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Ni el CIS lo salva: las encuestas avistan el abismo del PSOE este 18F

Incluso Tezanos recoge en sus sondeos el retroceso de los socialistas y el voto útil hacia el BNG

Besteiro evita criticar a sus rivales en la izquierda y asume que será muleta de Pontón si el PP pierde la absoluta

Toda la última hora sobre las elecciones autonómicas en Galicia el 18F

Besteiro este miércoles en la playa de Valdoviño EFE
José Luis Jiménez

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Uno de los argumentos de autoridad que emplea el candidato socialista en estas elecciones autonómicas gallegas, José Ramón Gómez Besteiro, es que él tiene «influencia» en el Gobierno del Estado para que se resuelvan favorablemente las inversiones pendientes en la Comunidad, aparcadas desde hace años. En el debate televisado del lunes, llegó a comprometerse incluso a conseguir «la gratuidad» de la autopista AP-9 que vertebra cinco de las siete ciudades gallegas en el Eje Atlántico. Pero ni por esas: el pulso en las encuestas cotiza a la baja.

Es una de las sorpresas de esta campaña. El mismo PSOE que hace apenas siete meses logró 465.000 votos y una robusta segunda posición en Galicia solo por detrás del PP ve ahora como mucho de ese voto lo abandona en dirección al BNG de Ana Pontón. Las esperanzas de recuperar la primacía en la izquierda en estas autonómicas se esfuman encuesta tras encuesta. Lejos de acortar la brecha con los nacionalistas, el PSOE sufre una hemorragia por el 'voto útil', que está alimentando al Bloque hasta aproximarlo a un resultado que apunta a histórico, según los sondeos.

El PSOE partía en esta campaña con 14 escaños, el mismo resultado que obtuvo en 2016, y que representaba hasta la fecha su suelo electoral en autonómicas. En la preelectoral del CIS de enero, cuya cocina ya fue cuestionada por los expertos en demoscopia, vaticinaba un posible crecimiento hasta los 15 o 17 escaños. Pero este lunes, el mismo CIS, ya rebajaba la expectativa y pronosticaba una nueva horquilla de 13 a 15. Ni siquiera Tezanos esconde una tendencia a la baja que es mucho más evidente si se revisan las tripas de la encuesta: en menos de un mes, la fidelidad del votante socialista ha caído del 53,4% al 47,5%, y un 22% de los que eligieron al PSOE hace cuatro años ya confiesan que elegirán la papeleta nacionalista. Besteiro es, además, el único líder que suspende de los tres principales partidos, y el que menos confianza genera. Mal cartel de presentación.

El PSOE, a la baja

La cocina real de los datos del PSdeG en la encuesta del CIS son mucho más dramáticos. Los socialistas estarían más cerca de los 11-12 escaños que de resistir en los 14 que tienen en la actualidad. Hay barómetros internos de partidos que también están reflejando ese retroceso en las expectativas de los socialistas. Otra víctima del voto útil es Sumar, pero a diferencia del PSOE, el movimiento de Yolanda Díaz no tenía representación en el Parlamento gallego. Quedarse a cero sería un mal resultado, pero no empeoraría la situación actual.

PSOE y BNG han funcionado históricamente como vasos comunicantes. Las crisis de uno han alimentado las olas favorables del otro, como el bache socialista de finales de los noventa a nivel estatal, que aupó al Bloque de Beiras. Cuando los socialistas recuperaron pulso con Emilio Pérez Touriño en el 2001 y 2005, el nacionalismo vio reducido su peso electoral. Sus electores fluctúan también de unas siglas a otras en función de los comicios: mientras que los socialistas exhiben músculo en municipales y generales, en los últimos años los nacionalistas los han adelantado en autonómicas. Lejos de intentar recuperar a parte de ese votante, el PSOE ha optado por una política de no agresión al resto de partidos de la izquierda. Se antepone la derrota del PP a una eventual recuperación electoral de la propia organización. No hay una crítica a sus rivales de espacio político.

Así, los dirigentes socialistas empiezan a asimilar que la remontada no solo no es posible, sino que el objetivo este 18F es resistir. El ejemplo más visible fue la actitud de Besteiro en el debate de la TVG. Con un perfil bajo, el candidato socialista quedó en un segundo plano evidente mientras Rueda y Pontón acaparaban todo el protagonismo. Y no porque Besteiro no sea un candidato con oratoria o capacidad mediática, sino porque de manera voluntaria quiso evitar confrontarse con el resto de la izquierda.

El principal reproche que en los últimos años se le ha hecho al PSdeG es el sucursalismo respecto al PSOE estatal. Besteiro no solo no ha revertido esta percepción sino que la alienta, haciéndose dependiente de lo que el Gobierno de Sánchez le ha garantizado como inversiones en Galicia. Esa dependencia es un arma de doble filo, ya que un mal resultado salpicará al presidente del Gobierno. Besteiro es una operación suya, primero rescatándolo como delegado del Gobierno en Galicia, luego dándole refugio en el Congreso tras el adelanto de las generales, y siempre con la vista puesta en que fuese el candidato a la Xunta. La presencia de Sánchez y sus ministros acredita la confianza depositada, aunque salga mal.

Hay una única esperanza que parece iluminar en la sede socialista de la compostelana calle de O Pino: que a pesar de la caída, el PP pierda la mayoría absoluta y pueda articularse una mayoría de gobierno alternativa, aunque liderada por el BNG. El PSOE está dispuesto a ser muleta. Pero ni siquiera le sale eso, tendrá su enésima crisis.

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