Escudos femeninos para salvaguardar sectores 'tocados'
El mundo agrario y la industria de la madera o el metal ya saben lo que es tener una mujer que lleve las riendas en defensa de unas áreas que, en algunos casos, no pasan por su mejor momento
Más longevos también en el mercado laboral

Hace tiempo que no es raro encontrar mujeres trabajando en parcelas que tradicionalmente eran eminentemente masculinas. Cada vez más presentes en el ámbito industrial, en el científico-tecnológico, en el de la automoción, el económico o el agrario, ya han puesto un pie y ... pisan firme en compañías con gran peso como puede ser Michelin. La vallisoletana María de la Paz Robina, por ejemplo, es la directora general de la empresa de fabricación de neumáticos; Emma Antolín sustituyó a finales del pasado año a su hermana Helena en la compañía burgalesa de componentes de automoción y Rocío Hervella lidera Prosol, fabricante de café ubicada en Palencia. Son ejemplos claros, en vísperas del Día Internacional de la Mujer Trabajadora –8 de marzo–, que han conseguido quebrar el techo de cristal. Pero, además, también van convirtiéndose en líderes y representantes de distintos sectores, capaces de llevar la voz cantante en la defensa y reivindicaciones de parcelas que habían sido copadas tradicionalmente por hombres. Áreas que en los últimos tiempos tienen, algunas de ellas, la complicación añadida de que no pasan por su mejor momento.
Hace menos de un año María José Tapia se ponía al frente de la Cámara de Comercio de Segovia, convirtiéndose así en la primera mujer al frente de esta institución. «Ojalá sirva de inspiración de muchas mujeres para entrar en el mundo cameral». Es lo que persiguen también de alguna forma en sus respectivas parcelas Raquel Conde, presidenta de la Asociación de Productores de Porcino de Segovia; Ana Pastor, que encabeza la organización agraria Asaja en Soria, o Silvia García, al frente de la Confederación de Empresarios de la Madera de Castilla y León.
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Raquel Conde
«Ya no hay trabajos de hombres o de mujeres»
Presidenta de la Asociación de Productores de Porcino de Segovia
En contacto con la ganadería «toda la vida», Raquel Conde está en ello porque le «gusta», porque desde la infancia estuvo presente en la granja familiar y ha vivido su entrada en un sector eminentemente masculino como «algo natural». Pero, ha dado un paso más. Ahora es la voz de los productores porcino de Segovia a través de su asociación. Preside la agrupación y es la interlocutora para defender los intereses de un ámbito en el que el «trabajo es igual para hombres que para mujeres». Al jubilarse su padre, se quedó al frente de la explotación y hoy es presidenta de las granjas Dimas y Nuestra Señora del Pilar y de Piensos Nampro, entre otras cosas. «Antes podía parecer más extraño ver en este ámbito a alguna mujer, pero ya se van incorporando más», asegura convencida de que en la «sociedad actual los jóvenes ya no ven que haya trabajos de hombres o de mujeres», sino de «gente luchadora» que busca «hacer lo que quiere». «Si demuestras tu valía y luchas, nadie te va a quitar nada», considera. En el caso de la ganadería, no cree que sea una «cuestión de género» el hecho de que no haya nuevas incorporaciones, sino más bien «social» y de que las empresas puedan ser «sostenibles económicamente». «Tenemos que trasmitir la importancia de este sector», que, además, se enfrenta a «retos constantes». Mucho más ahora, expresa, ante unas «exigencias» europeas que, según dice, ponen al mundo agrario al borde del abismo. Por ello, desde su posición de líder al frente del sector porcino segoviano llama a «defenderlo» y a proteger el campo.
