Tania Llasera: «En España se ha normalizado la crítica y de ahí que se juzgue el cuerpo ajeno»
Aunque suele digerir con inteligencia los muchos comentarios que genera, es una mujer de rompe y rasga que irradia luz por cada poro de su piel

Nueva vida y cambios que sientan de maravilla al cuerpo. Tania Llasera (41 años) reaparece con su libro ‘La vida a mordiscos’ y el resultado es que está estupenda en todos los sentidos. «En la pandemia me he cuidado haciendo ayuno y el ... resultado ha sido buenísimo», cuenta. Aunque suele digerir con inteligencia los muchos comentarios que genera, es una mujer de rompe y rasga que irradia luz por cada poro de su piel.
¿Qué sentido tiene comerse la vida a mordiscos como titula en su libro?
Es el libro más personal que voy a escribir nunca y es que se trata de un homenaje a las mujeres que me han enseñado a comerme la vida, a disfrutarla, a no quedarme con hambre de nada. Lo más importante en la vida es vivirla.
Es de las que piensa que cada día que pasa es un día menos…
O un día más que tu cuerpo ha disfrutado. Un amigo pone en un Excel todas las veces que sonríe al día. Mi fin es llegar a viejecita y no arrepentirme de nada después de saber que he vivido la vida a bocados.
Este libro salpica sus recetas de cocina con los capítulos de su vida. No deja de ser curioso en una mujer que muchas veces ponen en la picota precisamente por sus kilos de más. ¿Es tan segura como aparenta?
No siempre he llevado bien la fama y de ahí que haya necesitado muchas horas de diván para darle la vuelta a esa tortilla, pero en lo que se refiere a mi cuerpo vengo de una cultura anglosajona donde se practica el nudismo y eso hace que desde niño te enseñen a ver tu cuerpo de una forma natural, bello, donde da igual que mi abuela tuviera arrugas y no todo en su sitio, sino que estaba conforme en su piel al igual que mi madre. He crecido en esa educación privilegiada, que es bastante más abierta en algunos aspectos que la española. Por eso sé que soy más que un cuerpo y que me siento cómoda en la piel que habito. Sea la talla que sea. Me veo guapa siempre, con más o menos kilos.
La fama no siempre es buen aliado a la hora de recibir tantas críticas. ¿No se siente más vulnerable?
Y si eres mujer ya ni te cuento. En España se ha normalizado la crítica como deporte nacional y de ahí que se juzgue el cuerpo ajeno. En mis redes sociales intento cambiar esa costumbre. Evidentemente hay gente gris que se siente mejor machacándote, pero ya aprendí por mi trabajo en televisión que es imposible gustar a todo el mundo. En redes sociales es más duro porque llegan a tu cuenta todos los comentarios, haters muchos, y tu te quedas con toda la mierda que sueltan. Intento llevarlo con filosofía. Una de las pocas cosas buenas del Covid-19 es que hemos aprendido que sólo nos importe la gente que realmente queremos. El resto no me afecta y menos cuando te metes en la cuenta de alguno de esos críticos y ves que su anterior mensaje es que ha suspendido en matemáticas. ¿Vamos a permitir que nos afecten los insultos de niños que tienen 12 años?
Las redes dan rienda suelta al maltrato psicológico.
Y al bullying. Es una realidad diaria y falta mucho por hacer porque aún hay un vacío legal.
Veo que el confinamiento le ha hecho ponerse en forma. Se nota que ha perdido algunos kilos. ¿Miedo por la salud?
Estaba muy desajustada. Antes de este libro escribí un artículo sobre la gula y me sirvió para analizar porqué comía tanto, incluso más que mis hermanos y padre y llegué a la conclusión de que lo hacía por saciar el hambre emocional. Pura ansiedad. Necesitaba cambios en mi vida y el Covid-19 los precipitó, ya que salí de Mediaset después de 11 años. Ha sido una pena y también una liberación ver que comienza una etapa nueva. He hecho ayuno, tal y como me recomendó mi nutricionista, porque ya estaba en un peso muy incómoda y rondando la diabetes. Como cerraron los restaurantes reconozco que era el momento y me encuentro tan bien que hoy sé que no pretendo parar hasta el día que me muera.
