Valdir 'Kabeza' Linhares: «En Madrid he empezado a conocer otras culturas, incluso la mía propia»
COLONOS
Venido del 'sur' frío de Brasil, esta referencia de la lucha mundial se siente «madrileño» en toda su extensión
Joaquín Reyes: «En La Mancha, Madrid está siempre en tu horizonte, como el lugar para prosperar»

En internet están sus combates, su estilo. Su mezcla de artes marciales y esa pose de los gladiadores de antaño. Es el espectáculo, obvio, pero también el deporte de las Artes Marciales Mixtas, más conocidas por su acrónimo en inglés: MMA. Su Tatamisfera ... se erige en el corazón de Usera, y aquí la rima es inevitable por real. Cuando este periódico llega a su gimnasio, a su tatami, la chavalería del barrio ha abierto a medio abrir el negocio. Charlan de sus cosas, de materiales, de guantes de kick boxing. Con amabilidad invitan a tomar asiento antes de que llegue el entrevistado.
Valdir 'Kabeza' Linhares es todo músculo, pero también todo sentimiento. Pocos tienen un concepto tan claro de lo que significa la integración y la adaptación en una ciudad y en un país que ha hecho suyos. Cita a su difunto y llorado padre cuando, en los comienzos, las cosas no salían como eran. Un joven que venía del jiu-jitsu y de la capoeira se encontraba con un Madrid donde, en 2006, aún coleaba en los gimnasios esa afición al boxeo tan nuestra. De hecho, mientras desempeñaba diversos oficios, iba relacionándose con paisanos, no por esa 'saudade' tan de los países lusófilos, sino por las circunstancias. Y en esas circunstancias redescubrió Brasil, desde Madrid, a través de sus compatriotas.
Llegar del 'frío' del sur de Brasil a este 'caliente' Madrid no le supuso sino otro reto más a alguien que exclama, sin pensarlo, que lo que más le gusta de Madrid es Madrid. Así, en toda su extensión. Le sorprendió la siesta, esa costumbre, sana costumbre, por la que el español sabe vivir. Y lo dice un brasileño particular que es una referencia de estos deportes, pero que, además, se siente «madrileño» y pide disculpa por un portuñol más que aceptable. Se le ve caminar por el Templo de Debod. Y sorprendiéndose de la idiosincrasia del propio. Del madrileño.
— Es la primera vez que estoy a este lado del tatami e intacto. Perdone. Quiero saber de su llegada a Madrid.
—Mayo, mayo de 2006. Yo venía de Porto Alegre, Brasil. Todos los suramericanos queremos ir a Estados Unidos, y yo me dije: Europa está bien, España está bien.
— Y parece que no le hemos decepcionado...
—Pues para nada. A veces, cuando empecé a buscar trabajo, porque no vine aquí de turismo, me quejaba a mi padre, y él me decía: estás en Madrid, en Europa. Qué más quieres.
— Eso mismo, porque los comienzos son duros cuando hace 17 años, en España, en Madrid, los combates no tenían ni el prestigio ni el seguimiento. O no eran los mismos.
— Madrid siempre ha sido una ciudad con una gran tradición de boxeo. De hecho, en el gimnasio Barceló, el antiguo Barceló, era la disciplina reina. Yo empecé a entrenar y a dar clases.
— Me interesa cómo era Madrid en el mundo de la lucha cuando se vino desde Brasil.
—Yo venía del jiu-jitsu, de la capoeira, y ya te digo. Era algo que no era lo que es hoy.
— Eso en la lucha; en lo personal le vuelvo a insistir en eso que llaman el 'jet lag' moral. Una ciudad extraña. ¿Conocía algo de Madrid?
—En realidad no conocía mucho de Madrid. Es eso que te he comentado; solemos mirar más hacia América.
—¿Qué le chocó? O, reformulando; lo que más le llamó la atención.
— Lo primero el idioma, que me creía que era fácil y ya me ves que no tanto. Después los horarios. En Madrid se empieza a trabajar a las diez, después de desayunar. En Brasil el concepto del trabajo es otro. Aquí está la cervecita. Me sorprendió que la gente sabe vivir más, sabe vivir mejor. Y la siesta; y que no hubiera un supermercado abierto a esas horas.
— En el cuestionario previo, ha mencionado un gran cariño por esta ciudad. Vamos a ponerle palabras.
—Me considero madrileño. Por más que hable portuñol (ríe).
— Ahonde
— Pues por ejemplo, en Madrid he empezado a conocer otras culturas. Incluso la mía propia. Yo soy del extremo sur de Brasil, y he descubierto mi país desde Madrid.
— Es un muy buen titular ese de descubrir Brasil desde la Villa. Se lo compro. Volviendo, aunque sea de pasada, a las artes marciales. En ellas prima la disciplina. ¿El madrileño es disciplinado?
— En el gimnasio sí, en la vida... le falta un poquito. Muchas veces las personas necesitan practicar un arte marcial como a un 'coach' para disciplinarse, ahora que hay tantos 'coaches'...
— Estamos en el corazón de Usera. ¿Puede decirme ese lugar de la ciudad donde encuentra la más absoluta felicidad?
— El Templo de Debod.
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— No se lo ha pensado mucho. Antes se ha referido a esa forma de vivir de los madrileños, en un tono positivo. ¿Qué es lo que, de todo, más le gusta de Madrid?
— Lo que más me gusta de Madrid es Madrid.
— En toda su extensión, vaya.
— Es una ciudad que tiene una gran historia, una cocina riquísima. Y que a mí, personalmente, me ha enseñado muchísimo.
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