«El túnel de los horrores lingüísticos»: docentes denuncian la exclusión del español en varias autonomías

Profesores de la Comunidad Valenciana, Baleares, Navarra y Cataluña relatan sus experiencias como testigos de la discriminación a castellanohablantes

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Varios docentes en las jornadas contra la «exclusión del español» organizadas en Alicante por Escuela de Todos ABC

Las primeras jornadas nacionales contra la «exclusión del español» en las aulas organizadas en Alicante por Escuela de Todos -con la coordinación de su presidenta, Ana Losada- contaron con varios testimonios de docentes que han relatado su experiencia de discriminaciones a alumnos castellanohablantes por la imposición de las otras lenguas cooficiales (catalán y euskera).

La moderadora de una de las mesas redondas, la profesora Pilar Barriendos Clavero, licenciada en Pedagogía, especialidad Terapéutica y logopeda, resumió con una frase este recorrido como un auténtico «viaje con nosotros al túnel de los horrores lingüísticos», conforme se iban conociendo en detalle estas experiencias.

Alberto Martínez, por ejemplo, profesor y padre de dos hijos estudiantes en centros educativos de Alicante, describió cómo «no hay tantos docentes de inglés, mientras que los de lengua valenciana son »un ejército de cerca de 6.000«, con lo que la normativa que teóricamente repartía la enseñanza bajo el paraguas del «plurilingüismo», en la práctica ha facilitado el camino al nacionalismo de los «países catalanes» en la Comunidad Valenciana.

Inicialmente, se preveía un 25% de clases en castellano, otro 25% en valenciano, un 15% en inglés y cada centro decidía el otro 35% restante de cómo se vehiculan las materias. Pero esa falta de personal para el inglés y que el «el objetivo ya en la ley especifica el valenciano al 50%», según una norma posterior, hace que en la actualidad esas proporciones hayan quedado en 10% (inglés), 25% (castellano) y 65% en valenciano, «y tampoco es la realidad, porque no se respetan los porcentajes, ni las troncales, ya que desaparece ese concepto», según Martínez.

Otras anomalías, que han denunciado también desde la Plataforma de Docentes por la Libertad Lingüística -creada en Alicante- y ha mencionado este profesor son que la mayoría de centros no publican su Proyecto Lingüístico de Centro (PLC), en el que se definen los porcentajes, «no se respetan los plazos de vigencia» de esos planes, ni «las comunicaciones a los padres» en castellano «y se adoctrina en clase».

Martínez ha recordado asimismo la figura de los «asesores lingüísticos del conseller Vicent Marzà, de Compromís, que se encargan de vigilar de que se hacen todos esos incumplimientos» de la normativa.

En esta exposición, también ha lamentado que haya «más de 200 colegios experimentales para fulminar el español», con esta política, cuando un ensayo experimental se haría en unos pocos centro, no en tantos.

Baleares: «Español malo, represor; y catalán bueno»

Procedente de Baleares, Olga Ballester aportó información acerca de las «tergiversaciones de la historia siempre a favor del nacionalismo» que se transmiten en las aulas de las islas, en términos como «español malo, represor; y catalán bueno», además de «símbolos y proclamas nacionalistas».

También, cómo «la Universidad balear prohíbe los exámenes en castellano y en Selectividad, cuando se reparten en castellano sólo para los estudiantes que lo necesiten, tienen que levantar la mano, con la tensión que eso ocasiona» para el alumno, al verse de alguna manera en evidencia «en un contexto nacionalista».

Esta profesora de un instituto de Secundaria y Bachillerato de Mallorca ha retratado ese clima fruto del «señalamiento» a quienes no conjugan con estos postulados como «la omertà en los centros escolares, la ley del silencio sobre la cruel, antipedagógica e ilegal discriminación a los alumnos castellanohablantes».

Hablar de la «inmersión obligatoria en catalán» es un «tema tabú», cuando lo que se busca es «la construcción identitaria del alumno en su pertenencia a la nación catalana», pero ha puesto de manifiesto que eso «va en contra la ética de los profesores».

