Siglo XVI
La sustancia secreta que provocó la mayor guerra entre España y Portugal: «Daba un 1.000% de rentabilidad»
Roger Crowley analiza en 'Especias. La contienda del siglo XVI que dio forma al mundo moderno', la batalla comercial entre ambas coronas por hacerse con las Islas Molucas
500 años de la victoria española que revolucionó el arte de la guerra: «Francia la ha ocultado»

Fue una contienda sin cuartel, sí, aunque con mapas y anhelos de exploración en lugar de aceros. A comienzos del siglo XVI había un tesoro por el que combatían los dos grandes imperios de la época: las especias. «De ellas podía obtenerse una rentabilidad de ... hasta el mil por ciento», explica a ABC Roger Crowley, historiador de Cambridge y autor de 'Especias. La contienda del siglo XVI que dio forma al mundo moderno' (Ático de los libros). Durante años, los unos y los otros lucharon por hallar su origen, y lo encontraron en las Islas Molucas allá por 1511. A partir de entonces, y durante las seis décadas que el experto analiza en su nuevo ensayo, se inició una guerra por su dominio; una lucha bastante provechosa, todo sea dicho, ya que «generó un gran desarrollo en ámbitos como la cartografía». Hoy, y ya que le tenemos en Madrid, preguntamos al buen profesor por ella.
-¿Qué importancia tenían las especias en el siglo XVI?
Desde la actualidad nos puede resultar muy extraño que fuesen tan valiosas. Es difícil imaginar cómo pensaban las personas del pasado, pero, si las especias eran un bien tan preciado, se debía a varios motivos. Eran ligeras de transportar, no eran perecederas, eran un símbolo de estatus... Por otro lado, también se creía que tenían propiedades mágicas para la salud: medicinales, afrodisíacas... ¡Además, echar especias a la comida hacia que su sabor no fuese tan plano!
-¿Por qué eran tan caras?
Porque tenían que pasar por las manos de muchos intermediarios. Cada uno le añadía un porcentaje al precio final. Y, al ser tan raras en Europa, el precio subía mucho. En la práctica se utilizaban para especular porque ofrecían una rentabilidad del mil por ciento.
-¿Por qué arranca la obra con la conquista de Malaca en 1511?
El origen fue el Tratado de Tordesillas, la división del mundo entre España –que solo podía explorar al occidente de las islas de Cabo Verde– y Portugal –que podía hacer lo propio al oriente–. En ese contexto, los portugueses tomaron Malaca, lo que les permitió recabar mucha información sobre cómo funcionaba el comercio de las especias e intentar dar el salto a las Molucas. Todo ello, para evitar pagar a todos los intermediarios posibles.
Especias

- Editorial Ático de los Libro
-Afirma que, en la primera parte del XVI, los portugueses estaban por delante de los españoles en cuanto a navegación
Portugal era un país atlántico. Es obvio que iban por delante: sus planes siempre miraban hacia el mar.
-¿Creó Tordesillas más problemas de los que solucionó?
Tordesillas tiene un punto ridículo, por así decirlo. Nadie podía establecer dónde estaba la línea imaginaria que separaba el mundo entre las dos potencias. Sí, se pusieron las Islas de Cabo Verde como una referencia, y sí, se trazó un meridiano 300 leguas hacia occidente, pero la cuestión es que nadie tenía la habilidad ni los conocimientos para determinar datos tan necesarios como la longitud. Era algo imposible. A partir de entonces, se sucedieron en Badajoz una serie de discusiones entre expertos para saber quién llevaba la razón, y no se llegó a nada. Ante la duda, Portugal y España determinaron que las Molucas se hallaban en su demarcación. Aquello era el equivalente a dos científicos discutiendo por una partícula física que nadie puede ver. En todo caso, fue un intento de evitar tensión internacionales, aunque no saliera bien.
-¿Cómo reaccionó España a la conquista de Malaca?
Con preocupación. No querían quedarse fuera del comercio con las islas de las especias. Eran muy conscientes de que tenían que hacer algo, y recurrieron a pilotos portugueses como Magallanes para intentar tomar la delantera a Portugal. Así, hubo un transvase de información.

-Algo bueno tendrían también nuestros pilotos españoles...
Los pilotos portugueses tenían más experiencia, pero los españoles se pusieron al día enseguida. Tampoco podemos obviar que había muchas tensiones en los buques españoles que contaban con lusos. Es algo que sucedió, por ejemplo, en la expedición de Magallanes. Sí es importante señalar que la Monarquía Hispánica tenía un segundo secreto: los marineros vascos. Elcano, Urdaneta, Legazpi... Todos ellos fueron piezas determinantes en el desarrollo de la exploración oceánica mundial.
-¿Impulsó esta guerra por las especias la evolución de las ciencias y la cartografía?
Desde luego. La guerra generó un gran desarrollo en ámbitos como la cartografía, la navegación, la elaboración física de mapas o las lenguas. Es lógico, porque debían comunicarse con los pueblos con los que contactaban. Toda esta mezcla provocó una explosión de conocimientos de todo tipo: técnicos, culturales, científicos... Y también ayudó a conformar la visión que Europa tenía del mundo.
-¿Por qué terminar la obra en 1571?
Es una fecha muy importante, aunque tampoco debemos olvidar 1565. Ese fue el año en el que Urdaneta hizo el tornaviaje desde Filipinas hasta Acapulco. La ruta resultó clave porque permitió a los españoles comerciar a través del Pacífico y asentarse en la ciudad de Manila. Y esto, a su vez, hizo que pudieran comerciar con China, Japón, Birmania, Siam y Corea. A partir de entonces se creó una red global controlada por la Monarquía Hispánica crucial. En la práctica, fue la primera vez que se unieron todas las redes comerciales en un solo sistema mundial, las del este y las del oeste. Los nodos eran Manila – Acapulco – Ciudad de México – Veracruz – Sevilla.
-¿En qué momento España superó a Portugal a nivel de comercio e ingeniería naval?
Hubo un momento en el que España adelantó a Portugal sin remedio. La corona lusa comerciaba con China y Japón, pero, cuando la Monarquía Hispánica pudo abordar el Pacífico, consiguió una gran ventaja. En la práctica era lógico: tenía mucha más población que su vecino. Desde entonces, el conocimiento español de los mares y océanos fue, al menos, tan destacado como el de sus adversarios. Pero la clave fue el hallazgo de plata en el Potosí, en los Andes Bolivianos. Aquello les permitió comerciar con China.
-¿Por qué esa importancia de la plata?
China cambió su sistema fiscal a partir de 1571. Desde entonces, solo permitía pagar las transacciones comerciales en plata. Y eso es algo que España pudo conseguir a través del torrente argentino que venía del Potosí y de otras minas ubicadas en México. En la práctica, el español se convirtió en el pueblo más rico de Europa; arrancó su edad de oro.
-La última pregunta es más humana. Tras leer su obra, es imposible no ver a los exploradores como unos aventureros con cierto punto de locura...
Es muy difícil entender la mentalidad de la época. Como decimos en mi idioma, el pasado es un país extranjero. En la expedición de Magallanes partieron 285 personas, y solo regresaron 18. De ellas, apenas cinco volvieron a salir al mar... ¡Y murieron! ¿Por qué arriesgar la vida? Difícil saberlo. Deberíamos tener en cuenta que vivían en áreas pobres como Extremadura, y la posibilidad de hacerse ricos con el comercio de especias era muy atrayente. En este sentido, los escritos de Marco Polo cautivaron la imaginación de los europeos. Si no tienes nada, tampoco tienes nada que perder.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete