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Nissan Juke 1.5 dCi Tekna Premium, la estética manda

El mini SUV nipón es un producto de capricho que, no obstante, da juego como segundo coche, o bien para gente soltera o parejas sin hijos. Lo hemos probado con la única mecánica diésel disponible, un excelente dCi common rail de origen Renault que, de paso, gasta poco. En versión Tekna Premium es un vehículo bien equipado.

e.c.
madrid Actualizado: Guardar
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Peculiar, diferente… El Juke es un curioso todocamino que explora un segmento tímidamente poblado, pero donde también militan coches como los clónicos Fiat Sedici/Suzuki SX4 e incluso el Skoda Yeti, por citar algunos ejemplos.

Sus medidas (longitud de 4,14 metros) lo centran en un estrato más próximo al de un utilitario tipo Opel Corsa que al de compactos como el Ford Focus. Esto implica que las plazas traseras admitan 2 adultos a duras penas, sobre todo por la escasez del hueco para las piernas a nada que los sillones delanteros (firmes y de buen agarre) vayan retrasados. Lo mismo con un maletero de sólo 251 litros; sí, ampliable a 830 cuando se abaten los respaldos traseros (operación que se completa con facilidad y que determina un diáfano plano de carga), pero que apenas da para un equipaje normal de 4 ocupantes (y el Juke homologa 5 asientos...).

En cierto modo la exclusividad del concepto, que prima el diseño exterior e interior (Nissan asegura que el salpicadero está inspirado en el depósito de una motocicleta) por encima de otras consideraciones, le permite rivalizar con modelos que anteponen el factor emotivo al decidir la compra, como el Mini o el Volkswagen Beetle, aunque estos no sean SUV.

El Juke sí lo es, pero más en la teoría que en la práctica, pues su escasaaptitud campera lo limita a pistas en buen estado, sobre todo en la variante analizada de tracción delantera (el 4x4 sólo se ofrece con el motor de gasolina más potente, un 1.6 turbo de 190 CV). Estructuralmente derivado del pequeño monovolumen Note, comparte multitud de elementos con otros Nissan, entre ellos el navegadorNissan Connect equipado de serie en el acabado analizado Tekna Premium, el más completo de los ofrecidos.

El precio también aporta 4 elevalunas, ESP, 6 airbag, retrovisores plegables eléctricamente, sensores de lluvia y luces, cámara de vídeo para recular, llantas de aleación de 17 pulgadas, acceso y arranque (mediante botón) keyless, climatizador monozona e incluso un curioso display que muestra desde el par motor a la aceleración transversal, la potencia instantánea o el consumo óptimo realizando una conducción fina.

La posición de conducción, pese a que el volante (de buena empuñadura) sólo admite regulación en altura, es bastante buena con independencia de tallas o corpulencias. La visibilidad en sentido de marcha es correcta (también al maniobrar) gracias a lo sobreelevado del conjunto y la acusada forma del frontal, y en general todo queda a mano o se localiza con facilidad dentro de un llamativo interior. En marcha se acaba teniendo la sensación de llevar un turismo,. Por lo demás, hay bastantes huecos para depositar objetos cotidianos y una calidad percibida correcta, sin plásticos acolchados pero con ajustes correctos que, a priori, impiden «grillitos» y parecen hechos para durar.

Nissan ha dotado al Juke de un chasis sencillo (suspensión trasera mediante eje de torsión), bastante duro (algo que ya detectamos en el utilitario Micra) y hasta seco cuando se superan firmes bacheados, pero efectivo si se imprime un vivo ritmo de conducción en tramos virados.

Esto último es algo a lo que el coche invita, tanto por lo directo y efectivo de la dirección y los frenos como, sobre todo, por la respuesta del motor probado, un diésel de inyección directa common rail1.5 dCi (único posible en la gama Juke) común a varios Renault. Aunque un poco ruidoso (la insonorización no es el fuerte del modelo), rinde 110 CV y 240 Nm de par máximo (éste a 1.750 rpm) y se conecta a un cambio manual de 6 relaciones (de nuevo, única posibilidad) de manejo rápido y técnico.

Sus desarrollos están muy ajustados (sexta de sólo 45,5 km/h), lo que reporta mucha vivacidad a un propulsor de por sí «alegre» y brioso, muy de agradecer al salir desde parado o, llegado el caso, adelantar con seguridad o superar repechos de autovía. En fin, una «joyita» de sobresaliente respuesta que, pese a lo corto de su cilindrada (responde al concept downsizing), ajusta en el Juke como anillo al dedo y se conforma con poco más de 6 l/100 km en condiciones reales de circulación.

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