Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, diferentes regímenes mismas torturas
El World Liberty Congress alertó este lunes sobre la recesión de la democracia en el mundo
El congreso de los valientes

El World Liberty Congress (WLC) alertó este lunes de la «recesión de la democracia en el mundo», en palabras de su secretario general Leopoldo López. El opositor y ex-preso político venezolano participó en la presentación en España de esta iniciativa, que no ha cumplido aún los dos años de vida y que cuenta con miembros –activistas, ex-presos políticos, disidentes, políticos, periodistas– de 56 países. Presidida por la iraní Masih Alinejad, cuenta en la vicepresidencia con Garry Kasparov, gran crítico de Putin.
En esta ocasión -hace unos meses tuvo lugar un acto fundacional en Lituania- el evento se centro en las autocracias de América Latina –Bolivia (híbrida), Nicaragua, Venezuela y Cuba– y los tipos de torturas que aplican los regímenes de dichos países. «Las autocracias aprenden entre ellas», señaló Leopoldo López, que deslizó un dato estremecedor: «Siete de cada 10 personas viven bajo un régimen autócrata en el mundo». De ahí la urgencia con la que esta iniciativa se está aplicando para contrarrestar el peso de las dictaduras que se nutren de sus vínculos –estratégicos, militares, económicos y represivos– para fortalecerse. «Las tácticas son las mismas»
El objetivo del WLC, «que no es un alianza ideológica», es lograr una transición de la autocracia a la democracia. «Luchamos por la democracia, el respeto a los derechos humanos, a las elecciones libres, a los derechos individuales». Entre sus primeros trabajos ha estado la elaboración de un programa de apoyo a los presos políticos, «pues es una realidad cotidiana para nosotros», apostilló López, que pasó siete años encarcelado por el régimen de Nicolás Maduro, hasta que logró huir del país e instalarse en España junto con su familia.
«Hacemos una aproximación de apoyo a las familias, o personas cercanas a los presos; tomamos decisiones de cómo defenderlos: si hablan o callan; qué apoyos nacionales e internacionales pueden solicitar para el proceso legal...».
Bajo 'Las caras de la tortura', el acto fue desplegando los distintos, y no tan distintos, métodos de represión en Bolivia, Nicaragua, Venezuela y Cuba, ilustrados por los testimonios de sus víctimas. «Los presos políticos son las consecuencia de la cadena de mando», quiso dejar claro Leopoldo López, que reconoció que con esta iniciativa quieren alertar a España y a Europa ante el ascenso de las autocracias.
Bolivia: represión en ascenso
De menos a más, por su grado de consolidación dentro de las autocracias, la situación Bolivia, considerada una dictadura híbrida, fue la primera en ser diseccionada, mostrando una realidad que apenas ha trascendido: las consecuencias del enfrentamiento del presidente Arce con los partidarios de Evo Morales, lo que ha provocado el aumento de la represión para conseguir los votos de estos últimos. «Esto ya es autoritarismo. No hay tanta diferencia con Cuba, Venezuela y Nicaragua. Pero la represión en Bolivia es más sofisticada porque ha aprendido de las consecuencias de las otras», señaló Jhanisse Vaca-Daza, de Jucumari Foundation.

En el acto participó, Carolina Ribera, hija de la expresidenta Janine Áñez, que sigue en prisión, y que denunció la situación de su madre. También se recordó al líder de la ciudadanía, Luis Fernando Camacho, encarcelado en 2022 y que todavía sigue preso sin tener una sentencia, según denunció Alejandra Serrate, del partido de Camacho, Creemos Bolivia.
Serrate denunció la «vergonzosa reunión del grupo de Puebla» recientemente en Bolivia; así como los 100 millones de euros entregados por la Unión Europea a Gobierno de Arce en 2022, «cuando debería cerrarle las puertas a estos cuatro gobiernos autócratas».
Las críticas a las aportaciones económicas de la UE a diferentes dictaduras fueron recurrentes durante toda el acto.
Nicaragua: una dictadura dinástica
Para relatar la situación de Nicaragua, el WLC contó con la presencia de la activista Alexa Zamora y el líder estudiantil y ex-preso político Lesther Alemán, que en 2018 se encaró con Daniel Ortega, y en 2021 formó parte de los encarcelados antes de las elecciones presidenciales. Tras permanecer casi 600 días en El Chipote, fue excarcelado y deportado a EE.UU. el 9 de febrero de 2023 junto a otros 221 presos políticos. Y como a ellos, también le fue retirada la nacionalidad por el régimen de Ortega.
«La dictadura que se perfila en Nicaragua es dinástica, superando la de los Somoza», alertó Alemán, para quien no se puede defender una revolución (la sandinista) que pisotea la vida. «Eso es una dictadura sangrienta», subrayó en referencia a los 365 muertos durante las protestas de 2018. También se refirió a los 121 familias incompletas por tener un miembro encarcelado.

