el otero
Cambio de togas
José Luis Concepción se ha desgañitado pidiendo medios y exigiendo atención
Décima provincia
Gestión de riesgos
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Que la justicia española sepa de leyes, pero no de plazos, es algo que no solo padecen los justiciables, sino también sus operadores, desde jueces hasta personal administrativo. Que se lo digan a José Luis Concepción, instalado desde hace años en la prórroga en su ... desempeño como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. Si la lenta laxitud de nuestra justicia fuera episódica y no recurrente, ya habría alguien de refresco al frente del Tribunal. No lo es. El santo advenimiento podría llegar, ya con mucho retraso, esta semana, en una reunión programada para el miércoles. O no.
Hay que conjugar distintas variables, incluido el sexo y el sesgo ideológico de los cinco candidatos susceptibles de ostentar la dignidad de comandar las instancias judiciales y relevar al magistrado segoviano. Concepción continuará en sus cometidos jurídicos, aunque en otra instancia, no ya representativa e institucional. Pondrá así fin a 20 años de trabajo, de los que se podrán decir muchas cosas, excepto que no ha sido contundente en la defensa de sus ideas.
Y en la defensa de su cargo, porque José Luis Concepción se ha desgañitado pidiendo medios y exigiendo atención. Ha padecido las consecuencias de una pandemia paralizante y varias huelgas. Rotundo en la defensa jurisdiccional de su posición, se ha significado por estar presente allí donde tenía derecho a estar. Activo en la defensa de la independencia judicial y en la condena de los ataques contra ella, se expuso a ser objeto de reproches y expedientes por parte de superiores en la judicatura por hablar claro.
El equilibrio de poderes vive tiempos difíciles, acaso con alguna que otra astracanada, y en momentos de turbación lo preferible es no hacer mudanza y que cada cual cumpla con su obligación. Jueces y magistrados han de ser enérgicos en defensa de lo suyo y no mudos o ajenos a una realidad a cuya evaluación pueden contribuir como cualquiera.
Por lo demás, sería deseable que el nuevo responsable del Tribunal sea capaz de mantener los estándares de calidad de una institución tan significativa como esta. La justicia se juega mucho y es necesario que quien llegue interprete el valor no como ausencia de miedo, sino como el triunfo sobre él.
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