Sánchez envía a Caracas a un embajador de la cuerda de Zapatero y afín a Sumar para cultivar la relación con Maduro
Álvaro Albacete, sin experiencia en Latinoamérica ni al frente de embajadas, el elegido por La Moncloa
Hasta el momento era el segundo de Ernest Urtasun en Cultura y son compañeros de la Escuela Diplomática
Edmundo González y los españoles detenidos esperan ahora respuesta
El Gobierno manda a Venezuela a un diplomático que nunca ha trabajado en una embajada
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El Gobierno de Pedro Sánchez enviará como embajador a Venezuela a un diplomático sin experiencia en misiones en el exterior y sin conocimientos en asuntos de Latinoamérica. Se trata de Álvaro Albacete, quien ha sido hasta ayer jefe de gabinete del ministro de ... Cultura, Ernest Urtasun, de Sumar y uno de los ministros más afines a Nicolás Maduro de todo el Ejecutivo.
Después de dos años como mano derecha de Urtasun, a quien le une pertenecer a la misma promoción de la Escuela Diplomática, Albacete relevará como embajador en Caracas a Ramón Santos, quien lleva en el cargo desde finales de diciembre de 2022, cuando el Gobierno de Sánchez optó por acercar posturas con Nicolás Maduro, romper el consenso de la UE y elevar el nivel de representación diplomática de España en Caracas. En ese momento, Santos pasó de ser encargado de negocios a embajador.
Entre los miembros de la Carrera Diplomática hay sorpresa e incredulidad ante este nuevo nombramiento. También frustración y resignación al ver que «las cosas van a peor» dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores, donde José Manuel Albares «se ha convertido en un mero gestor». Continúa la corriente que piensa que el jefe de la diplomacia «ejecuta» sin autonomía las decisiones en materia de política exterior que se toman desde el Palacio de la Moncloa, donde Pedro Sánchez tiene como «principales asesores» al exministro Miguel Ángel Moratinos y al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. El primero, muy cercano a Marruecos y Oriente Próximo; el segundo, al Gobierno de Nicolás Maduro por su estrecha relación con los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez, vicepresidenta y presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, respectivamente.
Se da la circunstancia de que el nuevo embajador de España en Venezuela y el ministro Urtasun forman parte de una promoción de diplomáticos «con una ideología muy de izquierdas y afín al PSOE», según deslizan a este diario varias fuentes diplomáticas consultadas. Recalcan que «el nombramiento de Álvaro Albacete no viene de Albares» porque, además, «si el ministro lo hubiera colocado, no lo habría hecho a la sombra de Urtasun».
Lo que es «un escándalo que clama el cielo» es el hecho de que Albacete «es una persona sin experiencia, con solo catorce años de antigüedad y que nunca ha trabajado en una embajada». Antes de ejercer como jefe de gabinete de Urtasun, puesto al que llegó en noviembre de 2023, Albacete ocupó dos cargos en la Unión por el Mediterráneo (UPM) entre febrero y septiembre de 2022. Antes, entre 2021 y 2022, fue asesor diplomático en el gabinete del presidente del Gobierno. Entre 2014 y 2021, representó a España en Viena como secretario adjunto del Centro de Diálogo Internacional.
En el Ministerio de Asuntos Exteriores, fue asesor parlamentario y director adjunto del gabinete del ministro de Asuntos Exteriores (2004-2011), y director general de Casa Sefarad y embajador en misión especial responsable de las relaciones de España con las Comunidades y Organizaciones Judías (2011-2014).
Los asuntos que ha tratado hasta ahora revelan que Albacete «se ha criado a los pechos de Moratinos». Como muestra de ello, solo hay que echar un ojo a su experiencia hasta ahora: un currículum en el que no aparece ningún asunto relacionado con Latinoamérica en general ni Venezuela en particular. Las fuentes consultadas insisten en que «es un error muy grave», sobre todo porque su nombramiento se produce en un momento en el que Nicolás Maduro intenta mantenerse en el poder, pese a que Venezuela tiene una fecha marcada en rojo en su calendario: el próximo 10 de enero, cuando está fijada la toma de posesión del candidato opositor Edmundo González, a quien el Consejo Nacional Electoral (CNE) dio por ganador de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio en Venezuela.
El líder opositor chavista se encuentra en Madrid desde el 8 de septiembre, cuando salió de Venezuela y fue acogido por España, donde solicitó asilo político. Días después, el Gobierno chavista difundió una imágenes donde se podía ver a González y a los hermanos Rodríguez en la residencia del embajador Ramón Santos en Caracas. Allí, según el líder opositor, recibió coacciones y amenazas y le obligaron a firmar un papel en el que renunciaba a la Presidencia de Venezuela a cambio de poder dejarle salir del país y no hacer daño a su familia, que continúa en Caracas. Aun así, González ha declarado que el día 10 de enero volverá a su país y tomará posesión como presidente de Venezuela.
«Un desaire a Santos»
En un contexto como el actual, donde España juega a dos bandas —con Edmundo González en Madrid y con el Gobierno de Sánchez manteniendo relaciones con Maduro a través de Zapatero—, la figura del embajador en Caracas es de vital importancia. Un diplomático con más de treinta años de experiencia, interpreta la llegada de Álvaro Albacete como «un desaire» a Ramón Santos, que ha sido de mucha utilidad para España en Venezuela durante estos años y que se jubilará el próximo mes de junio. El nuevo embajador es «un nombramiento político puro y duro para seguir riéndole las gracias a Zapatero y a Maduro», añade. Por eso aprecia, además, que este movimiento no deja de ser un síntoma del tipo de relaciones que se quieren seguir llevando con Venezuela desde el Palacio de la Moncloa: «Siempre en la sombra y opacas. Y para eso, lo mejor es mandar a un embajador que no sabe nada sobre Venezuela».
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