Crítica de 'Respira' (*): Un mundo sin aire y sin más cosas
Hay algunos exteriores conseguidos y algo de desolación se transmite en el paisaje, pero en general le falta enganche con la lógica, la verosimilitud y los sentimientos
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Milla Jovovich
Salvo que sea de talento, en la ciencia ficción canta más que en otros géneros la escasez, y en esta producción no andan sobrados ni de cuerpo de producción ni de talento. El director, Stefon Bristol, y el guionista, Doug Simon, no le sacan ... mayor punta a una historia que podría tener su interés sobre un mundo sin oxígeno y en el que los pocos supervivientes lo sacan de un suministro que es un misterio que no le interesa a nadie, ni en el interior ni en el exterior de la película. Una familia, padre, madre e hija, viven aislados en un búnker bien aireado, y la trama consiste en si deben o no aceptar invitados a la fiesta del aire.
Todo el interés se concentra en la media hora central y en el hecho, entre físico y ético, de si pueden dar acceso a unos desconocidos que vienen en son de paz…, o no. En esa coreografía de acción y dudas morales debe de concentrar el espectador todas sus ganas de divertirse, pues es pasajera, aunque también hay que decir que intensa. Las interpretaciones son funcionales, y durante gran parte del metraje los actores van con mascarillas para oxigenarse, con lo que Milla Jovovich, Sam Worthington, Jennifer Hudson y la joven Quvenzhané Wallis no necesitan poner cara de Hamlet en la escena de la calavera de Yorick.
Hay algunos exteriores conseguidos y algo de desolación se transmite en el paisaje (la fotografía es del director español Felipe Vara de Rey), pero en general le falta enganche con la lógica, la verosimilitud y los sentimientos.