El 'baby del grupo', como le llamaban en El Chipote, sufrió torturas, no le facilitaron la medicación que necesitaba y no le dieron las cosas que su madre le llevaba a la prisión para aliviar sus situación.
Tras asegurar que será nicaragüense «le duela a quien le duela», se refirió a los crímenes por extensión, que son aquellos que afectan a las familiares y personas cercanas a los presos políticos. «Ortega ha convertido Nicaragua en una cárcel de cielo abierto», subrayó, antes de pedir que se cierre el cerco económico que mantiene al poder». A lo que Alexa reclamó «coherencia, por favor, coherencia», que cosechó aplausos.
Venezuela: dentro y fuera del país
La represión en Venezuela es quizá la más conocida, pues las noticias sobre ella son más abundantes. Sin ir más lejos, hace unos días se conocía el secuestro y el asesinato posterior del teniente Ojeda, que había pedido refugio en Chile. «Esta es represión extranacional», señaló Molly de Sota, presidenta de la ONG Familiares de presos políticos militares venezolanos. Hermana del capitán de Navío Luis Humberto De La Sotta Quiroga, denunció que este lleva cinco años encarcelado sin juicio, y que sufrió torturas en la celda del 'tigrito', en la sede del SEBIN. Su delito: «Llamar ladrón a su jefe por quedarse con la comida de la tropa». Y subrayó que ninguna negociación puede ser válida «sin exigir el cierre de los centros de tortura. Debería haber leyes que prohíban a los países democráticos hacer negocios con regímenes autocráticos».
El testimonio en primera personas de las torturas lo aportó Víctor Navarro, quien pasó cinco meses en el Helicoide, uno de los peores centros de tortura de América Latina. Para Navarro, la represión y la tortura forman parte de la política de Estado de Venezuela. Si bien consideró que este es un año clave para la transición en el país, no cree que en la posibilidad de elecciones libres «porque quien está en el poder tiene que utilizar la tortura para mantenerse».
Entre los nombres que sobrevolaron la intervención sobre Venezuela estuvo el de Rocío San Miguel, la hispano-venezolana detenida hace varias semanas, al igual que sus hijas o sus dos exmaridos.
Cuba: exportador de represión
Cuba cerró la ronda de regímenes autocráticos. Una dictadura que supera las seis décadas y que a los ojos de muchos se ha normalizado, pues no se le pide cuentas de sus excesos represivos. Nuevamente el cuestionado papel de la UE volvió a salir a la palestra. Javier Larrondo, presidente de la ONG Prisoners Defenders, fue el encargado de recordar las visitas y reuniones de miembros de la UE en La Habana en un clima distendido. «Y no podemos ser cómplices de los verdugos».
Larrondo se refirió a la exportación de los métodos represivos adoptados por Fidel Castro de la Unión Soviética a otros países afines, como Nicaragua o Venezuela. Logrando con ellos «el control de la población y su silencio».
Pero para retratar aún más pormenorizadamente el sistema de torturas cubano, el WLC contó con la presencia de Luis Zúñiga, expreso político 'plantado', y exembajador de EE.UU. ante la ONU, que pasó 19 años encarcelado en la isla, después de dos fugas, por el hecho de no querer pertenecer a ningún organismo estatal cubano cuando era estudiante.

Con una profusa documentación, mostró la evolución de la represión en la isla, que pasó de tener una cárcel por provincia, antes de la llegada al poder de Fidel, a 40 por provincia, lo que le permitió alcanzar la cifra de 120.000 presos políticos.
Exportador de represión a países como Angola, Zúñiga afirmó que el régimen cubano es el modelo en estrategias de tortura, y Venezuela, Nicaragua y Bolivia «son las secuelas».
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