El 63% de los mayores ayuda económicamente a sus hijos y nietos

Ana I. Martínez

MADRID

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15/12/2022 a las 14:04h.

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Son mayores pero ni están tan enfermos como muchas veces se piensa, ni son un lastre ni son tontos. Los mayores de 55 años, pese al edadismo que les rodea, son un elemento clave social y económico, tal y como demuestra el III Barómetro del Consumidor Sénior, elaborado por la Fundación Mapfre en colaboración con Google España, tras encuestar a a 1.125 personas mayores de 55 años.

Y es que este sector poblacional se han convertido en una pieza clave en la familia. Uno de cada dos cuentan con más de un ingreso en su hogar, 4 de cada 10 consiguen ahorrar a final de mes y 8 de cada 10 son propietarios de una vivienda. Además, el 63% reconoce ayudar a personas de su entorno, lo que supone un incremento significativo con respecto a 2021 (43%), principalmente los que tienen entre 61 y 70 años.

Por ello, no es de extrañar que su capacidad de ahorro esté disminuyendo: aunque el 43% consigue ahorrar a final de mes, en 2021 esta cifra se situaba en el 48% y en 2020 alcanzaba el 56%. Pero esto no es solo porque ayudan a su entorno, sino porque también sienten incertidumbre con respecto a la situación económica actual.

«En España hay 16 millones de mayores de 55 años. Son un tercio de la población, que va ganando protagonismo desde el punto de vista económico», ha recordado Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics de la Fundación Mapfre, durante la presentación del estudio este jueves. «Hoy hay 4 millones de séniors activos. De hecho, el 60% de todo el gasto en España correspondió a mayores de 50 años y el 25% de PIB se atribuye a ellos. Son una parte sustancial de la economía», ha reseñado.

«Es una generación con muchas capacidades frente a la teoría de que son un lastre para el país», ha añadido Iñaki Ortega, codirector del informe, quien ha recordado que cada vez vivimos más y mejor. De hecho, los resultados muestran que no van tanto al médico como suele pensarse: solo un 23% acude al centro de salud todos los meses y quienes más lo hacen son los que tienen más de 71 años.

Y es que cada vez se vive más y mejor. Así, el 72% asegura cuidar su alimentación para mantener una buena salud mientras que un 56% hace ejercicio físico.

También están cada vez más al día con la tecnología. Aunque la brecha digital siga existiendo, cada vez se va reduciendo más. «Hay 11 millones de séniores en internet, es decir, un 70%. Haciendo una proyección a futuro, en cinco o seis años, lo más probable el que el 80% navegue por la Red», ha comentado Ortega.

Este colectivo utiliza la tecnología de forma frecuente, principalmente para leer la prensa (43%), realizar consultas y operaciones bancarias (37%), ver contenido online en plataformas multimedia (36%), escuchar la radio (28%) y publicar contenidos en alguna red social (19%). Según Google, es más probable encontrar personas al día de las últimas noticias entre los mayores de 55 años que en el resto de edades.

Según José María Pérez-Sastre, director de Seguros de Google España, un 12% de los encuestados busca información sobre planificación financiera y un 42% utilizan internet para consumir contenido sobre tutoriales (Do it yourself). «El smartphone les ha facilitado estar más conectados», ha explicado.

Así, no es de extrañar que sea un 3% más probable encontrar usuarios mayores de 55 años interesados en hábitos de vida saludable o que el 30% esté interesado en el fitness online, según el Barómetro.

Otro dato reseñable es que solo 1 de cada 10 (15%) desearía alargar su vida laboral más allá de la edad de jubilación. Quienes así lo piensan son los que tienen más de 71 años y cuentan con estudios superiores (29%). «Al final, la mayoría piensa que la empresa no les valora», ha asegurado Ortega.

«La tendencia es pensar que el envejecimiento de la población es un problema pero hay muchísimas oportunidades - ha recordado Fernández Palacios-. Empresas, instituciones y ciudadanos deben aprovechar esta nueva realidad que es positiva: la gente vive más y con mejor salud y en mejores condiciones».

El informe también refleja un aumento del pesimismo y la incertidumbre de las personas sénior respecto a su situación económica, quizás relacionado con la bajada de su capacidad de ahorro, y pone de manifiesto otras realidades, como que reducir el gasto en sanidad o vivienda limitaría su calidad de vida; que ven la vivienda como una herramienta económica para mejorar su bienestar o que quieren seguir viajando.