El cártel de Jalisco busca desplazar al de Sinaloa y provoca un baño de sangre

El CJNG es más reciente que el de Sinaloa, se originó en 2010 y allí rápidamente ascendió Nemesio Oseguera Cervantes, conocido como 'El Mencho'. En 2018 las agencias de seguridad de EE.UU. ya estimaban que este cártel había alcanzado, en ocho años, los mismos niveles que el de Sinaloa. Según dichos reportes, además del tráfico de drogas, esta organización opera en México el negocio del robo de combustible para su venta clandestina así como también diversos formatos de estafas que tienen como víctimas frecuentes a turistas extranjeros que visitan el país.

Tienen presencia en Sudamérica, especialmente en Bolivia, Perú y Ecuador, donde financian al grupo 'Los Lobos' que a comienzos de este año llegaron a desestabilizar al gobierno de dicho país con un estallido de violencia.

A diferencia de Sinaloa, el CJNG es más evidente en sus actos y maneja los códigos del terror, incluso contra la política. En 2020 fue asesinado el exgobernador de Jalisco Aristóteles Sandoval. Esta semana en un juicio en EE.UU. contra Rubén Oseguera González, alias 'El Menchito', -preso en dicho país-, e hijo del capo, un testigo dijo que el CJNG estuvo detrás del asesinato del exgobernador.

El mes pasado el CJNG asesinó y desmembró a seis personas en Michoacán. Hace quince días ejecutó también a once personas en Nayarit y es frecuente que aparezcan mantas en diversas ciudades con amenazas específicas. Sus redes llegan hasta España. En abril del 2023 la Guardia Civil decomisó un alijo de doce kilos de cocaína en Ávila que pertenecía al Cártel de Jalisco. La DEA también informa que el Cártel opera laboratorios de drogas en Holanda. El año pasado se localizaron 150 de estos laboratorios en Ámsterdam, así como en otras ciudades de relevancia.

Con el gobierno entrante de Sheinbaum el CJNG tiene una rivalidad central con quien será su secretario de Seguridad , Omar García Harfuch, contra quien atentaron en 2020 con armas largas mientras este se dirigía a su oficina en la Ciudad de México. Todos los sicarios que protagonizaron el atentado fueron arrestados y con penas de más de cien años de prisión.

El periodista de 'El Universal', Héctor de Mauleon, habitualmente informado de las actividades de los cárteles en la capital mexicana, señaló recientemente que el objetivo de 'El Mencho' ahora es penetrar en la Ciudad de México.

«'El Mencho', como se ha hecho público, no sólo quiere la vida del secretario de Seguridad García Harfuch, quiere también la Ciudad de México y no sabemos hasta qué nivel la ha infiltrado [...] El Cártel Jalisco está en la ciudad, opera la propiedad de clubes nocturnos, se mueve en las sombras, pero ya está aquí y vive entre nosotros», escribió De Mauleón.

La violencia y la guerra del narco dominan la transición política. En Sinaloa hace dos semanas se libra una guerra entre las facciones del cártel que conforman Los Chapitos, encabezados por el hijo de 'El Chapo', Iván Archibaldo Guzmán y 'La Mayiza', que responde a Zambada quien desde EE.UU. dijo en una misiva que terminó preso por una traición de Los Chapitos.

Ese enfrentamiento lleva más de treinta muertos en el estado del Pacífico y más de veinte desaparecidos. Las personas se encierran en sus casas y en diversas zonas hay pocos establecimientos abiertos. El Ejército mexicano ha desplegado más de mil unidades, pero de momento no interviene en los enfrentamientos.

El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, un aliado de López Obrador, intenta que se reanuden las clases, pero las familias tienen temor de enviar a los niños al colegio. Esta semana grupos de académicos y padres de familia se rebelaron ante el miedo de ser alcanzados por una bala en las instalaciones educativas o en el trayecto hacia ellas. Entre el 16 y 17 de septiembre, la Secretaría de Educación estatal ordenó a los maestros retomar las clases presenciales pese a las balaceras.

En un vídeo, la secretaria de Educación, Catalina Esparza, presumió recorrer escuelas sin peligro. «Ando sola, no traigo chófer, no traigo escoltas, luego dicen que es peligroso moverse, no veo por ningún lado el peligro», dijo. Pero los niños no vuelven a las escuelas, y el pasado miércoles, a dos metros de donde la funcionaria grabó su vídeo fueron asesinadas seis personas. «Estamos en total desacuerdo que nuestros hijos y maestros regresen a clases por la ola de violencia en nuestra ciudad», decía una cartulina colgada en la entrada de la secundaria número 1, al norte de Culiacán, capital de Sinaloa.

En paralelo, desde EE.UU. siguen las acusaciones de los supuestos nexos de López Obrador con el narco. A tres semanas de que reciba su sentencia por narcotráfico, Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública del gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), acusó supuestos vínculos con el crimen organizado al presidente y a personas de su entorno.

En un escrito de cuatro páginas y fechado el 13 de septiembre, su abogado reveló la carta donde García Luna defiende su inocencia, acusa pruebas fabricadas por el Gobierno de México y señala vínculos de López Obrador con el crimen organizado. «Es de conocimiento público y está en los registros federales de México y EE.UU., los contactos, vídeos, audios, fotografías, registros de comunicación y gestión entre el actual Presidente de México Andrés Manuel López Obrador y sus operadores con los líderes de narcotráfico y sus familias; en particular, con los narcotraficantes que fueron utilizados como testigos en mi contra durante el juicio», dice la carta. Al día siguiente López Obrador exigió que García Luna presente pruebas de sus afirmaciones: «Entonces escribe que hay pruebas, vídeos, llamadas, audios; es muy sencillo, que los dé a conocer, él tiene todo».