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Padres del colegio del capellán detenido declaran que hace dos años les dio «mala espina» tras un campamento

La Policía ofrece a dos familias más denunciar al sacerdote por presuntas agresiones sexuales a sus hijas, pero por ahora lo han rechazado

La primera niña reveló a la Policía nombres de otras posibles víctimas de agresiones sexuales por parte del capellán del colegio de La Moraleja

Acceso al colegio Highlands El Encinar, en La Moraleja belén díaz
Carlos Hidalgo

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Varios padres del colegio Highlands School El Encinar, en La Moraleja, venían rumiando desde hace tiempo la actitud extraña del capellán y director espiritual de Primaria y Secundaria, Marcelino A. N. El sacerdote, como se ha venido informando, fue arrestado el 6 de marzo, acusado de agresiones sexuales a cinco alumnas de primer curso (6 años). La juez lo dejó en libertad con cargos y medidas cautelares, entre otras, de prohibición de salida del territorio nacional y de alejamiento de las denunciantes y el centro escolar.

La madre de una de las presunta víctimas declaró ante el Grupo III la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Policía de Madrid que otra progenitora ya le había trasladado hacía tiempo sus sospechas. «El padre Marcelino asiste a campamentos que se hacen en verano al finalizar el curso y allí las menores duermen fuera de casa. Hace unos dos años, mientras estaban las madres de varias niñas del colegio de cena, surgió el tema de posibles abusos sexuales por parte de él. La madre de una de ellas [que no ha querido denunciar aún] refirió que en uno de los campamentos, cuando recogió a su hija, vio cómo el sacerdote cogió de las manos a la niña y ella las retiró bruscamente», afirmó.

En ese momento, la mujer «comenzó a dudar y a darle mala espina». La declarante, añade, quiso dejar constancia ante los agentes de que el cura «estuvo conviviendo con el fundador de los Legionarios de Cristo, un conocido individuo que abusaba sexualmente de sus hijos». Se refiere a Marcial Maciel, quien, pese a ser sacerdote, mantenía relaciones sexuales con mujeres y con hombres, hasta el punto de que su congregación, Regnum Christi, reconoció 60 casos y el Papa Benedicto XVI lo suspendió del sacerdocio público en 2006. Maciel falleció en enero de 2008, y el padre Marcelino estaba a su lado. Fue el encargado de administrar su herencia y le une una gran amistad con una de las hijas del pederasta mexicano.

El testimonio más revelador es el de la niña que ha destapado el escándalo. No solo habló de sí misma, sino que la pequeña, cuyo relato grabaron sus padres en la cocina de casa antes de acudir a la Policía el mismo 6 de marzo, se refirió a otras posibles víctimas. Se da la circunstancia de que el presunto agresor sexual, de 57 años y natura de Segovia, las vejaba en grupo, en unos baños o en uno de los patios de El Encinar; además, jugaba con ellas en la sacristía.

La menor que afirma que sufrió hasta 32 capítulos de agresiones por parte del sacerdote, entre el 1 de febrero al 5 de marzo pasados. Asegura que se lo contó a dos profesoras, sin que hicieran nada. Las identifica como «Miss Mariou (María Eugenia) y Mis Madeleine». Ambas deben declarar, en principio como testigos, el 17 de junio, así como el padre Jesús María Delgado, el director del colegio de La Moraleja.

Ocho familias sacaron a sus hijos

El religioso ejerció primero en el colegio Los Fresnos, también de Highlands, entre 2011 y 2015, cuando un grupo de padres supo por un artículo del pasado del padre Marcelino con Maciel. Exigieron su despido y fue enviado en labores de secretaría en Roma; en 2022, al quedar vacante la plaza de director espiritual en El Encinar, su director, pese a conocer los lazos con el fundador, lo repescó para ese curso, que inició en septiembre. Eso provocó la protesta de otros progenitores y, según las declaraciones que se recogen en el sumario, entre ocho y cinco familias decidieron sacar a sus hijos del colegio.

