Ingresos multimillonarios y carteras de inversión: las pingües finanzas de Hamás

Esto permite a Hamás tener una cartera de inversiones fuera de Gaza que según estimaciones de funcionarios en EE.UU. supera con creces los 500 millones de dólares. La propia Administración de Joe Biden ha llegado a acusar a los líderes de Hamás de vivir vidas de lujo mientras son los gazatíes de a pie los que deben pagar por sus acciones. Hamás se ha perpetuado en el poder después de las últimas elecciones de 2006, y cuenta con el respaldo financiero de Irán.

Como parte de su estrategia de apoyo a Israel tras los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre, en los que murieron unas 1.400 personas, las autoridades de EE.UU. planean nuevas sanciones para desarmar la red de financiación del grupo. Uno de sus objetivos principales es Ismail Haniya, actual líder de Hamás, que tiene su residencia en Qatar desde hace aproximadamente dos años. Otros altos mandos de Hamás viven en Turquía.

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La estimación más reciente sobre el presupuesto operativo que maneja Hamás en la Franja es de hasta 400 millones de dólares anuales. Quien ofrece esa cifra es Matthew Levitt, un exfuncionario de EE.UU. especializado en antiterrorismo, investigador en el Instituto Washington para la Política de Oriente Próximo. Según estima Levitt, que testificó en el Capitolio el 26 de octubre, el grueso de esos ingresos provienen de impuestos sobre negocios en Gaza, transferencias de Irán y Qatar y donaciones en apariencia de tipo caritativo. Otros fondos para gestionar la Franja vienen de ayudas de la comunidad internacional y las agencias de la ONU.

Ese experto considera que Hamás también se ha beneficiado de la capacidad de «probablemente desviar fondos de la ayuda internacional y el apoyo salarial». Los donantes internacionales normalmente subvencionan totalmente infraestructuras de Gaza como escuelas y hospitales. De 2014 a 2020, solo las agencias de las Naciones Unidas proporcionaron cerca de 4.500 millones de dólares a programas en la Franja. El Gobierno de Qatar ha proporcionado 1.300 millones de dólares en ayuda y apoyo salarial a Gaza desde 2012.

Aparte, según se desprende de testimonios en el Capitolio y estimaciones del Ejecutivo norteamericano publicadas en informes judiciales y diplomáticos, Hamás dispone de una cartera de inversiones en países amigos como Sudán, Argelia, Turquía, Emiratos Árabes y Arabia Saudí que se estima multimillonaria. En 2022, al sancionar a una red de financiación de Hamás, el departamento del Tesoro de EE.UU. estimó una cartera de inversiones de unos 500 millones. Recientemente, el diario 'The Washington Post', citando fuentes oficiales de EE.UU., publicó que esa cifra puede ser en realidad del doble, alcanzando los 1.000 millones de dólares.

Según Ned Price, el portavoz de la diplomacia norteamericana, «mientras los palestinos en Gaza se enfrentan a condiciones de vida y económicas difíciles bajo Hamás, el grupo ha acumulado cientos de millones en una cartera de inversiones secreta».

Tras anunciar las nuevas sanciones, el 27 de octubre, el subsecretario del Tesoro de EE.UU., Wally Adeyemo, dijo durante una visita a Londres: «Hamás ha construido sus propias redes ilícitas para el terrorismo adoptando muchas de las mismas medidas que el Kremlin para evitar nuestras sanciones financieras. Y al igual que muchos de los jerarcas rusos, los altos funcionarios de Hamás a menudo viven en el lujo, mientras que el ciudadano promedio de Gaza enfrenta condiciones de vida graves».

El senador republicano Marco Rubio denunció también el que Haniya celebrara los ataques a Israel desde Qatar. «Este tipo es un cobarde. ¿Por qué no vive en Gaza? ¿Por qué está en Qatar, viviendo una vida de lujo, observando esto de forma remota? Creo que es un enemigo válido, un objetivo combatiente. No es un líder civil. Hamás no es una organización civil. Es una organización terrorista», dijo en una intervención en un programa de televisión.

