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Una venganza entre bandas latinas con machetes, botellazos y correas acaba con 9 menores detenidos y 4 niños inimputables

La reyerta multitudinaria, entre DDP y Trinitarios, ha ocurrido en Ciudad Lineal, con dos chicas entre los arrestados. Los agresores se escondieron en una hamburguesería, donde fueron interceptados

LAS BANDAS LATINAS COMPRAN A LOS CLANES DE LA CAÑADA PISTOLAS O CONTRATAN A TORNEROS PARA MODIFICARLAS

Armas blancas incautadas a los DDP en las recientes fiestas de Ciudad Lineal abc
Carlos Hidalgo

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Una nueva reyerta salvaje entre pandilleros ha acabado con la detención de nueve de ellos, todos menores de edad, y la investigación sobre cuatro más, que han resultado ser inimputables judicialmente, al tener menos de 14 años (concretamente, 12 y 13, precisan fuentes del caso).

El suceso se ha producido en uno de los barrios más afectados por la lacra de las bandas latinas, Ciudad Lineal, un territorio de supuesto control de los Dominican Don't Play (DDP). Fuentes policiales alertan del enorme número de adolescentes que están siendo reclutados por estas organizaciones criminales, llegando a cifrar en 500 los que tienen entre 11 y 18 años, dos tercios del total.

Este último caso se produjo el sábado, en el parque de Ascao. Al parecer, el grupo atacantes, unos diez DDP, acudieron en busca de una de sus tres víctimas, vinculadas a los Trinitarios; estos, según el relato de los propios encartados, habrían obligado a uno de los DDP días antes a 'bajar patria', lo que supone un 'acto de humillación' a un rival (consiste en hacer el signo del grupo con los dedos hacia abajo). Y quisieron cobrárselo este sábado.

Hay nueve sujetos detenidos: un hondureño, un almeriense (de origen dominicano), dos hermanos españoles pero también de ascendencia dominicana, dos chicas nacidas en Madrid pero de padres latinos, un peruano y otros dos españoles del mismo origen que la mayoría de los varones. Tienen entre 14 y 17 años. El caso lo lleva el Grupo de Menores de la Policía Nacional (Grume).

«¡Baja patria!»

El suceso comenzó sobre las nueve de la noche. La primera llamada, que movilizó a seis agentes de Seguridad Ciudadana de la comisaría de Ciudad Lineal y a otros dos del GOR, situaba el incidente en el parque de Arriaga, en la zona de La Elipa. Sin embargo, poco después se supo que realmente los investigados se encontraban en el de Ascao. Los testigos hablaban de que un grupo de unos diez chavales habían atacado a tres con botellas y cuchillos, entre otras armas.

Esos primeros datos y las descripciones aportadas daban poco lugar a las dudas: los atacantes tenían entre 14 y 16 años, vestían sudaderas oscuras con capuchas, el pelo muy rizado y deportivas. Dos de ellos eran chicas, también muy jóvenes.

Agentes de San Blas-Vicálvaro realizaron también batidas en la zona y descubrieron que los presuntos implicados, al percatarse de la presencia policial, se escondieron en tropel en un Burger King de la calle de Emilio Muñoz, en la otra acera de Hermanos García Noblejas. Allí retienen a ocho menores y tres inimputables.

En otro punto, en José Arcones Gil con Vital Aza, los policías hallan a uno de los dos hermanos agresores y a otro inimputable. Al primero le ven esconderse algo en la sudadera, que resultó ser un bolomachete de 14 centímetros de hoja y 24 en total desde la empuñadura. Se trata de un arma militar de imitación, pero cortante.

El papel de las chicas

La reyerta se había iniciado cuando los DDP se abalanzaron sobre los Trinitarios a la orden de que 'bajaran patria'. Lo hicieron, a sabiendas de que, de lo contrario, las represalias serían graves. Pero no evitaron con ello que uno les golpeara con una botella, otro con un cinturón y un tercero les amenazara con el arma blanca. No constan oficialmente heridos, pero lo cierto es que uno de ellos presentaba su camiseta manchada de sangre, precisaron los testigos de la pelea.

En cuanto a las dos chicas detenidas, reconocieron que se habían citado con sus amigos de los DDP para vengar la afrenta de días anteriores y que su misión era grabar la agresión.

Los nueve de entre 14 y 17 años fueron trasladados, detenidos, al Grume, mientras que los cuatro inimputables quedaron bajo la custodia de sus padres.

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