Y ha llamado a «la reflexión, con un petición a toda la comunidad educativa: no permitan que en su centro escolar arraigue, se normalice que haya alumnos de primera y de segunda». Aprender en la lengua materna »es un derecho que no tiene que ser un privilegio de unos pocos, no tengan miedo», ha animado a los presentes en este foro, entre aplausos.

Asistentes a una de las conferencias ofrecida en las primeras jornadas de esta plataforma contra la discriminación lingüística ABC

Antes de este alegato, Ballester había iniciado su intervención matizando que hay una «convivencia armónica» entre la población que habla en una lengua y en la otra «que se rompe al cruzar la puerta de un centro educativo», ya que «se ha excluido por completo el castellano, un gravísimo perjuicio en su formación».

Una asociación de profesores realizó un estudio de unos 300 proyectos lingüísticos, con la conclusión de que el castellano no es lengua vehicular en ninguna etapa escolar y ni siquiera los alumnos con necesidades especiales pueden estudiar en él, no hay «excepciones», tampoco los que vienen de otras comunidades autónomas.

Para esta población oriunda del resto de España, «el nacionalismo ha retorcido a la ley», a su juicio, con un plan de «acogimiento lingüístico y cultural», que los cataloga como alumnos de necesidades especiales que no tendrían si no se les obligase a estudiar en otra lengua distinta a la suya materna, y se les imparten clases de catalán en horario lectivo fuera de su aula, hasta nueve meses, si se considera necesario.

«Un maño 'euskarófobo' que se pagó el título»

Un caso peculiar se conoció en estas jornadas con Juan Carlos Laboreo, un zaragozano que tras conocer a su mujer, del País Vasco, se hizo profesor de euskera y llegó a ejercer director de un centro «modelo» para el aprendizaje de este idioma en el sistema educativo vasco.

Eran tiempos en que había escasez de docentes titulados con él y se recurría a panaderos, carpinteros y profesionales de otros oficios que hablaban euskera, además de fomentar y facilitar que obtuvieran la cualificación en la Universidad a distancia.

Posteriormente, Laboreo se afincó en Navarra y sufrió el menosprecio: «Me llamaban euskarófobo, a un maño que se pagó con su dinero el título».

En esta Comunidad Autónoma, él señala como especialmente dañina la denominada «lista única», que en apariencia da libertad a los docentes, pero que en la práctica permite que los profesores de euskera elijan las clases de asignaturas en castellano y así garantizar ser predominantes en la oferta educativa al alumnado.

Ha recordado cómo llevaron adelante en contra una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) y en dos semanas consiguieron 15.000 firmas. Sobre todo, ha lamentado la imposición: «Que nuestros hijos estén obligados desde los tres años a aprender en una lengua que no es la suya».

Cataluña: vigilar en qué lengua se habla en el pasillo

La sustitución del castellano por el catalán se encuentra en otra fase más avanzada en Cataluña, según el análisis de Carlos Silva, quien ha descrito cómo partiendo de un «discurso victimista» insistente por la «supuesta agonía del catalán», se ha sustentado ahora un nuevo programa más incisiva, otra vuelta de tuerca del nacionalismo.

Se trata del denominado «Plan de Usos Lingüísticos en el Ámbito Educativo» (ULAE), con unas «unidades« encargadas de «vigilar en qué lengua hablan los alumnos y los profesores, una estructura que elaborará informes para la Inspección con el fin de evaluar esos estándares de catalanidad», tal como ha explicado Silva.

Esta especie de sistema casi omnipresente que recuerda el espíritu del 'Gran Hermano' de George Orwell en su novela '1984', está diseñado para su implantación en 3.000 centros educativos catalanes.

Su misión, comprobar si se habla castellano o catalán «en los pasillos, en las reuniones e incluso entre los profesores en privado», advierte este docente, que también anticipa que se van a realizar «encuestas en los claustros e incluso se va a preguntar qué lengua utiliza cada cual al ir a comprar a la panadería o descargar una app del móvil».

En comparación con las otras autonomías con dos idiomas oficiales, Cataluña inicia así un estadio superior. «El español ya no existe desde hace décadas en la Educación, sólo en unos pocos centros donde los padres han denunciado y no hay ninguna documentación oficial en castellano ni siquiera bilingüe», ha resumido Silva.

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