Un contradictorio Pujol se sincera: «Sabemos que no seremos independientes»

«Sabemos que no lo seremos [independientes de España], como mínimo ahora. En 10 o 15 años ya no podemos pensar más». Así se ha manifestado Pujol en el acto de homenaje a su figura, diez años después de desaparecer de la escena pública por su confesión de que durante muchos años había tenido dinero en Andorra sin declarar a la Hacienda nacional, un dinero cuyo origen no está claro. Según él, de lo que su padre le dejó en herencia; pero la investigación judicial apunta a un origen ilícito. La Audiencia Nacional podría aclararlo de aquí a un año.

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En cualquier caso, bajo el nombre de Hay País y organizado por la Associació d'Amics d'Enric Prat de la Riba en Castellterçol, varias decenas de fieles admiradores de Pujol le han rendido un caluroso homenaje, según recoge Ep, y ha sido en esta cita en la que el que fuera fundador y líder de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) ha reconocido que la secesión de la comunidad es imposible. Se lo dijo a un amigo suyo llamado Pere Figuera, muy independentista él, cuando tenía 19 años, es decir, por 1949.

«Ahora se puede decir algo más porque se ha visto en los últimos años que esto de la independencia es muy difícil. Prat de la Riba también sabía que no seríamos independientes», ha añadido, para reivindicar el llamado 'peix al cove', es decir, conseguir la máxima independencia para Cataluña dentro del marco de la Constitución y esperar a que pasen los años. Una política que él practicó gracias a que la gobernabilidad del país estuvo en manos de CiU, tanto bajo gobiernos del PSOE como del PP.

En esta línea, sus palabras no gustarán en Junts, partido liderado por Puigdemont y que trata de atraer la figura de Pujol a sus postulados, hasta el punto de invitarle a que se haga militante de la formación, con más de 94 años a sus espaldas. Pero esta es la fórmula realista, en opinión del que gobernó la Generalitat entre 1980 y 2003 aplicando políticas nacionalistas en materia de cultura y lengua y apertura económica y social, para que Cataluña mantenga su «identidad» -desde el punto de vista nacionalista- y una capacidad «de hacer un país que esté vivo» económicamente.

Pujol ha advertido a los que han asistido a su homenaje, entre ellos Mas, quien cogió el testigo de CiU en 2003, llevó a la federación y al partido a la disolución y encabezó el 'procés' independentista hasta 2016 haciéndole un pulso al Estado de Derecho, que España es un país muy poderoso y recomienda a los dirigentes que tomen las riendas de la Generalitat en el futuro que, desde su punto de vista, lo mejor es pactar y negociar para que sea el Estado el que proteja la lengua catalana, la educación y la función pública.

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También ha abordado, en su intervención, el tema de la inmigración, que siempre le ha preocupado. Pujol considera inmigrante a una persona de otro país que se establece en Cataluña y a un español que fija su residencia en la comunidad sin ser catalán. Un punto de partida compartido por todo el arco nacionalista incluido el PSC. No en vano, aunque luego se arrepintió, Pujol calificó (en 1976) al «hombre andaluz» como «un hombre anárquico», «un hombre destruido», «hombre poco hecho, un hombre que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual».

Este viernes, sobre la inmigración ha dicho que el mayor riesgo es la baja natalidad de los catalanes, pero ha pedido que no se tenga «una actitud hostil o de rechazo» hacia las personas que se instalan en Cataluña para labrarse una vida nueva. «Tenemos que reclamar un trato adecuado para ellos. Se les tiene que ayudar», ha defendido.

Antes de sus palabras se ha escuchado a Josep Rull, presidente del Parlamento de Cataluña, quien ha señalado, a través de un vídeo, que «el presidente Pujol es el padre de la nación catalana. Ha sido capaz de entender la esencia misma de Cataluña con su acción de gobierno, ideológicamente y de pensamiento, y de proyectarla sin límites en el futuro». No ha sido el único exdirigente de CDC que ha intervenido en el acto de homenaje. También ha tomado la palabra Mas.

El expresidente de la Generalitat (2010-2016) ha puesto el acento en que gracias a la acción de gobierno del pujolismo se avanzó y creció el proceso independentista, que luego él lideró, y ha lamentado que no haya una mayoría a favor de la independencia «y ni tan siquiera una mayoría de partidos de obediencia estrictamente catalana». Mas ha estado poco atinado, pues las palabras posteriores de Pujol han dejado claro que el empecinamiento secesionista no augura un buen final.

«No hemos ganado. Esta vez no se ha ganado, es verdad. Veremos que pasa en el futuro. A partir de aquí, lo que tenemos que hacer es, en cada momento y circunstancia, con las herramientas que tienes, debes tirar adelante el país», ha añadido Mas, quien ha admitido que fue un «reto gigantesco» coger el relevo de Pujol al frente de CiU y, después, en el Govern catalán.

Por su parte, el hijo del que fuera secretario general de Presidencia en los gobiernos de Pujol, Marc Prenafeta, ha leído unas palabras de su padre Lluís Prenafeta en las que ha elogiado la figura de su jefe y lo ha definido como un «gran patriota, un hombre sagaz y capaz de grandes jugadas, políglota y político de oficio» y ha añadido, asegurando que la historia lo tratará bien: «Jordi Pujol es un auténtico hombre de Estado, el más importante que ha dado el país».

Núria de Gispert, presidenta del Parlamento de Cataluña entre 2010 y 2015, exdirigente de Unió Democràtica de Catalunya (UDC) y, tras su paso por Demòcrates, ahora militante de Junts, ha explicado que se hizo independentista cuando dejó UDC: «No les caía bien porque caía bien al presidente. Como no podían ser presidente [en referencia a Josep Antoni Duran i Lleida], me decían que era más pujolista que nadie y que, en vez de ser de Unió, era la 'i' de CiU». También han intervenido Xavier Trias y Felip Puig.