lapisabién
De la España mansa
Aparecen siempre cuando más te oscurece. Tienen el tono melifluo, y una cierta disposición a ayudarte que no está, ni se le espera, ni se les demanda. Te miran y remiran, con una mirada que tiene que ser como las que le dedican a los ... condenados a muerte con un cigarrillo. Se han pasado y se están pasando el verano con la autoayuda de libros de a kilo, subiendo de espaldas su perfil 'instagramero' en una pagoda asiática o en la quinta puñeta.
Con más años que un bosque, habrán ido a festivales varios donde «si amanece se quedan», porque ellos no son de ayer ni de mañana, sino de saber que la vida es un regalo y que a los que nos arde la bilis por el reflujo estamos equivocados. No hablan en las cenas, sonríen y pasan el pan, tan tiernos. Ya nos dijeron que el mundo acaba con la Covid, y eran felices haciendo ese mismo pan con sabor a nada. Sabor a ellos mismos.
Los curas nos sacaban de las ensoñaciones con un reglazo; ellos, de instituto público de ladrillo visto y profesor de cuello vuelto y barbitas, tienen otra forma de ver la vida. Y de ensueños. Todo lo entienden, y cambian el relato para que a uno, al que siente aún bullir la sangre (Serrat), se le vaya quedando expresión de equivocado, de disonancia de la naturaleza. No es el pensamiento 'woke' lo que proponen; más bien es un caldo moral que baña las costas desde las Cíes a Mallorca. En realidad, las aortas no se les inflaman, porque son de memoria corta y nada les turba. Como decía el otro.
Son la flojera ética de España. Se les diría que son buenas personas si, como estamos, la propia sangre no tuviera ya consistencia de horchata moral. Fueron 'groupies' de ZP en la primera legislatura, y bien que un koala les mueve las entrañas; un compatriota, menos. A lo de Ucrania no quieren entrar. Ni a lo de Maduro; «No es el momento, Nieto».
Con ellos sí que hay que hacer guerra cultural. Creen que están en un triclinium de Roma con los bárbaros en las puertas. Su cara de buenos, inexpresiva, es el final de la Historia.
Ya dijo Dios que de las aguas mansas nos libráramos.
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