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Nicole, la 'pistolera de Alcobendas', empresaria y viuda de un narco asesinado con un Kalashnikov

La detenida, que sacó dos revólveres e iba disfrazada en un partido de fútbol infantil, era conocida por la Policía por sus problemas mentales

La mujer armada en el partido entre pre-benjamines de Alcobendas: «¡Os voy a matar a todos!»

Un revólver y momento de la detención de Nicole abc | VÍDEO: ATLAS
Carlos Hidalgo

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Es hasta estadísticamente muy complicado, pero la vida puede darte dos bofetadas de las que ponen patas arriba el futuro en menos de un lustro. El último ejemplo se llama Nicole Gabrielle C. S., y, aunque por su sangre corre sangre magrebí, nació en París en 1961. Se quedó viuda hace cuatro años y medio, de la manera más salvaje: mataron de más de veinte tiros a su esposo, Davy Douglas B., en la entrada al garaje de la casa de ambos en una de las zonas más privilegiadas de Marbella. Ahora, esta mujer, con sus facultades mentales mermadas, es protagonista de otro suceso que, por suerte, no acabó en tragedia.

Es la detenida por portar (y exhibir) dos revólveres cargados con sus 12 balas del calibre 38 durante un partido de fútbol de niños de 6 años en una cancha de Alcobendas. Iba disfrazada y fue arrestada allí mismo gracias a que, entre los padres de los prebenjamines de La Moraleja C. F. y el Club Deportivo San Sebastián de los Reyes, había dos policías fuera de servicio. Junto a otros presentes, se lanzaron sobre ella y la lograron placar. Ahora, se encuentra en el psiquiátrico del hospital Infanta Sofía.

En 2018, la Costa del Sol vivió unos meses dignos de una serie de la mafia. El de Davy fue la octava ejecución a manos de un sicariato en la zona en ese mismo año. Corría el 19 de noviembre, cuando al menos un individuo en una moto le tendió una emboscada cuando entraba en el garaje de su casa, en la exclusivísima urbanización Cortijo de Nagüeles, pespunteada por mansiones. Una de ellas, en la calle de la Pizarra, esquina con la de Zabalea. La de Davy, Nicole y su hijo.

La autopsia determinó que aquella noche reventaron con más de 20 tiros la cabeza y el tórax del hombre, con un AK-47, el famoso fusil de asalto más conocido como Kalashnikov. Una setencia de muerte con precio y firma de un profesional contratado, que sigue sin esclarecer.

Tráfico de armas

La Policía analizó el arma, hallada en un contenedor más cercano, y la Udyco malagueña tiró de ficha policial para evidenciar que el muerto tenía antecedentes como presunto narco y, además, había sido investigado por haberse metido en el tráfico de armas. En el registro de su vivienda, de hecho, se hallaron varias. Aunque alguna de ellas se las debió de quedar la esposa, que utilizó el viernes en el campo de fútbol Óscar Molina, sobre las siete de la tarde.

«Eran dos revólveres de apariencia algo vieja, antigua», reseñan a ABC fuentes policiales, que recuerdan que Nicole ya había dado problemas por su enfermedad mental. «Se la conocía en la zona porque había protagonizado otros altercados, aunque no tan graves», señalan, sin dar más pistas, habida cuenta de que se ha decretado secreto de sumario en el caso. La mujer se había mudado tras enviudar a la conurbación Alcobendas-San Sebastián de los Reyes.

La francesa y su marido habían constituido en octubre de 2017, trece meses antes del asesinato, una empresa de alquiler de vehículos, destinada a personas de poder adquisitivo alto, en Nueva Andalucía, en Marbella. Desde 2019 es administradora única. Tapadera o negocio lícito, la Udyco, antes del crimen, ya tenía puesto el ojo en la pareja, que se había instalado en España, presuntamente, huyendo de las organizaciones criminales que les pisaban los talones.

Mafia marsellesa

Se ha investigado, concretamente, a la mafia marsellesa, una de las más peligrosas del país galo, como la que estuvo detrás del tiroteo. También se ha hablado de un grupo sueco (aunque conformado principalmente por ciudadanos de origen marroquí, inmigrantes de segunda generación), que habría 'coleccionado' ajustes de cuentas en aquella época fatídica en la Costa del Sol. Hasta la Udyco, meses después de la muerte de Davy, puso en marcha un grupo especial contra este tipo de delitos, que ha conseguido reducirlos al mínimo.

Aquel suceso destrozó la ya maltrecha salud mental de Nicole. «Se presentó en el partido de fútbol de los niños como pudo hacerlo en un bar o en plena calle», afirman fuentes policiales, que recuerdan «su relato inconexo, sus palabras incoherentes», en el momento de la detención. Llevaba una peluca, guantes, gafas de sol, una gorra, una braga para la cara, un espray de pimienta, varias capas de ropa y los dos revólveres con sus 12 balas. Iba indocumentada y no sabía o quería decir ni quién era. Se investiga, al menos para descartarlo, si estaba de nuevo amenazada.

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