Todos a una para ayudar a que los jóvenes hagan un uso seguro de la tecnología
Fad Juventud ha presentado la campaña 'Acompañar es tarea de todos y todas' para concienciar de la urgencia de que familias, políticos, educadores, plataformas tecnológicas, creadores de contenidos, etc., promuevan el bienestar digital de los adolescentes
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Exposición a contenidos inapropiados, ciberacoso... son solo algunas de las amenazas tecnológicas a las que están sometidos los adolescentes que manejan las pantallas. Y ellos lo saben. De hecho, un 66% de los jóvenes confiesa que el tiempo que pasa en Internet es excesivo, lo que supone, entre otras consecuencias, menor bienestar individual y, además, conflicto diarios en los hogares al enfrentarse a unos padres que quieren que dejen las pantallas para que puedan dedicarse a otras actividades ajenas al mundo online.
Conscientes de esta situación que cada vez afecta a más familias, desde Fad Juventud quieren tender una mano a los jóvenes porque reconocen que esta batalla no deben lidiarla solos y, por ello, han decidido lanzar una campaña con el propósito de sensibilizar sobre la urgencia de un acompañamiento que haga frente a los riesgos digitales a los que están sometidos.
«Acompañar es tarea de todos y todas» cuenta con un enfoque en la responsabilidad compartida; es decir, pretende movilizar a familias, educadores, plataformas digitales, autoridades políticas, creadores de contenido, y a la propia juventud, para garantizar un entorno digital seguro y saludable. Consideran que los jóvenes no deben afrontar solos y buscar soluciones para pasar menos tiempo con la tecnología.
Según puntualiza a ABC Beatriz Martín Padura, directora general de Fad Juventud, la importancia de lanzar una campaña de sensibilización centrada en el acompañamiento digital a adolescentes y jóvenes se evidencia claramente a través de los datos obtenidos en la investigación 'Desde el lado oscuro de los hábitos tecnológicos: riesgos asociados a los usos juveniles de las TIC', llevada a cabo por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud con el respaldo de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, publicada en febrero de este año. «Esta investigación destaca que cuatro de cada diez jóvenes carecen de formación sobre cómo mejorar su seguridad o comportarse en Internet. Asimismo, los y las jóvenes son altamente conscientes de los riesgos online, expresando preocupaciones significativas sobre ser víctimas de estafas, la difusión no consentida de material comprometedor y la suplantación de identidad».
Explica que una proporción considerable de jóvenes reporta frecuentes experiencias negativas en línea, como el bloqueo de perfiles por insultos o acoso, la recepción de mensajes o vídeos de carácter sexual sin consentimiento, y el miedo a subir contenidos por temor al acoso. «Estos datos subrayan la necesidad imperativa de abordar y mitigar los riesgos digitales a los que se enfrenta la juventud», insiste.
¿Por qué no existe una firme concienciación respecto a proteger a adolescentes y jóvenes en el entorno digital?
La falta de concienciación respecto a la protección en el entorno digital puede atribuirse a diversos factores interconectados. Primero, la rapidez con que avanza la tecnología frecuentemente supera la capacidad de las familias y docentes para adaptarse a nuevas herramientas y entender plenamente sus implicaciones. Este desfase en la comprensión y adaptación puede dejar a las y los adultos mal preparados para guiar efectivamente a los y las jóvenes en un entorno digital en constante cambio.
Además, la omnipresencia de la tecnología en la vida diaria crea un ambiente en el cual el consumo digital es extremadamente difícil de monitorear y regular. Los dispositivos móviles, las redes sociales y el acceso constante a internet forman parte integral de la vida cotidiana, lo que hace que sea un desafío para las familias establecer límites claros y efectivos.
Otro factor es la falta de estrategias de acompañamiento y educación adaptadas a las necesidades y realidades de la juventud. Sin un marco de apoyo claro y coherente que abarque desde la educación en el aula hasta el diálogo en el hogar, es complicado implementar una supervisión efectiva. Esto se complica aún más por la variedad de actores involucrados, desde familias hasta instituciones educativas y plataformas digitales, cada uno con diferentes capacidades y enfoques hacia la seguridad digital.
Finalmente, existe una necesidad de promover una concienciación más profunda y efectiva sobre los riesgos digitales. Esto incluye no solo informar sobre los peligros, sino también enseñar habilidades prácticas de navegación segura, promover la comprensión de los derechos digitales y fomentar una cultura de respeto y responsabilidad en línea. Al abordar estos aspectos, se puede fortalecer la protección de los y las adolescentes y jóvenes en el ámbito digital.
