Miguel Barroso: una vida dedicada a la política desde la comunicación
Fallece Miguel Barroso, de las voces más influyentes en la estrategia mediática del socialismo en las últimas décadas
Muere Miguel Barroso, secretario de Estado de Comunicación con Zapatero y consejero del Grupo Prisa
Zaragoza pierde a otro de los suyos. No han pasado ni tres días desde que los mañicos dieran el último adiós al expresidente de Telefónica y Tabacalera, César Alierta, uno de sus más queridos empresarios de pro, cuando inesperadamente han vuelto a recibir otra fatídica ... noticia. El periodista, escritor, comunicólogo y político –en la, dicen muchos, sombra– Miguel Barroso (Zaragoza, 1953-2024) fallecía el pasado sábado, 13 de enero, a los 70 años de edad, a su vuelta de un viaje a Cuba, ya en su domicilio familiar, de la misma afección de la que fuera su esposa hasta 2016 Carme Chacón –exministra de Vivienda primero, y de Defensa, depués con José Luis Rodríguez Zapatero–, fallecida de un ataque al corazón en abril de 2017.
Barroso –entre bambalinas políticas y de medios de comunicación conocido como el 'alma mater' del duo 'los Migueles', junto a José Miguel Contreras, artífices ambos de buena parte de la estrategia que sirvió a Pedro Sánchez para remontar en las encuestas tras el resultado negativo de las últimas elecciones municipales y autonómicas– había alcanzado, sin duda, con la llegada al poder del sanchismo, la cumbre de su larga trayectoria profesional al ser nombrado consejero editorial del Grupo Prisa. No en vano, a partir del nombramiento de Pepa Bueno como directora de El País en agosto de 2021, Barroso pudo dedicarse a fondo, tras la renovación prácticamente del 100% de las plantillas del periódico y de la Cadena SER, a formar un grupo de gestión de consejeros e inversores comprometidos sin tapujos con el buen fin de la gobernanza del actual inquilino de La Moncloa que, a su vez, le distinguió con una sostenida confianza y con el que siempre ha mantenido –hasta ayer mismo como quien dice– de una permanente y magnífica interlocución.
Batuta editorial tanto de El País como de la Cadena SER en los ultimos cuatro años pues, Miguel Barroso era el representante en el consejo de administración del fondo Amber, titular del 29,8% del capital del grupo, que preside Joseph Oughourlian, quien precisamente le otorgó poderes plenipotenciarios en la gestión de la línea editorial de ambos medios.
Barroso fue un profesional competente para los suyos, también sin lugar a dudas un buen conocedor de los mecanismos de la comunicación, tanto en el ámbito empresarial como en el político y en el periodístico. Y aunque muchos hablan de sus maniobras poco menos que en penumbra, actuaba con la política como barniz permanente de toda su actividad mediática. De hecho, no pudo ocultar algún que otro descarado episodio en el que influyó con nitidez sobre el actual presidente del Gobierno que, por ejemplo, el 10 de julio de 2021, decidía rescindir los servicios de su anterior mano derecha, su gurú mediático, Iván Redondo, su entonces jefe de Gabinete de presidencia, uno de los cambios de mayor calado de la remodelación que había acometido hasta ese momento. La voz de Barroso era harto determinante en La Moncloa, donde aconsejaba sobre la estrategia mediática a seguir. De hecho, sus opiniones ganaron peso especialmente desde la salida de Redondo de su cargo. Blanco y en botella.
Pero Barroso no nació con el sanchismo. Su vida no se entiende sin sus referencias y relaciones con la política y el socialismo. No se puede saber dónde acababa la faceta política y dónde empezaba la mediática. Era lo uno y lo otro; y no se puede entender quién era separando la una de la otra. Colaboró desde su juventud con el PSOE, desde los primeros gobiernos de Felipe González. Entre 1982 a 1988 fue director del Gabinete del entonces ministro de Educación y Ciencia, José María Maravall. Bajo su mandato como secretario de Estado de Comunicación con José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2005) se iniciaron los trámites para crear una nueva licencia de televisión, que derivó en el nacimiento de La Sexta, que explotaron en sus primeros tiempos Mediapro (Jaume Roures) y los fundadores de Globomedia, con José Miguel Contreras –su leal amigo y compañero de fatigas en funciones de asesoramiento al socialismo– a la cabeza. En ese tiempo, también surgió el diario Público –de Roures– y se dio un giro a Radiotelevisión Española que derivó en la eliminación de la publicidad de sus canales.
Tras el fallecimiento de Chacón, Barroso pareció que se esfumaba de la vida pública y de la política, pero no fue así ni mucho menos, si bien llevaba una intensa vida en semisegundo plano, a caballo entre La Habana y Madrid, por su trabajo como director para Nuevos Proyectos del gigante de la publicidad y las relaciones públicas WPP. En 2015, la multinacional le encargó que abriera mercado en América Latina. Desde entonces, esa misión le llevó a pasar prácticamente la mitad de su tiempo fuera de España y a tener un nuevo sueño de vida: unir a la izquierda de Latam en una suerte de internacional socialista iberoamericana. No le dio tiempo.
Licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona, Miguel Barroso Ayats deja un espacio vacío, además de en su familia y amigos, en el mundo de la política. Deja huérfano de argumentario y combustible editorial cuando más lo necesita al sanchismo y, por supuesto, en Prisa. Ahora se abre la 'sucesión' para ver quién ocupa su lugar de «susurrador» del Gobierno y 'consiglieri' para que las empresas no se olviden de sostener publicitariamente su legado. Descanse en paz.
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