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Ana Pastor
«Tenemos un papel muy importante en el mundo rural»
Presidenta de la organización agraria Asaja en soria
El mundo de Ana no iba a estar, en principio, vinculado a la agricultura, pero con la enfermedad de su padre sus planes cambiaron hasta llevarla a ser hoy la líder de la organización agraria Asaja en Soria. Fue en 2013 cuando se incorporó al sector tras estudiar una FP relacionada con las telecomunicaciones. «Conocía solo lo esencial», lo que había escuchado y vivido en casa, pero once años después sigue en el campo y no ha dejado de «aprender». Hace siete se colocó al frente de la junta directiva de la organización agraria para luchar por «el futuro» del sector en su provincia y porque la «mujer juega un papel muy importante en el medio rural». «Siempre ha trabajado en las explotaciones, ayudando, pero un poco en la sombra», apunta esta soriana de 33 años que ve como cada vez más féminas se suben al tractor para sumarse a la agricultura. «Aunque aún somos pocas», defiende que tienen mucho que decir. «Once años después ya sé de qué va esto, los problemas que sufrimos en el campo y quiero defender el sector en un momento muy difícil», concluye. Pese a que los obstáculos son muchos –altos costes de producción, encarecimiento de los precios...–, no se arrepiente de haberse convertido en agricultora y ha decidido continuar en un campo por el que ahora lucha al frente de Asaja.
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Silvia García
«Nuestro problema no es una cuestión de género sino de relevo»
Presidenta Cemcal y Asem
Silvia no llegó a la industria de la madera de casualidad. Lo llevaba en los genes. Recuerda que la 'historia' de Maderas García de la Cruz se remonta a su bisabuelo paterno, quien empezó en el negocio como carretero llevando postes para los arados romanos. Dice orgullosa también que no es la primera mujer que se ha puesto al frente de la empresa familiar. Ya lo hizo su abuela Felipa cuando era una serrería en 1975. Ella fue en 2002, al morir su padre, cuando ya se metió de lleno en un negocio que «siempre ha pertenecido a la Asociación de Empresarios de la Madera de Segovia». Por eso, cuando le llamó su antecesor en la agrupación para decirle que era la persona indicada para relevarle no se lo pensó. «Dentro del mundo asociativo cuesta mucho encontrar personas dispuestas a participar y mucho más a ostentar una presidencia, pero no creo que sea una cuestión de género» sino de ganas de involucrarse.
No considera que su trabajo al frente de la entidad sea distinto al que pudiera hacer un hombre. Sí valora que ha aportado «frescura», pero «tiene más que ver con ser joven». Desconoce el peso de la mujer en la industria. Es cierto que el 95% de la gente con la que se relaciona laboralmente son hombres. No le preocupa. Sí, la falta de relevo generacional: «Las empresas de la madera de Castilla y León somos muy pequeñas, estamos en un entorno rural y queremos que la gente siga con ello». Sin embargo, la escasez de mano de obra aboca al cierre de muchos negocios». Lo ha comprobado en primera persona, cuando la falta de «gente cualificada» obligó a transformar la serrería en un almacén de madera.
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María Rodríguez
«Debemos contar con embajadoras para animar a la mujer a incorporarse al sector»
Directora de Vametal
El porcentaje de empleabilidad de la industria del metal es alto. Tanto que ahora mismo no cubren la demanda. Sin embargo, cuando la directora de la Asociación de Empresarios del Metal de Valladolid visita centros educativos que imparten alguna rama relacionada con el sector, la imagen de las clases siempre es la misma: entre 17, 16 ó 15 hombres... una o ninguna mujer. Por eso cree que desde la entidad que dirige hay «deberes» pendientes: «Informar adecuadamente sobre las oportunidades que tiene el sector». «No se tiene una percepción realista de lo que es la industria hoy» y del papel relevante que juegan en ella «la innovación y la tecnología». «Sólo hace falta cruzar las puertas de cualquier empresa de un polígono para darse cuenta». Dar la vuelta a esta mirada es una de las tareas que se ha propuesto desde que llegó, «procedente de otro sector masculinizado como es el del transporte», a la dirección de una entidad que, curiosamente, no refleja lo que se ve en el aula. Como muestra, su junta directiva, con «varios pesos pesados» mujeres, entre ellas su presidenta, Begoña Pombo Sanz.
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