Centenarias y residentes en Soria
Rosa y Claudia han entrado este 7 de agosto en la amplia nómina de sorianos que en las últimas semanas se han convertido en centenarios
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Fue también un 7 de agosto, pero de 1923. Ese día llegaban al mundo Rosa y Claudia. Una en Quintana Redonda y otra, en Fresnillo de las Dueñas. En sus largas vidas quizá se han cruzado sin saberlo, pero hay algo que seguro ... une ambas mujeres: ya pueden decir que son centenarias y, además, las dos, en territorio soriano. Un siglo después de nacer, este lunes ambas han soplado las velas de una cifra tan redonda como la de sus 100 años.
Rodeadas de hijos, nietos, biznietos... Toda una prole para festejar una efermérides que pocos elegidos alcanzan. Aunque en Soria en los últimos tiempos casi se ha convertido en tradición. Y es que son varios los vecinos que han llegado a la centena. Rosa Aragonés Aragonés y Claudia Cámara García han sido las últimas en sumarse a la nómina de ilustres que para decir sus años tienen que poner tres dígitos. El 5 de agosto lo hizo Ángela Ruiz Bonilla; el 28 de julio, Serafín Martín Arroyo; Lucía Bartolomé Blanco, el 6 de julio; Emilia Hidalgo Soria, el 30 de junio...

Según los datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), a 1 de abril de este año, en Soria se contabilizaban 107 personas de cien años o más, superando por primera vez el centenar de centenarios. Y no es casualidad que sean más ellas que ellos las que celebran este cumpleaños. Casi tres cuartas partes de quienes ya habían alcanzado el guarismo en Soria son féminas: 79 frente a 28 de acuerdo al último dato.
En residencias
En una provincia que vive –como otras– el drama de la despoblación, que cuenta con una densidad de habitantes que apenas supera los nueve por kilómetro cuadrado y un padrón menguante, Soria sí es territorio para vivir 100 años. Los que suma ya Rosa, una «mujer inteligente a la que le habría gustado estudiar» y muy aficionada a la lectura, pero como otras muchas en aquellos tiempos «llevaba la casa y ayudaba en la fábrica» de ladrillos a su marido, Justo, con quien se casó en su localidad natal y tuvo dos hijos. Ahora, también cuatro nietos y tres biznietos. Para conocer a uno de los más pequeños viajó por primera vez en avión y vio el mar. Tenía 84 años y voló a Canarias. Ahora está en la residencia Fray Pedro Pastor, en su pueblo de toda la vida, donde este lunes ha recibido una placa conmemorativa y el pergamino con el acta de su nacimiento con el que la Diputación homenajea a sus centenarios.



El mismo regalo a cien años de vida que a Claudia, natural de Fresnillo de las Dueñas (Burgos), pero que en Covaleda (Soria), la tierra de su padre, conoció a Fede, su después marido. Y en tierras sorianas echó raíces. Allí incluso volvió tras emigrar a Sabadell en esos tiempos de «pobreza y carencias». Fernando, uno de sus siete nietos –también tiene nueve biznietos– lleva las riendas del taller que montaron en Covaleda hace 80 años.
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