PUNTO DE VISTA
No es un trámite
Salvo que Pedro Sánchez convoque unas generales, lo que no parece probable, Castilla y León tendrá elecciones cuando toca
Demasiada prisa
Doble rasero

El Debate del Estado de la Comunidad que hoy comienza dará pistas sobre bastantes cosas. La primera es que se adelanta el debate sobre las fechas en las que estamos acostumbrados a que se celebre, pero para nada significa que Mañueco piense en un adelanto ... electoral inminente. Salvo que Pedro Sánchez convoque unas generales, lo que no parece probable, Castilla y León tendrá elecciones cuando toca y es en el primer trimestre del 2026 y más mediado marzo que en febrero. La segunda es que de los portavoces que intervendrán en este debate, pocos estarán en el próximo hemiciclo que se configure en Castilla y León. Salvo los de los grupos localistas y el propio Fernández Mañueco, el resto tendrán sustituto en la próxima legislatura y algunos grupos ya ni tendrán rastro en las Cortes. Así las cosas, el protagonismo del presidente está garantizado y el resto estará presente en los pasillos.
A nadie se le oculta que muchas miradas estarán puestas en la tribuna de invitados, donde estará el nuevo secretario regional del PSOE, Carlos Martínez, que se tendrá que conformar con seguir el debate y hablar en los pasillos, porque en el hemiciclo hablará quien hoy todavía es portavoz pero ya es pasado en el PSOE regional. Tudanca hará la crítica a la labor de la Junta desde su experiencia y, lógicamente, se espera que asuma las directrices que marque la nueva dirección del partido.
La situación de la oposición en la Comunidad da cierta comodidad a Mañueco, que no por ello debería pensar que el debate es un trámite. Al contrario, debería plantearlo, y así lo aseguran en su entorno, como la oportunidad de presentar un balance de la tarea realizada, algo en lo que están volcados los consejeros en estas fechas, y en hacer propuestas que avalen el proyecto del PP para Castilla y León. Ese proyecto debería estar también abierto a las vías de diálogo con la oposición, porque la política está necesitada de más entendimiento y menos confrontación. Martínez basa sus últimas comparecencias en ofrecer pactos, pero a la vez en críticas constantes y un tanto erráticas al Gobierno regional. Esta estrategia delata que tiene demasiada prisa en alcanzar un protagonismo en la vida regional que llegará a su tiempo, pero hoy, sin grupo parlamentario a la medida y sin voz propia en el parlamento, su papel es secundario y eso por ahora no tiene remedio.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete