Anna Llenas, autora de 'El monstruo de colores': «Si no nos comprendernos por dentro, tomamos decisiones al tuntún»
Tras reivindicar la relevancia de las emociones, la ilustradora muestra la importancia de la conexión con nuestro yo más profundo en 'La joya interior'


Hace ya casi una década que Anna Llenas (Barcelona, 1977) publicaba 'El monstruo de colores', un auténtico 'best seller' que supuso el comienzo del 'boom' de la educación emocional en la literatura infantil. Este álbum ilustrado venía de mil maravillas a los progenitores de una ... generación "que quiere herramientas para poder gestionar y afrontar nuestra paternidad y maternidad de otra manera, hacer las cosas diferentes de como nos las hicieron", afirma a ABC la 'arteterapeuta'. Ahora recoge en 'La joya interior' (Lumen) el siguiente paso de su evolución vital, una reivindicación a la propia esencia, personal e intransferible. Tras las emociones, toca conectar con nuestro yo más profundo. Llenas explica cómo.
Hay una corriente que señala que 'El monstruo de colores' pone el énfasis en categorizar las emociones, pero no en sentirlas.
Para nada se queda en un plano superficial. Sí que las describe porque creo que ponerles nombre nos ayuda, pero las emociones sobre todo hay que sentirlas. Quien lo ha interpretado así no ha entendido la intención del libro. El título es un intento de describir con palabras qué se siente porque si solamente nos quedamos en sentirlas, no nos podemos comunicar con ellas y no las podemos usar para entendernos mejor. Es como un niño pequeño que da un puñetazo a su hermano cuando le molesta lo que hace. Con 'El monstruo de colores' le ayudamos a poner palabras a lo que le pasa. La idea es que pueda pasar de la acción a la palabra.
Se califica de literatura infantil, pero en 'La joya interior' intercala muchos mensajes para adultos.

Casi todos mis libros, aunque se hayan encasillado en la categoría de infantil como 'El monstruo de colores', están dirigidos a ambos públicos. Aunque en este de 'La joya interior' y otros como 'Vacío' o 'El laberinto del alma' quizá sea más acusada, la inclusión del adulto ha estado siempre presente en mi motivación. De hecho, sin ir más lejos, la idea de 'El monstruo de colores' era que los padres pudieran explicar este cuento a los hijos, pero yo era consciente de que iba a llegar al adulto primero. Muchos progenitores venimos de una generación en la que no nos habían explicado ni validado las emociones. Esto lo aprendí de adulta y precisamente ese descubrimiento es lo que quise transmitir en ese libro. Fue mi proceso vital que después llevé a mi profesión como autora.
"Si no nos paramos a comprendernos por dentro, puede llegar un momento en el que nos preguntemos '¿Por qué estoy haciendo esto que no me gusta?'"
Y este nuevo libro, ¿qué evolución supone en ese proceso emocional?
Para mí el reconocimiento de las emociones, ponerles un nombre y darles un permiso fue el punto número uno esencial. Primero aprendemos los números y después a sumar y a restar, ¿verdad? Pues tras entender las emociones viene este yo verdadero o más profundo, que es un poco más complejo de reconocer.
De hecho, el libro incluye palabras más complicadas que en 'El monstruo de colores'
Uso un lenguaje más adulto porque quiero que vaya a un público también más adulto. Pienso que el paso es que ellos recuperen esa conexión con este yo profundo, con esta joya a veces perdida. Al adulto que no ha hecho ese proceso de desconexión no le hace falta, pero son los menos porque de nuestros padres y abuelos lo que nos llegaba era lo contrario. Las emociones y este mundo interno era negado y tapado y ni mucho menos estaba presente en la educación en las escuelas. Ahora estamos viendo que realmente la educación emocional es importante porque nos da herramientas prácticas para poder movernos por la vida. Si no nos paramos a comprendernos por dentro, tomamos decisiones un poco al tuntún, desconectados de nosotros mismos. Entonces, nos plantamos a mediana edad o en una crisis existencial y nos decimos: '¿Por qué estoy haciendo esto que no me gusta? ¿Cuándo me he ido perdiendo por el camino?'. El libro invita a esa reflexión.
Si se abandona, ¿hay vuelta atrás?
Claro, como pongo en el libro, siempre es posible recuperar esa esencia porque nos viene de serie, es ese fondo espiritual que tenemos. Lo que pasa es que a veces cuando más tiempo ha pasado, cuanto más desconectado se ha estado, puede resultar más complejo. Pero también es cierto que cuando más necesidad sentimos, también hay más deseo y, por tanto, más fuerza que poner en el empeño. Para esto no hay normas, supongo.
¿Y qué ocurre con los niños?
Los niños sí que están conectados con esa parte suya más esencial, por eso 'La joya interior' es un canto a que los adultos les ayuden a preservarla, a darle importancia. Se tendrán que ir adaptando a unos moldes, a la sociedad, al entorno, al grupo pero que no abandonen esa parte.
"El yo niño que tenemos es muy necesario para compartir espacios de calidad con los hijos"
Pero, ¿no cree que con ese lenguaje más complejo es más difícil llegar a ellos?
Como soy consciente de ese lenguaje complejo, hemos pensado en otro paralelo que llegue a los más pequeños: el de la música. He hecho una canción, que, de momento, se puede descargar desde mi web y en las siguientes ediciones la vamos incorporar en el libro. Con ella y con las imágenes, sí que llegamos a este público más pequeñito. Es como una síntesis de la historia y funciona muy bien porque las canciones nos ayudan a los adultos a conectar con este mundo emocional y también con los pequeños.
Favorece el hecho de pasar tiempo de calidad con los hijos.
Totalmente, y tiempo de conexión. Cuando un padre explica un cuento a su hijo, pero no en plan rápido y en cinco minutos, sino que le pone pasión, el niño queda fascinado. En ese momento estamos conectando un poco con ese niño interior y eso el pequeño lo capta perfectamente. Estamos en el mismo modo, en el del juego digamos, y es una conexión fantástica tanto para el niño, que siente que vas a su mundo, como para el progenitor, porque vuelve a su infancia. En ese momento estamos conectando con esta joya interior o esta parte más esencial porque el yo verdadero es el más vulnerable. El yo niño que tenemos dentro es muy necesario para compartir espacios de calidad.
¿Le ha leído a sus hijos 'La joya interior'?
No han querido, directamente me lo han tirado a la cabeza -risas-. Saben que lo ha hecho mamá y en casa de herrero... En cambio, la canción y las imágenes sí les han gustado. Son muy pequeños. Es cierto que si desde edades tempranas se nos pone en valor quiénes somos siempre va a ser mas fácil recuperar, pero creo que este libro en concreto va enfocado también a adolescentes, porque es en esa etapa cuando comenzamos a perder esa conexión con nosotros mismos para agradar al grupo. Tenemos la necesidad de pertenencia y el peligro puede estar en sacrificar esta esencia por ser querido, no ser rechazado.
En el libro menciona varios miedos, ¿cuál es a su juicio el peor de todos para nuestro yo más profundo?
Complicada pregunta, por eso puse muchos porque no podemos simplificarlos con un peor. Supongo que va por momentos... Bueno, en el libro hablo del valor y la autoestima, por lo que en el fondo creo que se pueden sintetizar en el miedo a no ser querido y el miedo a no valer, a no ser suficiente.
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