La Alberca
La tormenta de la Magna
Una procesión para un congreso de fe popular el día de la Inmaculada no se puede aplazar por lluvia

En Jerez han tenido que aplazar su Magna mariana, 31 palios en la calle, al sábado que viene porque el pronóstico iba un poco más allá del de Nostradamus. Si no se acababa el mundo ayer por la tarde era de milagro. La meteorología cofrade, ... que es actualmente una de las especialidades más demandadas por los alumnos de Física, anunciaba que iban a caer más de cien litros por metro cuadrado con rachas de viento huracanado. Y que habitaríamos en el agujero negro de la borrasca atlántica. Iba a ser un buen día para comprarse unas hectáreas de cultivo. El riego no iba a faltar. Lo que había que ver era si la descarga diabólica que se esperaba le daba una paliza a la tierra o la atemperaba. Pero en Jerez ya se han llevado el primer palo antes de que caiga una gota. Su histórica procesión tiene que esperar y la anulación de reservas hoteleras ha llegado en tropel. En Sevilla se ha aplazado también el festival de la plaza de toros de la Maestranza a beneficio de la Hermandad de Los Gitanos y Nuevo Futuro, que será un homenaje al mito Curro Romero. La organización ha decidido trasladarlo al domingo día 20. Y con el panorama de ambos acontecimientos movidos en el almanaque, han empezado los nervios con la Magna del día de la Inmaculada en Sevilla. Si cae la intemerata, ¿qué se hace? Pues vamos a mojarnos con este asunto.
Si los meteorólogos morados anuncian la semana previa a la procesión que va a llover sin consuelo, no pasa nada. Porque lo que se va a celebrar esos días no es una procesión, sino un congreso sobre la religiosidad popular que tiene como colofón una procesión. La diferencia es notable. Ninguna borrasca podrá suspender las sesiones de conferencias de los cardenales anunciados ni de los prefectos de los distintos dicasterios que van a participar. Sólo quedaría suprimida la clausura. Pero tampoco sería preocupante que esta Magna fuese autónoma, es decir, no formase parte de un conjunto de actividades. ¿Qué pasa si llueve un Domingo de Ramos? Se suspenden las estaciones de penitencia de las cofradías de ese día en la calle y santas pascuas. ¿A que a nadie se le ocurre aplazar por lluvia la salida de la Amargura al lunes? ¿Por qué entonces hay un debate sobre esto en la Magna? Si llueve, no se sale. Punto.
Plantear siquiera la opción de que la procesión se retrase un día es un disparate no sólo porque nos podemos encontrar con la Macarena volviendo a su basílica mientras la gente está saliendo de su casa para ir al trabajo, sino porque se estaría lanzando el mensaje de que el día escogido para la Magna no importa. ¿Cómo va a dar igual el día de la Inmaculada en Sevilla, que lleva en su escudo oficial el título de mariana? Vamos a verlo de otra forma: esta puede ser una buena oportunidad para distinguir cuántos sevillanos hay con compromiso litúrgico y cuántos son simples aficionados a los pasos. Sería la prueba del algodón de la verdadera Sevilla cofrade. Y me temo que si queremos seguir pensando que predomina la fe, lo mejor es que no llueva. Ojos que o ven, corazón que no siente.
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