Orbán revocará el pasaporte a los húngaros con doble nacionalidad

Los afectados por la medida serán aquellos que «representan una amenaza para la seguridad pública y nacional», ha explicado el partido Fidesz. Justifica así la respuesta a la «creciente interferencia de las potencias extranjeras y los especuladores en los asuntos internos y los procesos electorales de Hungría, bajo el disfraz de ONG y medios supuestamente independientes», según el líder del grupo parlamentario, Mate Kocsis.

Orbán ha sido más taxativo y ha declarado sin tapujos que quiere «borrar del mapa» a las organizaciones no gubernamentales que reciben fondos y actúan en Budapest en nombre de las «redes liberales». Los medios de comunicación húngaros sospechan que el multimillonario y filántropo de izquierda George Soros, nacido en Budapest y naturalizado en Estados Unidos, una constante piedra en el zapato del Gobierno de Budapest, sufrirá los efectos de este cambio en la ley. Las organizaciones en el punto de mira de Orbán contratan a menudo personal con doble nacionalidad para garantizar su protección diplomática, en caso de persecución de las autoridades locales.

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Esta política restrictiva de extranjería contrasta con otras medidas que el gobierno húngaro aplica desde el pasado mes de julio y que están permitiendo la fluida emisión de «tarjetas nacionales» a los solicitantes procedentes de Rusia y Bielorrusia, unas tarjetas que no sólo posibilitan la residencia en Hungría, sino que además otorgan permiso de trabajo y derecho a asistencia social.

No se trata de visados Schengen, que permitirían el acceso libre al resto del territorio de la Unión Europea, pero abren la puerta de Hungría sin restricciones a ciudadanos de Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Moldavia, Serbia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Macedonia del Norte.

Las autoridades húngaras alegan su interés por atraer trabajadores extranjeros, fundamentalmente de Rusia y para la construcción de una nueva planta de energía nuclear de la compañía rusa Rosatom en Hungría. La tramitación de las solicitudes de 'Tarjetas Nacionales' no requiere ningún control de seguridad especial y se teme que personal de los cuerpos de inteligencia rusos estén ingresando en territorio de la UE por esta vía. Los titulares de la 'Tarjeta Nacional' emitida por Hungría, pueden utilizarla para viajar a los 29 estados de la zona Schengen durante 90 días sin tener que solicitar un visado Schengen, sujeto a controles de seguridad y que pasa por bases de datos en las que se contrasta con listados criminales.

La cruzada de Orbán contra ONG y medios de comunicación financiados desde el extranjero dio un gran paso el pasado febrero, cuando aseguró que el presidente estadounidense Donald Trump y el magnate Elon Musk han destapado lo que llamó una red de «corrupción política» que distribuyó miles de millones de dólares a medios de comunicación y organizaciones internacionales.

El diario progubernamental 'Magyar Nemzet' informó que el primer ministro había pedido cambios legales en una reunión a puerta cerrada con su partido, el Fidesz, que tiene una mayoría absoluta parlamentaria de dos tercios desde hace quince años. Había pedido concretamente que redacten «severas leyes para que no puedan funcionar en el país» e interrumpir así sus esfuerzos «para derrocar al Gobierno».

La mayoría parlamentaria del Fidesz creó en 2023 la llamada Oficina de Defensa de la Soberanía Nacional (Szvh), una entidad que investiga injerencias extranjeras o internas que «puedan poner en peligro la soberanía de Hungría». Aunque no cuenta con competencias para sancionar, prepara informes sobre esas supuestas injerencias y recientemente ha arremetido contra Transparencia Internacional y Direkt36.hu. La Comisión Europea anunció en febrero la apertura de un expediente contra Hungría por la creación de la Szvh.