¿Es falta de información o desinterés por el asunto?
Más que desinterés, parece ser una combinación de falta de información adecuada y la necesidad de un enfoque más integrado que involucre a varios actores sociales. La campaña enfatiza la importancia de un esfuerzo colaborativo y bien informado entre familias, docentes, plataformas tecnológicas, autoridades políticas, creadores de contenido y otros para abordar los riesgos digitales.
Este enfoque colaborativo es crucial porque cada actor social aporta una perspectiva y recursos únicos que son esenciales para una estrategia de seguridad digital efectiva. Por ejemplo, las familias pueden proporcionar un entorno de apoyo y supervisión directa, pero pueden carecer del conocimiento técnico que las y los educadores podrían compartir sobre la seguridad en línea y el comportamiento digital ético. De igual manera, las plataformas tienen la capacidad tecnológica para implementar medidas de seguridad avanzadas y desarrollar herramientas de control parental, pero necesitan la cooperación de las autoridades políticas para crear un marco regulatorio que promueva prácticas seguras y equitativas. Los creadores de contenido, por otro lado, influyen significativamente en las percepciones y comportamientos de los jóvenes y pueden jugar un papel importante en la promoción de un uso seguro y responsable del internet.
Además, la necesidad de un esfuerzo integrado se subraya por la interconexión de las diversas amenazas en el entorno digital, que van desde el ciberacoso hasta la exposición a contenido inapropiado o la manipulación por parte de terceros. Enfrentar estos desafíos de manera aislada puede llevar a soluciones ineficaces que no aborden la complejidad del entorno digital. Por lo tanto, una estrategia cohesiva y colaborativa no solo mejora la efectividad de las medidas de protección, sino que también fortalece el tejido social necesario para fomentar un entorno digital seguro y empoderador para adolescentes y jóvenes.
Aunque esta tarea es responsabilidad de diferentes colectivos, ¿son los progenitores los primeros en aportarles un entorno seguro?
Sí, las familias juegan un papel crucial como los primeros en establecer un entorno seguro. Se les aconseja establecer normas claras sobre el uso de la tecnología y promover un diálogo continuo sobre sus riesgos y beneficios, actuando como modelos de comportamiento adecuado.
La importancia del ejemplo que establecen los padres es fundamental, mostrando un uso consciente y responsable de la tecnología. Este enfoque no solo guía a sus hijos e hijas en su comportamiento en línea, sino que también refuerza la comunicación y la confianza, permitiendo a los y las jóvenes sentirse cómodos para discutir sus experiencias y preocupaciones digitales.
Además, es esencial que las familias fomenten un equilibrio entre la vida on y offline y se involucren activamente en el conocimiento sobre las plataformas y herramientas que utilizan sus hijos e hijas. Al hacerlo, pueden ayudarles a navegar de forma más segura por el entorno digital y a tomar decisiones informadas sobre su presencia en línea.
¿Qué futuro nos depara si no se toman las medidas necesarias para ofrecer esta seguridad digital a nuestros hijos?
Sin medidas adecuadas para garantizar la seguridad digital de los jóvenes, es probable que sigan enfrentándose a amenazas persistentes como la exposición a contenidos inapropiados, el ciberacoso y otras formas de abuso en línea. Estas situaciones podrían seguir deteriorando el bienestar emocional y psicológico de adolescentes y jóvenes, poniendo en riesgo su desarrollo saludable y seguro.
Sin embargo, es importante reconocer que la tecnología tiene aspectos positivos significativos. Las redes sociales, por ejemplo, no solo son una fuente de preocupación. Gestionar y mantener estas plataformas también les genera sensaciones positivas, vinculadas a la diversión (40.9%) y a la alegría (32.2%). Aunque ciertas experiencias negativas como el agobio y el estrés (13.1%) y la inseguridad (11.1%) están presentes, es importante destacar la capacidad de las TIC para fomentar la interconexión y fortalecer los lazos entre amigos y comunidades, lo cual es vital para el desarrollo social y emocional de los y las jóvenes.
Además, la falta de un entorno digital seguro y saludable puede llevar a un incremento en los conflictos familiares, dado que las tensiones pueden surgir tanto por el uso excesivo de la tecnología como por las consecuencias de interacciones digitales negativas. Sin la intervención adecuada y un esfuerzo conjunto de todos los actores sociales implicados, las dinámicas familiares podrían verse afectadas de manera adversa, complicando aún más los esfuerzos para establecer límites saludables y un acompañamiento efectivo en el uso de la tecnología.
