ANÁLISIS DEL GENERAL (R)
A la espera de las presidenciales en Norteamérica
Los comicios del 5 de noviembre en EE.UU. determinan una situación de espera en el desarrollo de la guerra, a la vez que favorecen el incremento de la desinformación
El centro de gravedad bélico se desplaza a Cisjordania

La incursión de las tropas ucranianas en el oblast ruso de Kursk sigue contenida en una extensión algo superior a los 1.000 km2. Esa audaz iniciativa, sin embargo, no ha conseguido degradar la fuerza de la ofensiva rusa en el oblast de Donetsk. ... Por el contrario, los avances rusos allí se han ampliado en frente y profundidad, destacando dos esfuerzos. Uno, a caballo de la E50, hacia Prokovsk, con un desarrollo frontal de alrededor de 17 km en la línea: Hrodivka–Novogrodivka–Mykhailivka–Ucrains'k. El otro, en un frente de ocho kilómetros, está definido por la carretera N15 hacia Kurajovo; cuenta con un flanqueo complementario por el sur aprovechando la avenida que supone el río Solona. Tal escenario induciría a pensar en una amplia maniobra con un esfuerzo fijante sobre Prokovsk, y otro desbordante por el sur que amenazaría con embolsar a las tropas ucranianas en esa población, que es un importante nudo logístico y de comunicaciones en la zona.
Asimismo, en el área de Vuhledar, el pasado sábado, las tropas rusas lograron apoderarse de Prechystivka, 10 kilómetros al noroeste de aquella población y conservan la iniciativa. También siguen presionando tanto contra Chasiv Yar como, más al norte, en la zona de Kupiansk. Con tal profusión de frentes activos, el mando ruso trataría de acrecentar el crónico déficit ucraniano de unidades de reserva.
Las presidenciales norteamericanas del 5 de noviembre determinan una situación de espera en el desarrollo de la guerra, a la vez que favorecen el incremento de la desinformación. Frente a la tradicionalmente tacaña política informativa de Moscú, resalta la rebosante de Kiev ampliamente propalada por numerosos medios occidentales. Y así, por ejemplo, el ataque ruso con dos misiles balísticos, el 3 de septiembre, en Poltava, que provocó más de 60 muertos y varios centenares de heridos, instructores de países occidentales entre ellos, fue profusamente difundido como una desalmada acción contra una escuela o, como mucho, un instituto de comunicaciones.
El propio Zelenski, apuntándose a la campaña desinformativa, denunció en X que era una mera institución educativa («educational institution», sic) cuando, en realidad, era un sustancioso objetivo militar: un centro de adiestramiento y experimentación de telecomunicaciones y guerra electrónica. Otro ejemplo lo brindan las esporádicas informaciones de libranza de paquetes de ayuda militar a Ucrania por parte de EE.UU. El Pentágono, el 23 de agosto, difundía la entrega de un lote de 125 millones de dólares. El pasado viernes, en la reunión de donantes, en Ramstein, el secretario de defensa norteamericano, Lloyd Austin, anunciaba otro de 250 millones de dólares. Tales lotes, de los que no se concretan fechas de entrega, no son ni generosos, porque son créditos (deuda ucraniana), ni tampoco novedosos porque son dosis tasadas del paquete de 13.800 millones de ayuda militar, incluido en el paquetón de 60.850 millones de dólares, que estuvo bloqueado durante casi seis meses en la cámara baja norteamericana, y fue finalmente aprobado en abril de 2024.
De la referida reunión ministerial de Ramstein dos eventos resultaron particularmente curiosos. Uno fue que se descolgase en ella Zelenski (nivel de jefes de Estado/gobierno), quien aprovechó para presionar a los ministros para que se le permita atacar, con armamentos occidentales de largo alcance, objetivos profundos en interior de Rusia. El otro, de tufillo español, consistió en dos anuncios de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Uno fue la repetición del folclórico programa de viajes turísticos a España de familiares de militares ucranianos albergados en residencias militares, mientras que no se incrementan los birriosos sueldos militares, especialmente en empleos inferiores.
El otro fenómeno, de singular gravedad, fue la entrega inmediata a Ucrania de otra batería de misiles Hawk que, obviamente, habrá de sustraerse de la plantilla de los dos grupos Hawk, de dotación del Ejército de Tierra, y que, actualizados hace 20 años (PIP-III), están orientados hacia el sur: uno en la base de El Copero (Dos Hermanas, Sevilla) y el otro en la base Cortijo de Buenavista (San Roque, Cádiz). Tal donación debilita nuestra ya exigua defensa antiaérea, capacidad que la guerra en Ucrania ha mostrado esencial. En fin, se trata de nuevos ejemplos de una desnortada política de defensa. Seguro que el Comendador de los Creyentes estará muy satisfecho con ello.
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