El Gobierno sigue destinando políticos a embajadas pese al desacuerdo de los diplomáticos
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El posible desembarco del expresidente valenciano Ximo Puig como embajador de España ante la OCDE sería el último nombramiento de Pedro Sánchez que salpica a la Carrera Diplomática. En los últimos meses, el presidente del Gobierno no ha dejado de situar a políticos ... afines en puestos muy golosos en el exterior que, además, están muy bien remunerados. En los pasillos del Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación no se habla de otra cosa en los últimos días. A la espera de conocer la decisión final de Puig, el histórico político del PSPV seguiría la estela de otros cercanos a Sánchez como los exministros Héctor Gómez y Miquel Iceta, que ayer asistieron a la VIII Conferencia de Embajadores en calidad de nuevos representantes de España ante la ONU en Nueva York y la Unesco en París, respectivamente.
Por la Unesco, en estos últimos cinco años, que coinciden con los que Sánchez lleva en el Palacio de la Moncloa, también pasaron como embajadores los socialistas Andrés Perelló y el exministro de Cultura José Manuel Rodríguez Uribes. Con la llegada de este último a la presidencia del Consejo Superior de Deportes (CSD) el pasado 20 de diciembre, su puesto en París quedó vacante para Iceta. Perelló, por su parte, cuando dejó la Unesco se puso al frente de la dirección de la Casa Mediterráneo.
Uribes e Iceta no son los únicos exministros que continúan sus vidas laborales en puestos en el extranjero que dependen del departamento del ministro José Manuel Albares. La que fuera titular de la cartera de Sanidad entre junio y septiembre de 2018, cuando dimitó por plagiar en un máster, Carmen Montón, es ahora la representante ante la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington. Desde 2018 también se encuentra al frente de la OCDE el socialista Manuel Escudero Zamora, que habrá de esperar para ver si continúa con algún puesto en el exterior si finalmente Puig decide establecerse en París.
A todos estos nombramientos hay que sumar el de la extitular de Educación Isabel Celáa, quien en la actualidad es embajadora de España ante la Santa Sede y en Malta; y el de otro socialista, Ángel Martín Peccis, actual embajador en Cuba. También el de Ángel Ros, que al inicio de la primera legislatura de Sánchez ocupó la jefatura de misión en Andorra. El que fuera alcalde socialista en Lérida ocupó el puesto hasta febrero del año pasado.
Desde que Pedro Sánchez llegó al Palacio de la Moncloa en junio de 2018 ha destinado a lo largo de estos más de cinco años a nueve políticos como jefes de misión a embajadas de España o ante los organismos internacionales. Su antecesor socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, designó a doce políticos para realizar tareas de diplomáticos en ocho años. Felipe González, que estuvo trece años al frente del Ejecutivo, nombró a diez políticos afines para representar a España en el exterior.
Los casos de Mariano Rajoy y José María Aznar fueron menos llamativos, con tres y dos designaciones políticas, respectivamente, en los cerca de 15 años de Gobiernos del PP.
Tan llamativas son las colocaciones de Sánchez desde que fue nombrado presidente del Gobierno que la Asociación de Diplomáticos de España (ADE) -que representa a cerca del 70% del total de miembros de la Carrera Diplomática en nuestro país- difundió el pasado mes de diciembre un comunicado expresando su «preocupación y disconformidad» ante este tipo de nombramientos.
«Reconociendo la competencia y la discrecionalidad del Gobierno en materia de nombramiento de titulares de embajadas, y en la línea de comunicados anteriores emitidos con distintos Gobiernos, queremos manifestar nuevamente que somos contrarios a los nombramientos de embajadores denominados 'políticos', es decir, no pertenecientes al cuerpo de funcionarios de la Carrera Diplomática», declaró la ADE. Incidió en los recientes nombramientos de Héctor Gómez y Miquel Iceta, «dos puestos especialmente técnicos y sensibles, sobre todo en la actual coyuntura geopolítica», y a los que «tradicionalmente» accedían «diplomáticos de contrastada valía profesional en el ámbito de las relaciones internacionales y, especialmente, en el complejo mundo de la diplomacia multilateral».
La ADE destacó que, con estos dos nuevos nombramientos, ya eran cuatro Representaciones Permanentes -OEA en Washington, OCDE y Unesco en París y Naciones Unidas en Nueva York- las que tenían embajadores políticos, «sin trayectoria internacional relevante alguna, con la merma para la imagen del país que eso supone, especialmente con nombramientos que afectan simultáneamente a varias organizaciones internacionales». Recordó que en las embajadas se «gestionan asuntos de enorme importancia para los intereses de España y sus ciudadanos en el exterior, por lo que su dirección no debería ser encomendada a personas que carecen de la formación y experiencia profesional diplomática».
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