No obstante, la campaña es un claro llamado a la acción para unificar esfuerzos y recursos de todas las partes involucradas. Con un enfoque colaborativo y comprometido, hay una expectativa realista de moldear un futuro digital mucho más seguro y enriquecedor para nuestra juventud. La iniciativa apunta a fortalecer la educación, mejorar la supervisión y fomentar un diálogo abierto, elementos clave para transformar el panorama digital en un espacio más seguro y saludable. Esta colaboración no solo es posible, sino esencial para garantizar que los retos del entorno digital sean abordados con la seriedad y la urgencia que requieren, promoviendo así un entorno más seguro y positivo para todos.
Presentación de la campaña
La campaña «Es tarea de todos y todas» se ha presentado hoy en Madrid. El concepto creativo de la campaña, elaborado por la agencia Pink, se construye a través de una metáfora visual en la que diferentes dispositivos tecnológicos cuelgan del techo en un espacio oscuro. Esta primera escena representa la omnipresencia y la continua demanda de atención de la tecnología -especialmente las redes sociales- en nuestras vidas. A continuación, aparecen madres y padres junto con sus hijos intentando controlar los posibles riesgos del uso de estos dispositivos. Sin embargo, la simple prohibición del acceso a la tecnología no funciona. En su lugar, la campaña sugiere como alternativa acompañar a adolescentes y jóvenes y unir esfuerzos con otros actores, para educar en el uso seguro y responsable de la tecnología.
Según Martín Polonsky, director creativo de Pink, «los adolescentes encuentran en el universo digital no solo un refugio, también una fuente de información y un espacio de expresión. El reto creativo, una vez más, era desarrollar una campaña que abordase el ocio digital de los adolescentes no solo para concienciar, sino también para conectar con padres, madres, profesores y familiares que acompañan, participan y fortalecen un vínculo entre generaciones que trasciende la pantalla digital».
Ideas para acompañar
La campaña propone varias estrategias efectivas para que los diferentes colectivos acompañen a adolescentes y jóvenes en el uso responsable, saludable y seguro de la tecnología:
-A las familias se les aconseja establecer normas claras sobre el uso de la tecnología y promover un diálogo continuo sobre sus riesgos y beneficios, fomentando un uso consciente y apropiado. Además, padres y madres deben ser modelos de un comportamiento adecuado, fomentando un equilibrio entre la vida on y offline.
- Los docentes deben aprovechar la tecnología adecuándose siempre a la edad de los alumnos para mejorar el aprendizaje, enseñar sobre riesgos y beneficios asociados.
-Para las plataformas digitales se recomienda el desarrollo y mejora de herramientas de control parental, asegurando la promoción de contenidos seguros y apropiados para la edad y fomentando una educación sobre ciudadanía digital.
-En el ámbito legislativo se sugiere la creación de leyes que protejan a niños y adolescentes en el entorno digital, promoviendo la transparencia y responsabilidad de las plataformas y asegurando la supervisión y cumplimiento de estas normativas.
-A los creadores de contenido se les insta a ser responsables con el contenido y su capacidad de influencia, y a ser conscientes de adaptarlo en función de quien lo pueda recibir, contribuyendo a un uso más sano, enriquecedor y seguro de la red.
-Se motiva a los jóvenes a la autogestión y la autorregulación del tiempo online, fomentando la educación entre pares sobre prácticas seguras y una participación activa en la configuración de su seguridad digital.
Sus derechos digitales
La campaña también enfatiza sobre la importancia de que la juventud conozca y ejerza sus derechos digitales para asegurar una navegación por internet segura y empoderada. Estos derechos son fundamentales para su desarrollo y participación activa en la sociedad digital:
• Derecho a la privacidad y protección de datos.
• Derecho al consentimiento informado.
• Derecho a la seguridad.
• Derecho a la libertad de expresión.
• Derecho a la educación digital.
En la página web de la campaña, se ofrecen recursos y recomendaciones para que padres y madres puedan acompañar a sus hijos e hijas en su experiencia digital.
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En sus campañas, Fad Juventud siempre recuerda el teléfono 900 16 15 15, Servicio de Orientación e Información, un servicio gratuito dirigido a jóvenes de entre 15 a 29 años, cuyo foco es apoyarles a afrontar riesgos y malestares emocionales. Además, este servicio también está disponible a través de WhatsApp (623220570), correo electrónico (consultas@fad.es) y mediante videoconferencia (previa cita en el 900161515).
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