EE.UU., como la Unión Europea, considera a Hamás como terrorista, pero esto no impide al grupo palestino recaudar fondos por medio de intermediarios y pantallas en países como Turquía, Jordania, Líbano o Sudán. Para ello se vale de organizaciones inversoras y de recaudación de fondos que operan también en Europa, identificadas y sancionadas por EE.UU., como Comité de Bienfaisance et de Secours aux Palestiniens o Humani'Terre, ambas radicadas en Francia, o el Consejo de Relaciones Europeo-Palestinas y la Campaña Europea para Terminar el Asedio a Gaza, con sedes en Bruselas y Londres.

Hoy en día, funcionarios de EE.UU. y de Israel estiman que Irán proporciona a Hamás entre 70 y 100 millones de dólares al año. Haniya, el líder de Hamás, afirmó en una entrevista en 2022 con la cadena qatarí Al Yazira que su grupo recibe unos 70 millones de dólares al año de Irán. La semana pasada, el Tesoro de EE.UU. sancionó a Mohamed Nasralá, un veterano empleado de Hamás con sede en Qatar y estrechos vínculos con Irán, quien estuvo involucrado en la transferencia de decenas de millones de dólares a Hamás y su brazo armado, las Brigadas Al Qassam.

El control de Gaza le ofrece también a Hamás otras vías de recaudación, por medio del cobro de peajes sobre el contrabando. A pesar del bloqueo israelí, los túneles excavados bajo Gaza permiten la entrada de todo tipo de bienes, sobre todo desde Egipto, y Hamás se beneficia de ello al cobrar por permitir ese comercio, por un monto total que expertos como Daniel Roth, director de investigación en el grupo Unidos Contra un Irán Nuclear, estiman en unos 450 millones de dólares anuales.

En los recientes testimonios en el Capitolio sobre la financiación de Hamás, los expertos han testificado que los ingresos del grupo se destinan sobre todo a pagar salarios y mantener la administración de Gaza, pero, según Levitt, el investigador en el Instituto Washington para la Política de Oriente Próximo antes mencionado, «a pesar de las necesidades de la población civil en Gaza, Hamás ha dado prioridad a la producción de armas, al fortalecimiento de sus fuerzas terroristas y a la excavación de túneles». En los ataques del 7 de octubre, Hamás empleó todo un arsenal de fusiles y misiles durante un ataque complejo y coordinado que sorprendió al Ejército israelí desprevenido.

Muchas de esas armas, según Israel, provienen de Irán. En 2014 la Armada israelí interceptó en el mar Rojo un barco comercial con bandera panameña con todo un arsenal de armas, incluyendo 40 cohetes de superficie M-302 fabricados en Siria, con un alcance de hasta 200 kilómetros; 181 proyectiles de mortero, y 400.000 rondas de munición para fusiles de asalto. Según dijo entonces el Gobierno israelí, ese arsenal se dirigía a Gaza por medio de los túneles de Egipto.

El producto interior de la franja de Gaza se estimaba en 2021 en unos 27.779 millones de dólares. La CIA estimaba en sus informes de 2018 que la franja de Gaza bajo el Gobierno de Hamás obtiene el 18.78% de su PIB de impuestos y otros ingresos.

Hamás también ha recurrido al bitcoin y otras criptomonedas para facilitar donaciones. EE.UU. afirma tener pruebas de que Rusia ha permitido que Hamás se siga financiando, a pesar de las duras sanciones aprobadas en su contra tanto por Washington como por Bruselas, por medio de la empresa de intercambio de criptomonedas rusa Garantex. Esta fue sancionada por el Tesoro de EE.UU. el año pasado por «ignorar las obligaciones de prevención del lavado de dinero y financiamiento del terrorismo y permitir que sus sistemas sean aprovechados por grupos ilícitos». La criptomoneda está demostrando ser un mecanismo cada vez más popular para evadir sanciones y regulaciones financieras, tanto para individuos como para entidades, especialmente en Rusia por las sanciones tras la invasión de Ucrania.