EL OTERO
Décima provincia
Lo que le ocurra a Alemania acabará afectando a todos y las soluciones que ofrezcan a sus problemas tenderán a aplicarse en el resto de los países
El domingo, elecciones en Alemania, las más importantes del año y no sólo para ellos: un cuarto del PIB europeo se genera allí pero están en su tercer año de recesión. Estos comicios podrían ser una de las últimas oportunidades de evitar que ganen los ... populismos. Hay muchos compatriotas viviendo en Alemania para quienes estas elecciones son cruciales, justo ochenta años después de la derrota de los nazis.
La reconstrucción del país requirió mucha mano de obra y Franco, congraciado con sus antiguos enemigos, los aliados, firmó, pasado el tiempo, un acuerdo en virtud del cual muchos emigraron. Un ejemplo: en marzo de 1960, Horst Kubiak, jefe de personal de Wülfing, viajó a Béjar para contratar a 43 mujeres con alojamiento en residencias, acompañamiento de un religioso español, un mes de vacaciones pagadas en casa y un contrato de un año. Muchos permanecieron en el país.
La Asociación de Emigrantes retornados de Castilla y León constata que los que viven en Alemania son los que más consultan sobre su regreso y parte de ellos se benefician de 'Pasaporte de Vuelta', el programa de la Junta.
De las dos grandes emigraciones de los sesenta, la interior (de pueblos a ciudad) y la exterior, al extranjero, la de Alemania fue un paradigma. Por eso es tan importante para muchos paisanos el resultado de estas elecciones. La fallida coalición de centro izquierdas que ahora entrega la cuchara dará paso a un panorama en el que los grandes partidos tendrán que sortear el radicalismo de la derecha extrema y de la izquierda nacionalista de nuevo cuño.
Su modelo de negocio, basado en la exportación y la industria, ha decaído. Lo que le ocurra a Alemania acabará afectando a todos y las soluciones que ofrezcan a sus problemas tenderán a aplicarse en el resto de los países: el límite de deuda (que podría eliminarse), el gasto militar y el juego de las minorias políticas.
Hace sesenta años era raro que un pueblo de León o de Palencia no hubiera un primo o un hermano en Alemania, con más recursos o con buenas alforjas. Aquella Alemania ya no existe y ahora que se venden más paellas que coches manda el Mediterráneo. Ya se lo dijo el borracho a Pedro Navaja: «La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay Dios».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete