Aunque lleva más de veinte años en el mundo de la interpretación, José Luis García-Pérez (Sevilla, 1972) sigue considerándose un afortunado. En una profesión «tan variable y basada en la incertidumbre» este actor ha logrado seguir actuando antes, durante y después de una pandemia que tiene a la profesión contra las cuerdas. El próximo 18 de diciembre estrenará la ambiciosa serie «El Cid» , una superproducción de Amazon Prime Video protagonizada por Jaime Lorente que llevará la historia del caballero español a más de 200 países.
«Es espectacular, vivimos el siglo X y XI en carne propia en una producción enorme y poderosa que estará a la altura de las expectativas», afirma García-Pérez, que da vida al Rey Fernando I «El Grande », cuya muerte desató una guerra fraticida entre sus descendientes en la que se vio envuelto Rodrigo Díaz de Vivar. «Me apasiona la Historia y la arqueología y cuando llega un reto laboral de este tipo, como me pasó con la serie de Hernán Cortés, me pongo a buscar todos los datos posibles. Fernando I era un rey moderno para la época, buscaba la concordia y el encuentro más allá de la violencia. Tenía una especie de visión unificadora. Y luego es muy interesante la historia de amor con su mujer, la bibliografía de la época habla de un matrimonio bien avenido», plantea el actor. «Tenemos que ahondar infinitamente más en nuestra Historia, pero también es verdad que vivimos en el país de las crispación , cualquier cosa nos lleva a cabrearnos unos con otros y es una pena, porque se pierde tanta energía por el camino que es hasta ridículo», puntualiza.
«El Cid», producida por Zebra, es una ficción muy ambiciosa, impensable en estos tiempos de coronavirus, rodada con un equipo de más de 200 personas y 11.000 figurantes . «Justo antes de esta pandemia cruel este era el camino de las producciones, y aquí tenían las plataformas puesto el foco. Yo iba a empezar a rodar una superproducción americana y también se paró», lamenta el actor.
También antes de la crisis grabó «The Mallorca Files» , un policiaco coproducido por la británica BBC y la alemana ZDF. «Trabajaba con actores y equipo de varias nacionalidades, y yo ya viajaba con mascarilla, porque incluso antes de que llegase el cerrojazo a España empecé a asustarme. Soy un lector apasionado de la prensa y ya veía muchas cosas preocupantes», afirma el intérprete, que espera que nuestro país sea capaz de atraer rodajes internacionales cuando acabe la crisis. «Técnicamente y a nivel artístico estamos absolutamente a la altura», insiste García-Pérez.
La tele, la resistencia
Este frenazo en seco de la industria a causa del Covid-19, sin embargo, creó un nuevo género de series grabadas desde casa como la polémica comedia «Diarios de la cuarentena» (La 1), en la que participó junto a su pareja, la actriz Cristina Alarcón. «En casa fue un alivio, trajo aire fresco y era toda una misión diaria, porque tenemos un bebé y teníamos que buscar los huecos en los que nos dejaba rodar. En cualquier caso, lo disfrutamos mucho y aprendimos muchísimo», recuerda, quitando hierro a las voces que vieron en la serie una «burla» a todos aquellos que estaban padeciendo en primera persona los golpes de la crisis. «Creo que l a sonrisa es necesaria incluso en el dolor, y nadie puede robar el de los demás, ni sabe lo que han vivido los que participan en la comedia. La sonrisa mueve el mundo incluso en los peores momentos, y se hizo con todo el cariño y respeto del mundo», insiste.
José Luis García-Pérez tiene además una compañía de teatro que actualmente tiene en gira «Hombres que escriben en habitaciones pequeñas», «un milagro». Y ha prestado su voz a los carneros que coprotagonizan la película «Contando ovejas». Sin embargo, y aunque los artistas se cansen de decir que teatros, cines y museos son seguros, actualmente el sector que mejor está capeando la crisis, no sin esfuerzo, es la televisión. «Una serie te va salvando porque no trabajar mina la moral de cualquiera. Y también la cuenta bancaria», recuerda, con la esperanza de que todo esto sea coyuntural, hasta que la vacuna amaine el temporal.
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