Pedro Rodríguez - DE LEJOS
Cuando Fox News se te queda pequeña
El futuro post-presidencial de Trump incluye su propia televisión y la nostalgia por Roger Ailes

desde al menos Franklin Delano Roosevelt, los presidentes de EE.UU. han intentado evitar el filtro de la prensa para conectar directamente con sus bases. Durante sus cuatro años de Fake News, hechos alternativos y posverdad, Trump ha logrado circunvalar la autoridad factual del periodismo ... con ayuda de sus casi 90 millones de seguidores en Twitter y una privilegiada tribuna como Fox News, el canal de pago propiedad de Rupert Murdoch.
En la recta final de su Presidencia, los dos pilares de la estrategia de comunicación política de Trump han empezado a fallar. Al trumpismo se le ha quedado pequeño tanto Twitter como Fox News. Hasta el punto de resultarle muy difícil seguir normalizando sus embustes a través de esas plataformas. Por eso, el futuro post-presidencial de Trump incluye su propia televisión y, sobre todo, la nostalgia por Roger Ailes, uno de los personajes más influyentes en la confluencia de medios y política.
Ailes lo fue todo, incluso un acosador sexual consentido hasta el verano de 2016. Fue el gran gurú de comunicación del Partido Republicano, hizo todavía más multimillonario a Murdoch y ofreció barra libre a Trump en Fox News. Aunque el antes y después de este genio maléfico de la tele fue su relación con Nixon. Como explica el profesor David Greenberg, tan significativo como lo que Ailes le enseñó a Nixon es lo que Nixon le enseñó a Mr. Ailes: el poder político derivado del resentimiento popular contra el establishment.
Tanto Nixon como Ailes tenían muy claro que en la creciente polarización de EE.UU. resultaba extremadamente rentable –ya fuera en audiencia o en votos– fomentar el resentimiento de ciertos sectores de la sociedad americana. Y qué mejor forma de capitalizar esa rabia que desplegar una sobredosis de populismo cultural destinado a encasillar e incluso demonizar a la oposición como parte de una élite ajena a los más «olvidados» y defensora de causas equivocadas. Dentro de esta visceralidad tan oportunista, y Trump lo sabe muy bien, la televisión sigue siendo un instrumento clave.
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