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«Junior», una decadencia vista en televisión

Sus problemas familiares y su alcoholismo han sido tratados en los platós de la pequeña pantalla

«Junior», una decadencia vista en televisión josé maría barroso

hughes

Tras el fallecimiento de Rocio Dúrcal, los últimos años de Junior tuvieron un inevitable aroma de decadencia personal y familiar. El músico concedió entrevistas a programas del corazón como «¿Dónde estás corazón» y «Sálvame» en las que sin demasiados tapujos habló sobre sus desavenencias familiares y sus problemas psicológicos, con frecuentes referencias a la depresión. «No me interesa la vida sin Marieta», llegó a declarar en un plató. Con voz pastosa y hablar farfulloso , las entrevistas a Junior fueron casi un subgénero de memorias televisivas.

Míticas y caudalosas entrevistas al DEC en la que no hubo asunto que no se tocara. Desde el tantas veces fantaseado ménage à trois sentimental con Juan Pardo hasta los rumores sobre bisexualidad y una posible relación con Juan Gabriel. Reconoció haber padecido problemas de alcoholismo.«Desayunaba con un vaso de vino que tenía escondido detrás de una planta mientras mi madre me ponía un café con leche que ni tocaba».

Otro momento en el que la historia de su vida con Marieta se convirtió en noticia fue a raíz de la emisión del biopic televisivo «Rocío Dúrcal, volver a verte», que emitió Telecinco y en el que Josep Linuesa interpretó a un Junior de gran atractivo, propenso a lo licencioso y con un punto egoísta. En la serie, Junior parecía debatirse entre el amor marital y los celos artísticos hacia la diva. Junior manifestó su absoluto desacuerdo con la visión que de su vida dejaba el biopic: «No me he sentido nada identificado con mi personaje, yo no soy así» .

Sonora también fue su polémica con Bárbara Rey, cuando el cantante se defendió de las acusaciones de no haber cuidado debidamente a la artista en su enfermedad.

Las entrevistas a Junior tuvieron un punto descarnado. Llegó a reconocer públicamente un desliz matrimonial y aireó las desavenencias familiares con sus hijos, que siempre achacó a los «malos consejos recibidos» por ellos, en alusión al abogado. Públicas fueron sus diferencias con los mayores, Antonio y Carmen, que llegaron al terreno económico al disputarse en los tribunales la herencia de la fallecida Rocío Dúrcal. Shaila, la hija menor, se mantuvo más cercana al padre todo ese tiempo. Precisamente, las últimas intervenciones que se le recuerdan tuvieron por objeto tranquilizar sobre su estado de salud, pues continuos eran los rumores sobre la extrema delgadez de la joven artista .

Tras la reconciliación familiar, igualmente tratada públicamente, las intervenciones televisivas del artista fueron remitiendo. La viudedad de Junior tuvo un triste aire de decadencia con puntual reflejo en las televisiones, como si todo se desmoronara tras la Diva.

«Junior», una decadencia vista en televisión

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