Las verdaderas diferencias entre esterilidad e infertilidad
Una experta en reproducción humana explica que la OMS incluye la infertilidad y esterilidad como enfermedades y matiza las diferencias
¿Qué es la betaespera que genera tanta ansiedad en las parejas?

Sara López es ginecóloga especialista en reproducción asistida, trabaja en el Centro de Infertilidad y Reproducción Humana (CIRH) de Barcelona y acaba de publicar el libro 'Quiero quedarme embarazada. Claves para entender la reproducción asistida'. Está acostumbrada a recibir a parejas deseosas de ... tener hijos, pero que están desesperadas porque no logran cumplir sus sueño y necesitan una explicación y una solución.
¿Es lo mismo esterilidad que infertilidad?
No son lo mismo. Ambas son enfermedades reconocidas por la OMS y aunque afectan a la fertilidad, en la esterilidad existe una imposibilidad para conseguir gestación en un periodo de 12 meses (6 meses si la mujer tiene más de 35 años), mientras que en la infertilidad sí que se consigue la gestación, pero nunca llega a término; es decir, se producen abortos.
¿Cuáles son las principales causas de una y otra?
En el caso de la esterilidad, en el 30% de casos es de origen femenino (ejemplos: edad materna, baja reserva ovárica, endometriosis, anovulación, trompas de Falopio obstruidas), en el 30% es de origen masculino (ejemplos: baja concentración de espermatozoides, disminución de la velocidad espermática, no producción de espermatozoides). En un 20% de los casos es de origen mixto (factores masculino y femenino) y en el otro 20% es de origen desconocido; es decir, que con las pruebas básicas realizadas no sabemos el motivo de la esterilidad.
En el caso de la infertilidad el motivo más frecuente por el que se producen abortos es por alteraciones cromosómicas en los embriones (esta alteración tanto puede venir del óvulo como del espermatozoide). Otros motivos son la presencia de trombofilias en la mujer (alteración en la coagulación de la sangre) o, con menor frecuencia, alteraciones morfológicas en el útero.
¿En qué momento suelen plantearse las parejas una reproducción asistida?
Si no hay antecedentes médicos de interés, dependerá de la edad de la mujer. Si la mujer tiene menos de 35 años y llevan 12 meses buscando gestación sin éxito es cuando deberían consultar a la especialista. Si la mujer tiene más de 35 años y llevan más de 6 meses buscando gestación se aconseja entonces consultar con la especialista.
¿Cuáles son los principales miedos de las futuras gestantes?
Sobre todo que no funcione el tratamiento o, si hay antecedentes de abortos, que vuelvan a ocurrir.
¿Qué técnicas de reproducción son las más aconsejadas y en función de qué unas son más indicadas que a otras?
Para indicar una técnica de reproducción asistida en concreto hemos de tener todas las pruebas básicas hechas y, en función de los resultados, se decide la técnica que mayores probabilidades de éxito tendrá valorando también el riesgo-beneficio. Las técnicas más utilizadas son la inseminación artificial y la fecundación in vitro. Para realizar una inseminación artificial, la pareja ha de presentar una esterilidad de menos de 2 años de duración, la mujer ha de tener menos de 40 años y las trompas de Falopio han de ser permeables y, además, el hombre ha de presentar un seminograma con parámetros correctos. Si alguno de estos criterios no se cumple entonces se indica realizar una fecundación in vitro.
¿Por qué hay mujeres que se han sometido a tratamientos de reproducción y no logran un embarazo?
Desgraciadamente las técnicas de reproducción asistida no son siempre garantía de éxito a la hora de conseguir un embarazo. Se ha de valorar en cada paciente el tratamiento realizado y las posibles opciones de un nuevo tratamiento que le pueda aumentar las probabilidades de éxito. En mi libro hay un capítulo específico que habla de ello: Si ya he hecho un tratamiento, ¿por qué no me quedo embarazada? Explico que si se ha realizado una técnica y no ha funcionado qué deberíamos hacer y que, en cualquier caso, hay pacientes en las que no se consigue el embarazo, aunque estas situaciones ocurren en menos de un 10% de los casos.
¿Es cierto que tras 'obsesionarse con un embarazo' cuando la mujer se relaja tiene más posibilidades de quedarse en estado?
No es cierto que el obsesionarse condicione una imposibilidad de gestación pues cuando se diagnostica la esterilidad es porque hay un problema médico, no mental, que la está produciendo. No obstante, el estrés no ayuda en estos procesos que son duros mentalmente por lo que se recomienda gestionar lo mejor posible este estrés para tener una mejor salud mental, no para aumentar las probabilidades de embarazo. Evitar tóxicos como el alcohol y el tabaco, llevar una alimentación saludable y realizar ejercicio físico pueden ayudar a llevar mejor el proceso.
¿Cuáles son sus sentimientos como doctora en ginecología y obstetricia cuando logra que una pareja consigue ese hijo que tanto desea?
Para mí es un momento muy esperado y emocionante. Con muchas de estas pacientes hemos estado juntas en un largo y duro camino y conseguir el objetivo deseado es una satisfacción compartida con las pacientes que hace que mi trabajo tenga sentido y sienta que pueda ayudar a muchas personas a conseguir algo tan importante en sus vidas como es formar una familia.
Tras quince años de experiencia profesional, ¿de qué manera cree que los avances van a mejorar los problemas de las parejas para tener hijos?
Respecto a los primeros tratamientos de reproducción asistida llevados a cabo en los años 70 se ha mejorado mucho en las tasas de éxito de embarazo y se han disminuido los efectos secundarios y las complicaciones derivadas de estos tratamientos.
MÁS INFORMACIÓN
Aquí van 3 ejemplos: la obtención de óvulos para hacer una fecundación in vitro, en los años 70, se hacía por cirugía abdominal y ya hace muchos años que se hace vía vaginal, reduciendo así los riesgos quirúrgicos y permitiendo una rápida recuperación física posterior; en el laboratorio, la mejora en los medios de cultivo permite evolucionar más y mejor los embriones y, por último, los tratamientos farmacológicos tienen menos efectos secundarios y son mejor tolerados por las pacientes. Estamos en el buen camino, pero continuar estudiando e investigando es clave para mejorar todavía más estas probabilidades de éxito.
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