¿En qué consiste ese ayuno?
Hoy he estado 18 horas de ayuno. Lo normal es que me salte el desayuno, algo que no me cuesta, y cuando me levanto bebo un café con agua y mucha agua hasta la hora de comer. Ceno con los niños, no mucha cantidad porque me sacio y me gusta porque estoy más en contacto con mi cuerpo. En seguida sé lo que me sienta mal, opto por comida limpia antes que grasas o fritos.
Emocionalmente también está más serena y eso influye.
Es que me siento libre y eso hace que esté en mi elemento y tenga felicidad. Necesitaba renacer.
¿Cuáles son sus próximos planes?
Voy a montar mi nueva empresa con algo que va a ayudar a muchas mujeres centrado en la autoestima. También preparo un libro sobre el cuerpo femenino y cómo se nos cosifica y lo que nos ocurre cuando no nos trabajamos interiormente.
¿No le asusta desnudarse tanto ante la gente?
He abrazado el hecho de ser una mujer que no concibe la vida sin desnudarse y me acepto porque es lo que hay. Hasta mi marido lo ha encajado. No quiero esconder nada ni arrepentirme de nada en el futuro por no haber sido valiente.
¿Cómo ve la televisión de hoy? ¿Quiere seguir en el medio?
Claro que sí. Espero estar mucho en televisión porque creo además que es un medio que puede ayudar a mucha gente. Mira ahora el documental de Rocío Carrasco. Está haciendo una educación bestial a muchos niveles y por eso sé que la tele tiene mucho por descubrir. En 20 años que llevo ha cambiado un montón y eso me emociona.
¿Que opina sobre la docuserie?
Lo dirige Ana Isabel Peces, una maravilla de mujer con la que he trabajado. Realmente lo vi por ella y creo que ha abierto muchos melones necesarios. Está abriendo los ojos a tantas mujeres. Yo a los 18 años salí de mi casa y me hice novia de un cretino que también me machacó. Fue un año y medio de maltrato psicológico, pero necesité cuatro años para superarlo. Las mujeres maltratadas somos muchas y se demuestra con la hija de la más grande que cualquiera puede estar en esa situación.
¿Entiende que después de 20 años Rocío siga sin superar ese dolor o miedo?
Si no lo trabajas bien y de raíz cuesta mucho. Ella creo dijo que llevaba 15 años trabajándose con terapias pero hay 10 años anteriores que se han enquistado y fermenta. Además tienen dos hijos y aunque lleve tiempo sin verlos el otro siempre sabe encontrar la manera de machacarte. Encima una cree que es culpa suya y por eso hay que trabajarlo. Esta chica está siendo muy valiente delante de toda España y por eso se merece un Olé de la sociedad.
¿Entiende que como madre no haya luchado por estar con sus hijos? ¿Si él es tan horrible cómo ha dejado que sus hijos sigan a su lado?
Quiero ver cómo acaba el documental, pero dio una clave al decir que nunca quiso que sus hijos pudieran decir que les habló mal de su padre. Eso ha llegado a un punto en que ha perdido el control y no sabe cómo darle la vuelta. Ha tirado la toalla, pero pienso que en el fondo aún tiene la esperanza de recuperarlos. Yo espero que todo tenga un final más coherente.
¿Vivir con odio puede ser lo más insano del mundo?
Totalmente. Piensa que esta chica ha intentado suicidarse. Ha necesitado hacer esto a modo terapéutico para contar su verdad y ya veremos qué pasa.
¿Qué motivo habría en esta vida para que usted no estuviera con sus hijos?
Pues que me encontrara en Marte. Pepe, de 5 años y Lucía, de 3, están preciosos. Me encantaría seguir aumentando la familia, pero en el confinamiento entendí que dos eran suficiente y que mi energía tendría que ser para mis proyectos.
¿Qué necesita para estar feliz?
A los míos y poco más salvo agua y comida.
¿Sigue practicando el nudismo?
En lugares públicos no puedo por la fama pero en mi casa en cuanto puedo hacemos nudismo. No hay nada más gustoso que poner el culete al sol. Me pone de buen humor.
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