Las demoledoras palabras con las que Arelys, madre de Yulen, define a Anabel Pantoja

Desde que se hizo pública la ruptura entre Anabel Pantoja y Yulen Pereira, se especuló mucho acerca del conocimiento que tenía Arelys Ramos, la madre del esgrimista, sobre la situación. Es más, algunos apuntaron que el joven quería romper su noviazgo antes pero que su progenitora le había pedido que esperase para que no peligrase su participación en 'Supervivientes'. Ahora, con su regreso a España, ha querido contar toda la verdad de su relación con la sobrinísima en una entrevista.

Una vez más, Ramos ha reiterado que «yo me voy a Honduras y sé que mi hijo ha tenido situaciones desagradables, pero eso de decir 'lo vamos a dejar, no'». Y aunque no se alegre de lo ocurrido, Arelys explica a la revista 'Lecturas' que «estoy más tranquila. Sé que Yulen es más feliz ahora. Mi hijo estaba cohibido. Ahora veo que mi hijo es él. Antes no lo era, estaba triste. Por eso estoy tranquila, porque mi hijo vuelve a ser mi hijo».

Pese a que, según ella, no ha podido informarse bien de todo lo que ha ocurrido y de lo que se ha hablado en televisión, la progenitora del esgrimista asevera que su primogénito le dijo que Anabel «era bastante controladora, lo de los celos y la desconfianza» -tres demoledores ataques que no sentarán bien a la televisiva-. «Eso quema. Creo que eso es lo que le ha llevado a Yulen a asfixiarlo», sentencia. Además, confiesa que ella sabe de primera mano que «él le ha dado varias oportunidades a esta relación, me duele que se haya llegado hasta este punto, aunque creo que deben estar felices los dos».

Pero lejos de quedarse ahí, Arelys ha deslizado que Yulen «tenía miedo» a Anabel Pantoja. «Mi hijo está acostumbrado a unas cosas, eso depende de cada familia o de la forma de ser y, a lo mejor, en el tipo de relación que tenía con ella había cosas a las que él no estaba acostumbrado, le chocaban y le dolían», ha añadido. Eso sí, ha agradecido estar aislada cuando todo estalló ya que «si yo veo todo esto que ha pasado corto cabezas. Cojo la espada de mi hijo y...».