Aunque el sospechoso no ejercía de profesor, sí hacía labores de apoyo en los recreos y en clases de religión. Se relacionaba sobre todo con las niñas pequeñas y, entre su atribuciones, estaba la coordinación y participación en los referidos campamentos, en los que se pasaba fuera cuatro noches, por ejemplo, en Santa María de los Almorchones (Navacerrada) con alumnas de primer a cuarto curso de Primaria; aunque también consta un viaje a Lourdes (Francia).

«Que no se acerquen el padre Marcelino»

Otro padre, en su declaración en la UFAM, recuerda el mismo episodio antes relatado por una progenitora: «Las quejas contra el padre Marcelino se reiteraron al año [de llegar a El Encinar]. A raíz de ello, hubo un encuentro entre las madres de las niñas, mooento en el que una de ellas refirió» que la pequeña «se puso muy nerviosa, no se quiso despedir del cura y después estuvo muy rara». «De hecho, no quiso regresar a ningún campamento ni quedarse a dormir fuera de casa», añade el dicente.

Además, «hace unos dos veranos, cuando surgieron todas las sospechas en el entorno escolar, estuvo hablando con una profesora de Primaria que lleva muchos años en el colegio y que también tiene a sus hijos allí estudiando, que le dijo: 'Yo a mis hijos les tengo dicho que no se acerquen al padre Marcelino'».

Por otra parte, el juzgado número 7 de Madrid, en un oficio, ha trasladado a los padres de otras dos niñas (las que harían las víctimas seis y siete) el ofrecimiento a denunciar también, a raíz de que la primera de las alumnas señalara en su relato que ellas también sufrieron agresiones sexuales en el interior del Highlands.

El padre Marcelino A. N., en el patio del colegio ABC

Además, tras ponerse el Highlands El Encinar en contacto con toda la comunidad educativa tras saltar el escándalo el pasado 7 de marzo, se han registrado llamadas de al menos otras tres familias al Grupo III de Policía Judicial, adscrito a la UFAM. En esas comunicaciones, los padres manifiestan su temor a que sus hijas hayan podido caer en las redes de Marcelino. Uno de los casos data de dos años antes, cuando el religioso apenas llevaba un año en el centro como directoro espiritual de niñas de Primaria y Secundaria.

El sacerdote niega los hechos

El sacerdote fue detenido el 7 de marzo a las 20 horas, en la comunidad donde reside. Al día siguiente, pasó a disposición judicial. Aunque la fiscal solicitó en primera instancia prisión provisional contra él, finalmente quedó en libertad con orden de alejamiento del colegio y de las denunciantes de al menos 500 metros. Tampoco puede salir de España. Ha regresado a casa de sus padres, ancianos, en su Segovia natal. Aconsejado por su letrado, se negó a declarar ante la UFAM, pero sí lo hizo brevemente ante la juez de Instrucción. Negó los hechos y apuntó a que los padres podrían haberse movido a instancias de su pasado como secretario de Maciel.

Paralelamente, la Policía Nacional se incautó, en el registro de su vivienda comunitaria, de 12 pendrives, 3 discos duros externos, un ordenador personal y 9 tarjetas de memoria. La idea es aclarar si en esos dispositivos hay material pedófilo relativo al caso y documentación que arroje más luz sobre los hechos denunciados.

Por lo pronto, ya hay fecha para que a las menores se las grabe en una prueba preconstituida. Es un procedimiento legal para asuntos de esta índole, de manera que ese testimonio sea único y pueda reproducirse en todas las fases judiciales, para menor menoscabo de las pequeñas. Lo hacen delante de psicológos y en presencia reservada del juzgado y las partes.

En cuanto al acusado, se han solicitado las imágenes que el colegio pueda guardar de sus cámaras y que reflejen las partes del patio y de los baños donde, presuntamente, Marcelino las agredía sexualmente.

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