Pucará, el nuevo rincón de Perú en Chamartín
detapeo
Comida típica pero no tópica en un local con terraza, barra y un torito de amuleto
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Un toro decora la pared de Pucará, situado a unos pasos del parque de Berlín, en Chamartín, y más figuras de este animal decoran su pequeña sala. La imagen no hace referencia al bravo mamífero español, sino al que, en la tierra del altiplano peruano que da nombre a este nuevo restaurante de Madrid, simboliza la suerte y es amuleto para la protección y la abundancia, conocido como 'el torito de Pucará'.
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Bajo su influjo quieren traer a la capital una muestra de lo mejor de la comida de su país de origen, Perú, los dos socios y ahora restauradores -provienen de otros sectores, estrenan aventura y vida en la ciudad con este proyecto- Gian Carlo Panzera y Patrick Griffiths. Y en esta barra peruana consiguen contagiar su pasión alejada de tópicos por aquellas recetas e ingredientes con una carta corta pero variada y en un formato de platos adaptado no obstante al tapeo y las raciones compartidas del gusto local.
En Pucará, que cuenta con terraza acristalada en la plaza de Cataluña, justo enfrente del local, el punto culminante lo pone su magnífico ceviche de corvina, de producto de primera y gran riqueza y potencia de sabores, con un toque de crujiente de calamar (20 euros).
Pucará
- Qué pedir:
- Perfecto para:
- Precio caña: 3,50 euros.
- Precio ceviche de corvina: 20 euros.
- Dirección: C/Príncipe de Vergara, 200. Abre de martes a sábados comida y cena, domingo solo mediodía.
También triunfan sus croquetas de ají de gallina (14 ración, 4 tapa), sus anticuchos de pulpo (19,50 y 6), su gambón con tempura de quinoa (19 y 5,50) y su arroz chaufa amazónico (17,50). Para beber, su carta de piscos aporta novedades en sus versiones con lima o maracuyá (10), aunque hay cervezas -locales, de barril y botellín, y peruanas- y vinos.
Este pequeño rincón peruano en Chamartín cuenta con barra, mesas dentro y en la terraza y es amigo de los animales, cosa que se agradece tras un paseo por el barrio o unas vueltas al parque. El del colorido torito de Pucará es un restaurante que resulta íntimo y personal, elegante, desenfadado y relajado a la vez.
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