Probamos el nuevo Ford Focus Sportbreak híbrido, con etiqueta Eco

Entre ellas está el poder despreocuparnos casi por completo de las restricciones de tráfico que se imponen en los diferentes niveles de alertas por contaminación en las grandes ciudades, que cada vez van a ser más frecuentes y con más limitaciones.

Se trata del cambio más importante introducido en los últimos tiempos en la gama del Ford Focus y, para saber cómo funciona esta hibridación y las ventajas que tiene, hemos sometido a un profundo examen esta versión familiar del compacto de Ford.

En cuanto a los consumos reales medidos durante la prueba, las diferencias a favor de esta versión MHEV del Focus Sportbreak no son muy abultadas. Las principales ventajas están a la hora de hacer un uso urbano, donde sí hay claras ventajas en consumos y, sobre todo, por la etiqueta Eco.

Con ella ahorraremos al estacionar en zona azul o verde, además de las mencionadas restricciones los días de alerta de contaminación. En cuanto a la conducción, el sistema de baja hibridación no necesita de ninguna atención especial ni notaremos cambios en las prestaciones, como veremos en detalle.

Los consumos han mejorado algo respecto a la versión sin electrificar, aunque no tanto como declara el fabricante en las cifras oficiales. En concreto los consumos reales del Ford Focus Sportbreak 1.0 Ecoboost híbrido de 48 voltios han sido de un 6,5 l/100 km en ciudad, de 5,4 l/100 km en carretera; y de 6,3 l/100 km en autopista. Con estos consumos y un depósito de 52 litros de capacidad, la autonomía de este Ford Focus Ecoboost ronda los 700 km.

No hay demasiado que comentar en el apartado de diseño de este Focus. Sólo los logos Hybrid marcan las diferencias entre éste y el resto de Focus Sportbreak sin hibridación . La verdad es que no le hacían falta cambios, el Focus es un coche atractivo y esta carrocería familiar está muy bien resuelta.

Aunque los centímetros de más se añaden por detrás de las ruedas traseras y sólo aumentan el espacio en el maletero (que gana más de 200 litros extra), sus proporciones están bien equilibradas y su aspecto es incluso más deportivo que el del compacto.

Los acabados y ajustes son buenos y hay soluciones muy prácticas como los perfiles retráctiles que emergen al abrir las puertas para protegerlas cuando aparcamos en batería y nos subimos y bajamos del coche.

El interior del Focus Sportbreak da una excelente primera impresión nada más abrir las puertas , que son amplias y dejan acceso a un habitáculo espacioso y bien resuelto.

Las plazas delanteras son cómodas, la postura de conducción muy cómoda y los mandos están bien ubicados, fáciles de manejar, además. El cuadro de instrumentos completamente digital da ese toque moderno y tecnológico, con una buena información aunque algo desordenada. Además cuenta con head up display .

El espacio en las plazas traseras es correcto, la cota de anchura es normal dentro del segmento, con pocos centímetros para que 3 adultos viajen cómodos. La distancia respecto al asiento delantero es correcta y yo (que mido 1,85 m) me sobra el espacio sin pegar con las rodillas en los respaldos.

El maletero supera los 600 litros de capacidad , tiene unas formas muy cúbicas y utilizables y sorpresas agradables como el práctico sistema para retirar la cortinilla portaobjetos cuando queremos convertir el Focus Sportbreak en un práctico furgón.

Los materiales y acabados de este Focus son buenos y el equipamiento muy completo para su precio , con muchos sistemas de asistencia avanzada a la conducción (ADAS) que mejoran su seguridad (alerta de cambio de carril, alerta de colisión con frenado de emergencia, control de crucero adaptativo...), un equipo multimedia con un excelente sonido firmado por Bang & Olufsen, Apple Car Play y Android Auto, etc.

La tecnología de baja hibridación de 48 voltios permite a este Focus tener la etiqueta Eco de la DGT , con todas sus ventajas. Para ello, al motor de 3 cilindros y 155 CV de gasolina se le añade un sistema de baja hibridación de 48v que mejora el rendimiento al poder aprovechar parte de la energía de las frenadas al acumularla en la batería de 48 voltios para utilizarla luego para reducir el consumo en las fases de más sed del motor de gasolina.

El corazón del sistema lo forma un BSG (una máquina eléctrica reversible que puede generar electricidad como un alternador o usar esa electricidad para funcionar como un motor) y una batería extra de 48 voltios.

En condiciones normales, el BSG está desacoplado del motor (al contrario que el alternador, que está siempre absorbiendo energía de éste para producir electricidad) y sólo se acopla para generar corriente cuando levantamos el pie del acelerador o frenamos... o si hay demasiado consumo eléctrico.

Cuando pisamos el acelerador, el BSG se convierte en un motor eléctrico que da un empujoncito al de gasolina para que gaste menos en los arranques, al iniciar la marcha y al acelerar.

Además, este sistema optimiza el funcionamiento del Stop & Start, de forma que pasa más tiempo apagado en ciudad, lo que reduce el consumo en ciclo urbano.

Toda esta complicación pasa inadvertida a sus mandos y el conductor no tiene que hacer nada, todo fluye de forma automática y suave. La mayor diferencia respecto a este motor sin electrificar la tendremos cuando levantamos el pie del acelerador. Cuando el BSG genera electricidad , aumenta la capacidad de retención y notamos un mayor freno motor al soltar el acelerador.

El empujoncito que da cuando el BSG funciona como motor no lo notaremos en una mejor aceleración sino que lo que hace es compensar ese empuje quitando consumo de gasolina.

A los mandos de este Focus uno se siente muy a gusto. Su conducción es muy agradable, las prestaciones de sus 155 CV permiten adelantamientos seguros y viajar con soltura aunque viajemos cargados y su chasis es una delicia.

La dirección tiene un buen tacto y las suspensiones un buen compromiso entre confort y eficacia. Sus reacciones son seguras, en autopista los kilómetros pasan sin fatiga para los pasajeros y en zonas reviradas incluso llega a ser divertido de conducir.

Sólo el sonido del motor, algo tosco y descarado, empañan la placidez con la que se viaja en este modelo, que es una referencia en su segmento desde el punto de vista del dinamismo de conducción.