Maduro ordena detener a un líder opositor tras la jornada de violencia en Venezuela
La oposición insiste en que los tres muertos en las protestas los provocaron infiltrados progubernamentales. El presidente habla de «golpe de estado en curso»

La violencia política reapareció en Venezuela. Una jornada de protestas convocada por destacados dirigentes de la oposición al Chavismo y al Gobierno de Nicolás Maduro derivó en choques violentos que se saldaron con la muerte de tres personas en Caracas y al menos 23 heridos en este y otros puntos del país. Los incidentes trajeron inmediatamente a la memoria de los venezolanos los incidentes del año 2002, cuando el golpe de estado contra Hugo Chávez y las multitudinarias manifestaciones convocadas en Caracas por simpatizantes y detractores del controvertido mandatario terminaron también en sangrientos tiroteos.
Las marchas de ayer fueron promovidas por dirigentes como María Corina Machado, destacada en el pasado por postularse como candidata del antichavismo a la Presidencia, o Leopoldo López, otro destacado opositor al oficialismo del PSUV . El objetivo era poner de manifiesto el descontento con lo que entienden como deriva autoritaria del Gobierno y rechazar los abusos policiales contra recientes movilizaciones estudiantiles El régimen chavista ha sido tradicionalmente mal visto en los ámbitos universitarios.
Según diversas fuentes, la violencia se desató cuando los estudiantes que participaban en la marcha en Caracas insistieron en exigir frente a la sede de la Fiscalía General la liberación de sus compañeros detenidos en recientes protestas universitarias en los estados de Táchira y Mérida. La mecha acabó extendiéndose al municipio de Chacao, al este del Gran Caracas, donde se registraron las víctimas mortales. Según informó el alcalde de Chacao, Ramón Muchacho , los muertos tras los incidentes son tres. Muchacho alertó además de que «grupos irregulares recorren Chacao y generan violencia» e hizo un llamamiento a la calma ante una situación que parece fuera de control. El propio regidor admitió que la Policía se está viendo desbordada.
Ante lo alarmante de los acontecimientos, las reacciones han sido diversas. Mientras que Henrique Capriles , líder de la plataforma opositora Mesa de la Unidad Democrática, ha reafirmado su compromiso con el «movimiento estudiantil», el presidente Nicolás Maduro ha prometido «justicia por la sangre derramada» y ha asegurado que Venezuela afronta «un golpe de estado en curso». Más beligerante incluso se ha mostrado el ministro de Exteriores, Elías Jaua, que no ha dudado en culpar de las muertes a Leopoldo López: «El Estado no tiene excusas para castigar a esta asesino», ha señalado. Poco tiempo después de estas palabras, el Gobierno ordenó la detención de López, según informa El Universal . A López, líder de la formación opositora Voluntad Popular, se le acusa de «lesiones graves, homicidio y terrorismo». Ahora pendiente de captura, el dirigente antichavista ha atribuido lo ocurrido a un plan oficial para desacreditar las legítimas protestas cívicas y a la actuación premeditada de infiltrados progubernamentales. Pese a la respuesta policial dada por el oficialismo, los promotores de las marchas insisten en que convocarán nuevas marchas contra un régimen que califican como «una tiranía».
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