BMW

Rolls-Royce 102EX, corriente eléctrica

La mayoría de los bisoños modelos eléctricos es utilitaria, pero fabricantes de solera como Rolls-Royce saben que la gasolina se acabará, y que la nueva tecnología puede ser la solución. El experimental 102EX visto es el primer paso de esta tendencia.

e.c.
madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

De la mano de su propietario BMW Group, Rolls-Royce no se queda al margen de la nueva moda eléctrica. De ahí que en el pasado Salón del Automóvil de Ginebra desvelase el 102EX, un desarrollo sobre la base del buque insignia Phantom actualmente animado por una planta 6.7 V12 de gasolina, 460 CV y origen BMW.

El 102EX es completamente eléctrico, pero aún no está claro si llegará a producirse en serie. La intención es ponerlo en mano de algunos clientes, rigurosamente escogidos, para recabar reacciones e impresiones de uso y conducción, y entonces tomar una decisión.

La adaptación de la tecnología eléctrica al 102EX ha sido relativamente sencilla, teniendo además en cuenta el tamaño del vehículo (5,83 metros de longitud, o 6,01 en el caso de la variante de longitud y batalla alargadas Extended Wheelbase).

Así, en el vano frontal aloja el conjunto de baterías, que son de polímeros de ion-litio (con una potencia constante de 71 kWh) y están configuradas por 96 celdillas.

En los bajos de la zaga, donde normalmente iría un depósito de combustible que el 102EX no requiere, el fabricante británico ha insertado los propulsores eléctricos, 2 unidades que aproximadamente erogan 395 CV encargadas de accionar el eje trasero.

Aunque el 102EX pesa 150 kg más que el Phantom (éste logra 240 km/h de velocidad máxima y unos rápidos 5,9 segundos entre 0 y 100 km/h), su capacidad de aceleración es superior. No así, claro, su autonomía, que de momento se limita a unos 200 km en función del tipo de conducción y la recarga (convencional, que requiere 24 horas, o trifásica, abreviada a 8 horas).

Sobre la última, el 102EX se repone a través de la red doméstica convencional, como casi todos los coches de naturaleza eléctrica, pero también puede hacerlo mediante un novedoso dispositivo de inducción (mediante una placa en la plaza del garaje) similar al que Nissan ha ideado para su compacto eléctrico Leaf. En este caso, invierte el mismo tiempo que en la recarga trifásica.

En Rolls-Royce tienen claro que la impulsión de sus vehículos nunca pasará por el diésel, en las antípodas de los deseos de sus clientes, aunque sí barajan soluciones alternativas como la pila de combustible y, sobre todo, el hidrógeno como combustible único, ámbito en el que BMW Group atesora una vasta experiencia.

Ver los comentarios